Vuelta a las aulas con más horas de Lengua, Matemáticas y lectura obligatoria

Las aulas de segundo ciclo de Infantil, Primaria y Educación Especial recibirán este lunes en Málaga a 145.088 alumnos, mientras que el viernes volverán los de Secundaria, Bachillerato y FP (160.521) y el día 20 los de régimen especial ( 21.040). En total, 345.661 estudiantes malagueños inician un curso que se espera más tranquilo que los anteriores, cuando las medidas Covid o la nueva ley educativa, la Lomloe, fueron protagonistas.

Este septiembre la atención vuelve a estar en lo puramente académico con la puesta en marcha de los currículos diseñados por la Junta de Andalucía en los que se refuerzan las competencias en Matemáticas, Lengua y comprensión lectora, con 2,5 horas semanales de lectura obligatoria.

La Junta calcula que al acabar el Bachillerato, como mínimo, un alumno tendrá 298 horas más en el currículo, de las que 123 son de Lengua, 105 de Matemáticas y 70 de la primera Lengua Extranjera, que también se refuerza. Y hay que tener en cuenta que los centros pueden incrementar estas horas.

El eje transversal de estos nuevos currículos es la comprensión lectora, con el objetivo de mejorar los resultados del alumnado andaluz. Por ello, habrá media hora de lectura obligatoria y planificada en todos los cursos.

Una medida que muchos centros ya contemplaban a través de sus propios planes de lectura pero que como apunta Mari Cruz Salcedo, jefa de Estudios del IES Cánovas del Castillo, no deja de ser interesante «porque incide en el gran problema que tenemos, la falta de comprensión lectora y en general de la competencia en comunicación lingüística».

Otra de las novedades es que los alumnos de Primaria estrenarán libros de texto adaptados a la nueva ley educativa. Hay que recordar que, el año pasado, la Lomloe empezó a aplicarse en los cursos impares pero los libros en Andalucía continuaron siendo los mismos, además de que no dio tiempo a elaborar los decretos autonómicos que desarrollan la ley nacional.

En Secundaria habrá que continuar con los mismos manuales un curso más, pero los docentes destacan que los libros ya no tienen el mismo peso que antes.

Por ejemplo, en el CEIP Flor de Azahar de Estación de Cártama han eliminado gran parte. Su director, Aurelio Caballero, comenta que aunque ya venían trabajando en la línea de la nueva ley, este curso dan «un salto» al quitar parte de los manuales para que no les «aten».

El libro es una herramienta más y así lo entiende ya casi todo el profesorado desde hace muchos años

En el IES Cánovas, donde seguirán con los libros de anteriores cursos, no lo ven un problema. «El libro es una herramienta más y así lo entiende ya casi todo el profesorado desde hace muchos años», apunta la jefa de Estudios.

Por otra parte, las clases arrancan sin la incertidumbre que amenazaba la próxima PEvAU o Selectividad. El Gobierno central en funciones ya ha comunicado que no habrá cambios significativos respecto a 2023.

Sin embargo, los docentes de Bachillerato tendrán que trabajar con el hándicap de aplicar el nuevo currículum adaptado a la Lomloe y la nueva forma de evaluación, pero preparar al mismo tiempo a los alumnos para «una prueba conservadora, tradicional». «Haremos ese trabajo de sincronización porque el el objetivo es que el alumnado saque los mejores resultados posibles», apunta Pilar Galán, vicedirectora del Cánovas.

Un curso con menos niños, ratios más bajas y con los refuerzos covid

Menos alumnado

Los maestros y profesores están acostumbrados a adaptarse y a ser flexibles, como destaca Galán, con leyes que cambian con cada partido político en el Gobierno y que la mayoría de las veces hay que aplicar sin las condiciones adecuadas en los centros educativos.

Respecto a las ratios, la Junta de Andalucía subraya la bajada de la medias este curso por el descenso de la natalidad, con 2.650 alumnos menos en Málaga. Así, la planificación de la oferta educativa andaluza permitirá que la ratio «vuelva a bajar en Málaga en Infantil y Primaria en los centros públicos», según ha indicado la Consejería de Desarrollo Educativo y FP. El curso pasado era 20,6 en Infantil y este año se sitúa en 19,7; en Primaria baja hasta el 21,3 y en Secundaria hasta el 26,8.

El número de estudiantes, según los profesionales, es una traba para aplicar algunas de las medidas de la Lomloe. Es el caso de la nueva forma de evaluar, que los docentes en general ven positiva pero que se hace complicada cuando hay materias con más de un centenar de alumnos.

«Este planteamiento es muy bueno, bastante equitativo y justo pero para el profesor es muy complejo. Estas metodologías requerirían una ratio mucho más baja», afirma Pilar Galán.

Para Aurelio Caballero, esta nueva ley va en la dirección correcta porque refleja la «transformación de la sociedad» y valora que ya no se evalúe con notas medias de los exámenes, «sino que se evalúen competencias, saberes», que es justamente como ya trabajan desde hace años en el Flor de Azahar, donde las «situaciones de aprendizaje» son su día a día. Sin embargo, cuestiona que se les pida evaluar de esta forma, «cualitativamente», pero se siga manteniendo el formato de notas numéricas.

Retos en sintonía con la Lomloe

En este segundo curso con la nueva ley educativa, los docentes tienen que seguir formándose como hacen en este colegio de Infantil y Primaria de Cártama, donde tienen unos retos para este año muy en la línea de la Lomloe.

«El primero es enseñar habilidades para el futuro porque hoy no se sabe qué profesiones va a haber; el segundo lo llevamos trabajando años, que es que los niños sean los protagonistas de su aprendizaje, y el tercero es implementar innovación, entendida como transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje y esto es lo que la ley trae», explica el director.

Es una preparación competencial, que lo llevamos diciendo mucho tiempo pero en el currículum actual está más claro cómo hay que hacerlo

Los docentes ya están en esta dinámica de la nueva ley. ¿Y las familias? ¿Se han acostumbrado a esta nueva forma de enseñar y de evaluar? Según los profesionales, hay que seguir haciendo pedagogía en este sentido porque algunos aún no entienden que se reste peso a los libros o siguen preguntando «cuánto vale un examen» en la nota final.

Ana Hernández, directora del IES Cánovas, destaca el cambio metodológico que supone la Lomloe y al que este curso ya se enfrentan de otra forma, teniendo claro cada concepto. «Es una preparación competencial, que lo llevamos diciendo mucho tiempo pero en el currículum actual está más claro cómo hay que hacerlo», detalla.

Al aplicarse la Lomloe en todos los niveles, este es un inicio de curso con mucho trabajo, indica Hernández, porque tienen que modificar programaciones y el plan de centro. «Afecta a toda la organización académica», subraya. Por ello, la actividad es intensa estos días en los centros educativos, incluso antes de recibir a los alumnos que hoy regresan a la necesaria rutina.

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