Violencia de género

Cuando la violencia de género empieza en el teléfono móvil de una adolescente

En 2023, fueron atendidas 186 chicas jóvenes en el programa andaluz de atención psicológica para menores víctimas de violencia de género en el ámbito de la pareja y la expareja, y todas ellas habían sido víctimas de la ‘ciberviolencia’ que combate una nueva campaña de prevención de la Junta

Jóvenes con sus teléfonos móviles.

Jóvenes con sus teléfonos móviles. / EP

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

La violencia de género puede empezar a través del teléfono móvil de una adolescente. Y, de hecho, en 2023 fueron atendidas 186 chicas jóvenes en el programa de atención psicológica de la Junta de Andalucía para menores víctimas de violencia género en el ámbito de la pareja y la expareja, y todas ellas habían sido víctimas de la ‘ciberviolencia de género’. De una nueva forma de ejercer la violencia de género en el ámbito digital, vinculada al auge de las nuevas tecnologías, las redes sociales e Internet. Y que, sobre todo, se sufre a través del móvil.

¿Cómo? Cuando se controla a la pareja con el teléfono; se interfiere en sus relaciones en internet con otras personas; se espía su móvil; se censuran fotos que comparte en redes sociales; se controlan sus publicaciones en las redes sociales; se le pide que demuestre con su geolocalización dónde está en ese preciso instante; se le obliga al envío de imágenes íntimas; se compromete a la pareja para que facilite sus claves y contraseñas personales; o se muestra enfado al no tener una respuesta inmediata online.

Esta es la realidad que combate -para prevenir nuevos casos y animar a denunciar ciertos comportamientos- la campaña de concienciación ‘Empieza por un mensaje, termina con una vida’. Ha sido impulsada por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, a través del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) y está dirigida a la población joven, a las familias y los centros educativos.

Informe de la Junta

En el informe del Instituto Andaluz de la Mujer que dota de contenido esta iniciativa se insiste en que «esta nueva forma de ejercer violencia de género afecta especialmente a la adolescencia»; y se recalca que «todas las menores usuarias del programa de atención psicológica del Instituto Andaluz de la Mujer atendidas en 2023, un total de 186, han sufrido diferentes estrategias de control, aunque con diferente intensidad».

«Entre las más frecuentes se encuentra la vigilancia a través del uso de la tecnología para monitorear y controlar las actividades en línea y fuera de línea: del uso de la ropa, del tiempo o de las interacciones sociales; es destacable la utilización por parte de la pareja de aplicaciones espía, para WhatsApp o de rastreo para saber en todo momento su localización, y en ocasiones este control puede llegar a ser permanente y extremo, llegando a ser obligadas a permanecer con la cámara encendida durante toda la noche mientras duermen», se agrega en relación a la vigilancia virtual a la que son sometidas las víctimas.

Igualmente, se señala que «entre las formas más frecuentes de violencia de género digital utilizadas por la pareja o expareja de las menores usuarias del programa de la Junta se encuentran el acoso en línea, con mensajes de amenazas, insultos, hostigamiento para doblegar la voluntad de la menor; y la suplantación de identidad, con la creación de perfiles falsos por parte de la pareja o expareja para difamar, acosar o engañar a la menor».

«También es frecuente la creación de perfiles falsos para comunicarse con las menores a pesar de disponer de una orden de alejamiento», se advierte en el citado estudio basado en la experiencia de las víctimas.

El ‘sexting’ y sus consecuencias

Otra de las agresiones digitales que combate esta campaña de la Junta de Andalucía es el ‘sexting activo por coerción’, una práctica con la que las menores son forzadas al envío de imágenes íntimas mediante estrategias coercitivas como la presión, la insistencia, la manipulación, el chantaje emocional, los enfados, las amenazas o la intimidación.

Además, el ‘sexting’ y variantes como esta pueden derivar en la ‘sextorsión’, con la que imágenes íntimas de la menor son empleadas por su pareja o expareja para extorsionar, chantajear o humillar a la menor.

O, incluso, puede ser el punto de partida para la ‘pornovenganza’, con la que las imágenes íntimas son publicadas en páginas web de contenido pornográfico o que ofertan servicios de prostitución.

Contenidos de la campaña

Los vídeos, cuñas de radio, cartelería y post en redes sociales de la campaña de la Junta se nutren de las situaciones más frecuentes con las que germina este tipo de violencia de género.

Por ejemplo, el momento en el que una joven recibe un mensaje de Whatsapp en el que su pareja la incita a enviarle fotografías con poca ropa: «Solo esa foto?» «Te sobra ropa...» «Ya estás tardando!!!». De este modo, se refuerza la consigna de que este es «uno de los signos de violencia de género digital que puede pasar desapercibido entre la juventud».

Así, en el vídeo se muestra el contraste entre las imágenes de parejas felices y los mensajes de control y hostigamiento por Whatsapp en los que un joven pregunta a su pareja dónde está y, al ver que no le responde, le recrimina que no haya contestado si el mensaje sale con la señal de leído. Incluso, añade un emoji de enfado para meter presión.

Asimismo, se visibilizan otros ejemplos de violencia digital como el espionaje del móvil de la pareja u otros mensajes que parten de los celos y la desconfianza: «Xq pasas de mí?», «Con quién estás? estoy llamándote».

Tras incidir en tales situaciones en las que germina la violencia de género, el vídeo concluye con un mensaje positivo en el que se le recuerda a las víctimas que no están solas. Al mismo tiempo, se les anima a denunciar lo que están sufriendo a través del teléfono de atención a las mujeres andaluzas (900 200 999) para solicitar ayuda, información y asesoramiento sobre este tipo de violencia y sus consecuencias.

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