Entrevista | José Bernal Historiador

«La defensa del Fuerte de San Luis es nuestro gran emblema de la Guerra de la Independencia»

«Fue uno de los episodios épicos de aquel periodo, contado por parte de aquellos coetáneos y por generaciones posteriores», señala

El autor, con su ensayo, en el Paseo de La Alameda, uno de los emplazamientos protagonistas de la Marbella sometida a la ocupación napoleónica.

El autor, con su ensayo, en el Paseo de La Alameda, uno de los emplazamientos protagonistas de la Marbella sometida a la ocupación napoleónica. / marcel vidal. marbella

Marcel Vidal

Marbella entre la Guerra y el Liberalismo (1808-1814)’ es el último libro de José Bernal, editado por Algorfa, que pone la lupa en la situación en la que se encontraba el municipio en un momento en el que España acababa de ser invadida por las tropas napoleónicas, buena parte del país se había levantado en armas contra el invasor francés y aparecen los primeros textos constitucionalistas de la Historia del país.

¿Qué encontrará el lector en este libro?

Recopilo los acontecimientos que ocurren en Marbella en una coyuntura histórica fundamental para España. Son seis años en los que se produjo una cruenta guerra. Pero, además de la guerra, hubo mucho más, como la disputa de la Monarquía entre Carlos IV y Fernando VII o el primer movimiento de nación en España frente a la invasión francesa.

¿Qué episodios de aquellos acontecimientos se vivieron en Marbella?

Nos vamos a encontrar, dentro de la guerra, con acontecimientos épicos conocidos nacional e internacionalmente, como el asalto francés al Fuerte de San Luis. También se desarrolló un gobierno municipal afrancesado, de José Bonaparte. Y, tras la salida de los franceses, el municipio experimentó un gobierno liberal tras la aprobación de la Constitución de 1812.

¿Qué emplazamientos de Marbella se pueden visitar para aproximarse a esa parte del pasado?

Por ejemplo, el Fuerte de San Luis -ubicado en los exteriores del hotel El Fuerte, actualmente en reformas-. Los franceses lo asaltaron en cinco ocasiones en apenas meses. En esa fortificación permaneció una pequeña partida de soldados españoles que defendieron Marbella y la costa contra el control napoleónico. La defensa de ese fuerte fue uno de los episodios épicos que durante muchos años se contó de la historiografía de la época, tanto por parte de aquellos contemporáneos como generaciones siguientes. Es nuestro gran emblema que identificamos con la Guerra de la Independencia. Se planteó reconstruir el fuerte, pero nunca se hizo. Actualmente contamos con una parte del fuerte, ubicado en los jardines del hotel.

¿Alguno más?

El convento de San Francisco, actual albergue África. Se utilizó como residencia de las tropas francesas y se fortaleció para que fuera un edificio de control por parte de los invasores. También en la plaza del Santo Cristo, en calle Ancha, donde se situaron los militares de alto rango de las tropas francesas. Tras la guerra, el convento de San Francisco nunca se reconstruyó, pero su planta sirvió para, después de la Guerra Civil, edificar el albergue.

Otros lugares emblemáticos en la Marbella actual quedaron arrasados.

El paseo de La Alameda fue un lugar que, tras la guerra, quedó destrozado. Cuando acudimos a las actas capitulares de la época liberal o de la restauración del absolutismo con la vuelta de Fernando VII, la preocupación del Ayuntamiento de aquel entonces era recuperar La Alameda. Podemos decir que mantenemos hitos de esa Guerra de la Independencia.

¿Qué fuentes ha utilizado para elaborar el libro?

Documentos del Archivo Municipal, donde hice mi prestación social en sustitución de la mili; del Archivo Histórico Nacional; e información inédita que estaba en el Archivo Nacional de Francia y de otros archivos franceses, como el de La Legión. También uso memorias de protagonistas franceses del asalto a Marbella.

¿Tiene la Historia de Marbella el lugar que se merece?

No. Por eso hay que romper una lanza en favor de tantos historiadores que hay en Marbella y que, poco a poco, van construyendo ese pasado global. Todo esto surge de la huella que dejó Fernando Alcalá Marín (primer cronista de Marbella).