Turismo

Skol: 60 años de un pionero del turismo

El icónico complejo fue el primero en la Costa del Sol en ofrecer apartamentos turísticos

Fue precursor en España en ofrecer servicio de bufé y el primero en la comarca con una centralita telefónica; disponía de una peluquería a la que acudían Lola Flores o la duquesa de Alba

El apartahotel Skol, en una imagen de la época dorada del turismo en Marbella. | L.O.

El apartahotel Skol, en una imagen de la época dorada del turismo en Marbella. | L.O. / marcel vidal. marbellamarcel vidal

Supuso una revolución en la arquitectura de su época y en la gestión hotelera en Marbella y en el resto de la Costa del Sol.

Su construcción, hace 60 años, permitió a los vecinos de la comarca contemplar un edificio inspirado en las ideas de Le Corbusier, uno de los referentes de la arquitectura moderna, de la segunda mitad del siglo XX; y a los turistas, optar por una pionera fórmula de inversión en apartamentos de explotación hotelera, modelo hoy en auge en el sector turístico internacional.

La magnitud de la repercusión que tuvo la apertura al público del apartahotel Skol en la España de la dictadura y en una Marbella que comenzaba a labrarse una marca en los destinos turísticos internacionales se advierte en el nombre de autoridades y celebridades que han visitado sus instalaciones.

Al acto de su inauguración, el 21 de septiembre de 1963, acudieron tres ministros franquistas y, desde entonces, se han alojado en sus apartamentos intérpretes como Ava Gardner, Deborah Kerr, Brigitte Bardot, la malagueña Amparo Muñoz o José Luis López Vázquez; políticos como Ted Kennedy; toreros como Manuel Benítez ‘El Cordobés’, Diego Puerta o Jesulín de Ubrique; y futbolistas como George Best o David Beckham, que rodó un anunció para una conocida marca de material deportivo.

El apartahotel entró en funcionamiento con un innovador modelo de gestión ideado por el promotor inmobiliario Rafael Zea y que propiciaba la fidelización de unos turistas, especialmente procedentes de EEUU, que comenzaban a descubrir la Costa del Sol, con la obtención de un beneficio económico.

Turista y propietario

Los impulsores del complejo residencial, temeroso de que la afluencia de turistas pudiera ser temporal, ofrecían a los viajeros la oportunidad de adquirir su apartamento en Marbella.

El turista viene y va. Hoy está en Marbella, pero mañana va a Chipre, pasado a Faro y, dentro de dos años, a Tenerife. Pero cuando el turista es propietario, se fideliza

«El turista viene y va. Hoy está en Marbella, pero mañana va a Chipre, pasado a Faro y, dentro de dos años, a Tenerife. Pero cuando el turista es propietario, se fideliza», apunta el secretario de la comunidad de Skol, Víctor Martínez.

Durante los periodos en los que los turistas no estaban en Marbella, la promotora inmobiliaria gestionaba sus apartamentos a cambio de una retribución del diez por ciento anual, de tal forma que, diez años después de su compra, el propietario recuperaba la inversión.

El complejo residencial, que destaca por sus tres edificaciones -una de ellas, de diez plantas de altura-, contó con la primera centralita de teléfonos de la zona; con una peluquería entre cuyas clientas figuraban Lola Flores o la duquesa de Alba; servicio de lavandería; el primer bufé que un establecimiento hotelero de España ofrecía a sus huéspedes; fábrica de hielo; e incluso un obrador de panadería y pastelería.

«Los vecinos de Marbella venían los domingos a comprar aquí los pasteles. La primera leche uperisada que se comercializa en Málaga llegaba hasta el Skol y los negocios de hostelería de Estepona venían aquí a comprarla», recuerda el secretario de la comunidad del apartahotel.

Skol se convirtió en sus inicios en la «plataforma turística de relevancia» en Marbella gracias a sus más de 300 apartamentos y unos servicios nunca vistos hasta entonces en un momento en el que los principales hoteles locales, como Los Monteros, El Fuerte o Marbella Club disponían de 35, 18 y 16 habitaciones, respectivamente.

El apartahotel es desde entonces una de las edificaciones más icónicas de Marbella.

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Norman Chappel se encontraba en su apartamento de Skol el 8 de mayo de 1991 cuando, minutos antes de las 03.30 horas, escuchó voces, alarmas y trasiego.

Tras percatarse de que el origen del bullicio se debía a un incendio que se había declarado en la recepción y el restaurante, lejos de la zona del apartahotel en la que se encontraba su apartamento, acudió a salvar a los residentes que se habían visto atrapados por las llamas.

De nacionalidad inglesa y 80 años, Chappel fue la única víctima del episodio más trágico que ha vivido el apartahotel en sus 60 años de servicio.

Perdió la vida en la ambulancia que le trasladaba al hospital, pero su ejemplo de valor y generosidad perdurará para siempre en un establecimiento del que es residente de honor.

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