Crónicas de la ciudad

El Rectorado del Parque y algunos cables a su aire

Las obras en la antigua sede de Correos fueron modélicas en cuanto al camuflaje de los cables pero el paso del tiempo ha hecho que se baje la guardia

Detalle de la esquina del Rectorado, esta semana.

Detalle de la esquina del Rectorado, esta semana. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En este planeta en el que, para ser un líder mundial, puntúa sobremanera tener uno o varios cables sueltos, parece de recibo seguir repasando en esta sección algunos desmanes estéticos, tan en boga desde tiempo inmemorial en Málaga, relacionados con el cableado.

Hace unos días ya comprobamos cómo la antigua Fonda de Oriente, en la Alameda Principal, el inmueble que alojó en 1861 al gran escritor danés Hans Christian Andersen evoca el rastro madrileño. 

El motivo, cómo no, el desmadejado cablerío, que no sólo cruza a sus anchas este inmueble protegido sino que se deja caer como guirnaldas, para sonrojo de quienes les gustaría ver, cuando menos, el pequeño Centro Histórico de Málaga con un aspecto más presentable. 

Un caso paradójico es también el del Rectorado de la Universidad de Málaga, la antigua sede de Correos en la avenida de Cervantes, entre la Casita del Jardinero y el Banco de España.

En la inauguración del equipamiento, en 2004, hay una foto en la que se ve al Príncipe de Asturias, el futuro Rey don Felipe, saludando al pie del edificio, mientras las alturas las sobrevuela un cable aéreo.

El príncipe Felipe inauguró el nuevo Rectorado de la Universidad de Málaga en 2004.

El príncipe Felipe inauguró el nuevo Rectorado de la Universidad de Málaga en 2004. / La Opinión

Por fortuna, este elemento distorsionador de la foto ya no está entre nosotros. Es más, esta obra fue modélica en cuanto al tratamiento de los cables sobre la fachada, que quedaron ocultos gracias a unas discretas conducciones que, en la medida de lo posible, trataban de confundirse con los ladrillos de este edificio neomudéjar que este año cumple un siglo. 

Detalle del alféizar.

Detalle del alféizar. / A.V.

Incluso en el alféizar de las ventanas, placas de acero corten tapan otras conducciones. Lo dicho, lo del Rectorado hace casi dos décadas no sólo fue una obra de arquitectura e ingeniería sino también bastante civilizada.  

El único pero, y probablemente por motivos técnicos, siempre estuvo en la esquina de la avenida de Cervantes con la calle Alcalde Pedro Luis Alonso, donde trepa un cablerío negro que parte de una gruesa conducción metálica y que en los primeros años de las obras de reforma mantuvo cuando menos el decoro. 

Los cables, en orden en 2008.

Los cables, en orden en 2008. / Google Maps

El problema es que el paso del tiempo ha terminado ‘despeluchando’ esta solución técnica y lo que en 2008 eran orden y concierto mientras los cables trepaban en relativa formación por la esquina del Rectorado, hoy parece un ejército en dispersión con la clara orden del «Sálvese el que pueda» y no se descartan cables sueltos, como al frente de los países más poderosos. 

De cualquier forma, estamos a tiempo de evitar otra Fonda de Oriente, sólo hay que atajar el problema. Suerte .