Crónica

'Imagine': un momento para viajar al ritmo de los sueños

Entre la delicadeza del teatro y la espontaneidad de un circo, la compañía Cirque des Sens pone en valor la ilusión con ‘Imagine’ 

Este espectáculo de acrobacias, bailes y escenografía estará hasta el 7 de enero en el Teatro del Soho CaixaBank

Olivia Pozo

El sonido al clicar una entrada, los susurros y los chaquetones sobre la sillas inundan la sala. Como cualquier día de este mes de diciembre los colores turquesa y morado visten el Teatro del Soho. Aún con las luces apagadas y los móviles en silencio, nadie está preparado para lo que va a vivir. Están a un solo paso de entrar en el hotel Imagine. 

Con la delicadeza de un teatro y la espontaneidad de un circo, el hotel Imagine sube su telón o más bien, abre sus puertas a una nueva aventura. Un baile, una canción, un revuelto de mozos de equipaje y un sinfín de maletas apiladas es más que suficiente para dar comienzo a este viaje entre la realidad y la ficción. Pese a todo, hay quien no logra encontrarse y al preguntar por la inmediaciones del hospedaje responde con un tímido: “no sé”. Una familia que no se encuentra y un público que tampoco, la ocasión perfecta para hornear una historia. 

Al son del claqué y los sueños el primero en atreverse es un acróbata al que solo le hace falta una rueda Cyr para llenar el ambiente de tensión y plasmar la más sincera ilusión. Y a pesar de creer que la cosa no puede ir a mejor, el Cirque des Sens solo acaba de empezar. Nadie sabe cuántas plantas tiene este hotel, pero si una cosa hay segura es que estará toda aquella que se pueda imaginar. 

'Imagine, el camino hacia los sueños', en el Teatro del Soho.

'Imagine, el camino hacia los sueños', en el Teatro del Soho. / Álex Zea

La máquina se pone en marcha, la música se acentúa y el ascensor baja hasta una planta que tal vez, no fuese la de un hotel. Rojo, verde, azul, amarillo, morado. El vértigo no es un reto para ellos… más bien para quienes lo ven. Es la palabra que definiría la sensación de aquellos que miran desde abajo el camino de bombillas, el paseo en balón suizo o el movimiento de numerosos hula hoops. Aunque el sentimiento empeora cuando es “todo a la vez”. 

Una sala donde dar rienda suelta a los unicornios y a unos que se hacen llamar acróbatas, mas sus huesos con complejo de chicle hacen que su humanidad sea de dudosa fiabilidad. ¿A quién no le han traído los reyes magos un diábolo? Un juguete que en el primer enredo iba directo al cajón hasta la navidad siguiente. Pero, no es el caso este señor vestido con un traje dorado,el cual lo ha aprovechado por todos. 

En un instante del Soho a África. El sonido de los pájaros, la  tranquilidad de la naturaleza. Leones, cebras, flamencos y demás animales propios de un safari salen de su escondite tras las butacas para convertir el lugar en un paraje exótico que no dejará indiferente a nadie. 

¿A quién no le ha gustado de pequeño hacer una pirámide humana? No, si esta tiene una sinergia de extremidades y desafía las leyes de la gravedad. Entre el circo y el teatro solo los separa la delgada línea de la voz. Una historia que se cuenta mediante los sentimientos y visiones de aquellos que necesitan un espacio para soñar, para enfrentarse a todo lo que no tiene lugar en el runrún de una vida ajetreada. Un viaje a la profundidad de los sueños donde estos cobran vida. 

Quedan dos paradas. El humo que emana del suelo saca este circo del teatro para viajar hasta la galaxia sin cohete espacial. Un abrazo eterno por encima de las nubes en una o mil estrellas para aquel que no se siente comprendido. Y aunque nadie quería que esto pasase, llega la última parada antes de volver a la realidad, el sótano. Con la sala a oscuras solo se puede apreciar la luz de una vela rebuscando entre las bolas de cristal donde habitan los sueños para finalmente hacerlos realidad. 

“Ha llegado el momento de escuchar tu voz para preguntarse qué pasó con eso que iban a ser de mayores”. Ser escritor, montar un circo, la búsqueda de una creatividad para pintar de nuevo la vida o incluso dejar de preocuparse por los ojos que te miran pero no te ven”. Y como si de un polvorón se tratase --que al abrir espurrea migajas durante un instante o todo el proceso-- y tras comprender cuál es el verdadero significado, esta función ha llegado a su fin.

'Imagine, el camino hacia los sueños', en el Teatro del Soho.

'Imagine, el camino hacia los sueños', en el Teatro del Soho. / Álex Zea