Consejos para el primer día: «Lo importante es crear un vínculo sano con la escuela»

Es la primera vez que van a estar en un espacio sin la presencia de sus padres o de sus familiares más cercanos, un lugar que será fundamental para su futuro pero que ahora les es extraño. Los primeros días en la escuela infantil son los más difíciles y los pequeños pueden mostrar rechazo, nerviosismo e incluso problemas para conciliar el sueño. ¿Cómo pueden afrontar los padres este nuevo reto? Con comprensión, calma, paciencia y algunos consejos prácticos.

Para Laura Vela, maestra de Educación Infantil con una larga trayectoria y especialista en Educación Emocional, es aconsejable hablar de la escuela a los menores las semanas previas, pasear por los alrededores y, si lo sabemos, decirle el nombre de la educadora que van a tener.

«Es muy importante que los primeros días no sean de estrés. Deben ir a la escuela con tiempo, sin prisas, porque eso se contagia al niño y lo pone peor», explica.

Otro consejo importante es no convertir el primer día en un «acontecimiento familiar», es decir que los niños no lleguen acompañados de abuelos, tíos o amigos. La presencia de los padres o las figuras de apego es la fundamental.

Las escuelas infantiles, dependiendo de la pedagogía que trabajen, utilizan los llamados periodos de adaptación o de vinculación para ayudar a que los pequeños se incorporen a esta primera etapa educativa de la mejor forma posible.

Adaptación

Mientras que el periodo de adaptación consiste en que el niño vaya pasando cada día más tiempo en la escuela según un horario establecido, en el de vinculación la familia juega un papel esencial. «Se promueve la presencia de las familias en la escuela las primeras semanas o incluso se puede prolongar en el tiempo en función de las necesidades de los niños. Cada vez son más las escuelas que están intentando hacer este método», explica esta educadora, que fue nombrada segunda Mejor Docente de España en Educación Infantil en los Premios Educa Abanca de 2018.

El periodo de vinculación, además, no sólo es positivo para los menores sino también para las familias, «a las que la escuela puede así acompañar en estos momentos de posible angustia. Se les explica qué van a hacer, se les dan consejos, es muy interesante», detalla Laura Vela.

«Lo importante es acoger bien a los niños y crear un vínculo sano y que las familias sean clave. Desde las escuelas tenemos que tener a las familias como aliadas. Son fundamentales para que el niño se sienta a gusto en la escuela», añade.

Lo normal, no obstante, es que los pequeños puedan llorar en algún momento durante estos primeros días. O incluso que, aunque no lo hayan hecho al principio, de repente comiencen a llorar. «Esto a los padres les sorprende pero es frecuente que pase porque es el tiempo que el niño ha necesitado para comprender que ir a la escuela es una rutina», explica esta maestra de Infantil.

Ahí, el papel de los educadores también es esencial a la hora de ayudar a las familias a no tener sentimientos de culpa y transmitirles calma, seguridad y confianza.