Opinión | La libreta del duque de Chantada

'The Arrow' amenaza al Unicaja

«Skip To My Lou» es el nombre de uno de los mayores jugones que vio el mítico Rucker Park de New York. Debajo de esa frase de una nana que se utiliza para dormir a los niños, se camuflaba Rafer Alston. Un mito de la calle que llegó a jugar aunque sin mucho éxito en la NBA. Grant Hill, Tracy McGrady y otros muchos de sus coetáneos le saludaban con reverencia antes de iniciar los partidos. Su leyenda era inmensa aunque muchos desconocían su nombre real y no le identificaban cuando se lo cruzaban en el parquet.

Este verano Manresa tenía planeado comenzar la temporada con Dani Pérez y Vasilije Pusica pero la lesión de este último llevó al Bagés a un joven francés de nombre Sylvain Francisco, que estaría a prueba un par de semanas para tratar de convencer al exigente Pedro Martínez. A sus 24 años se trata de un jugador explosivo que destacó la temporada pasada en la Elite1 francesa pero sobre todo en las competiciones de street básket y de 3x3 donde es conocido como «The Arrow».

Un gran manejador de balón y con un físico muy poderoso que le permite machacar el aro por encima de los pívots rivales a pesar de medir sólo 1,85 metros. Sylvain no sólo pasó la prueba, sino que es una de las sensaciones del inicio de la Liga ACB y hace un par de días fue el mejor jugador del equipo de la Catalunya Central en el partido ante el poderoso Hapoel Jerusalén en la BCL.

Estrella de High School en Florida rechazó la universidad para volver a Francia, mantener el estatus de jugador formado en Francia, y enrolarse en las filas del Metropolitans 92, con los que llegó a debutar en la Eurocup con 20 años en 2017. Trató de salir del cuadro parisino para probar en la G-League, pero no lo consiguió y acabó jugando 2 temporadas en la PRO B, la segunda división francesa. Este joven que los medios franceses definen como «de estilo americanizado» guarda un recuerdo que le hace entrenar duro cada día. «¿Mi peor recuerdo? Cuando los clubes no me querían a los 13-14 años» le contaba al periodista Théo Tetard. «Cuando era pequeño los equipos no me querían. Primero decían que era pequeño, luego que mi juego estaba muy americanizado, y no les gustaba a los entrenadores. Entonces me fui a Estados Unidos a jugar a High School».

Se grabó vídeos jugando y los mando a las escuelas americanas. Dos de ellas le ofrecieron una beca y aceptó la de Liberty Christian en Florida. El rechazo inicial le ha enseñado que siempre debe estar al máximo nivel de trabajo. «Nunca estoy satisfecho. Sí logro 20 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias, no estaré satisfecho porque al día siguiente puedo anotar sólo 1 punto. Nada se da por sentado. Siempre trabajo para estar la máximo nivel. El objetivo es siempre el máximo y el objetivo final es la NBA».

Su físico le permite exhibiciones como la que dio el 14 de octubre de 2017. Por la mañana con el equipo vinculado de Metropolitans 92 registró 19 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias y por la tarde fue el mejor de su equipo en la Élite 1 con 19 puntos y 3 rebotes en 16 minutos. Sus padres son angoleños. Su padre jugaba al fútbol en el país africano donde más se vive el baloncesto pero Sylvain y sus dos hermanos mayores Bateko y Lokuli siempre prefirieron el balón naranja. Internacional con Francia en las categorías inferiores coquetea con Angola para jugar en la absoluta.

Francisco destaca en este nuevo Baxi Manresa junto al nigeriano Chima Moneke que desde su 1,98 metros y con sólo 23 minutos de juego es el máximo reboteador de la Liga ACB. Una buena piedra de toque para un Unicaja que busca su cuarta victoria consecutiva en competición oficial. Una circunstancia que por desgracia no ocurre desde hace mucho tiempo. Suerte y poneros la mascarilla… salva vidas.