Opinión | LA SEÑAL

Bando municipal woke

Desde luego, lo que perciben algunos ciudadanos acerca del Fisco podría ser objeto de la metafísica. Porque seis de cada diez españoles creen que pagan más impuestos de lo que reciben del Estado, pero resulta que hay millones de españoles que no pagan nada al Estado -porque solo unos 21 millones tributan por IRPF, los demás naranjas de la China-. Entonces, ¿los que no pagan también consideran que reciben poco del Estado? En 2018, por ejemplo, el IRPF era el 39 por ciento del total de los impuestos, pero le andaba pisando los talones el IVA con el 33 por ciento y el 12 el Impuesto de Sociedades. Los que más pagan, por supuesto, son los que menos reciben del Estado.

Pasa como con Antonia Muñoz, ex alcaldesa (gracias a Dios) de Manilva, de IU, condenada a nueve años de inhabilitación por “»delito continuado de prevaricación administrativa» al contratar a dedo y al margen de los procedimientos legales solo a 749 personas, familiares incluidos. Ella es inclusiva, se podría decir, y de esa guisa aumentó el empleo del municipio, ¿por qué tanto escándalo? No, si al final les llaman por su nombre, pero mientras la superioridad moral hace estragos…

Otro ejemplo, Antonio Guterres, el plutócrata de la ONU, que urge ahora a gravar los beneficios, que llama «inmorales», de las compañías energéticas, pero ¿por qué son inmorales, Antonio?, ¿porque tú lo dices y beneficias a la competencia? Quizá si te ocuparas de otras inmoralidades de tu casa… porque, al menos 19 personas han muerto hace solo unos días en las protestas desatadas en el noreste de la República Democrática del Congo contra la misión de paz de las Naciones Unidas en el país. Y es solo un botón de muestra de la sastrería, hay otros. Estas misiones de paz, como hemos visto en tantas partes, un poner, Somalia, además de dilapidar presupuestos, no pegan un tiro y, claro, no resuelven un conflicto que es de tiros y como vayas de buen rollito mirando para donde no están los cadáveres pues no te quieren, es lo que pasa. Recientemente, veíamos a Guterres como un pasmarote, junto a Erdogán, en la firma del acuerdo sobre la carga de barcos con grano en Ucrania, y no había hecho nada más que sentarse para salir en la foto, es la realpolitik. Pero si entró en el PSP en 1974, el mismo año de la revolución de los claveles, el chico luchó mucho contra la dictadura de Oliveira Salazar, sí…

Sin embargo, no hay que irse tan lejos, aquí Paco se encarga -porque como somos menores de edad – de decirnos en el bando municipal que no hay que difundir bulos en la Feria y ya está. Roma locuta, causa finita. Además, al final del verano nos anunciará qué ha decidido sobre su futuro político después de esta pausadísima meditación ante los dioses.

Ahora, si borramos al CNI del País Vasco y en Cataluña lo reducimos a su mínima expresión pues le estamos dando una inmensa alegría a los pacifistas de Bildu y a los constitucionalistas de ERC para que tengan más ánimo en acosar y vejar, por ejemplo, a Mikel Iturgaiz, el hijo del político pepero vasco, al que rodeó una manada de hienas para echarlo de unas fiestas, y allá para que erradiquen con dolor de los niños el español de las aulas que, como se sabe, es la lengua del demonio, para ellos, of course. ¿Acaso no debemos poner la otra mejilla?, pues eso.

Pero la mancha iliberal -ahora se dice así- se extiende en Hispanoamérica, haciendo desfilar hasta las espadas, y es que el joven Biden se ha olvidado del continente, como antes de los afganos, es coherencia. Por aquí, creo que Uber y Cabify, bueno, y la ley Rider, son los grandes sacrificados por el gobierno, pero también por la misma derecha, que no quiere nadie problemas con los taxistas. La ley de la fuerza es la única que rige, todo lo demás es Corín Tellado. Ahora, que ya hay runrún de candidatos a munícipes, a nueve meses de la cita galante con el electorado, pues más todavía. ¿Cuándo empiezan las obras?, porque una campaña electoral da comienzo cuando los martillos neumáticos rompen las calles para que los veamos en su hip hop. Y quedan como nuevas. Gabriel Celaya se dio cuenta:

Los espejos no reflejan, transparentan.

Todo mira fascinante de frente,

pero no existe.

Todo vuelve por detrás y es lo real,

invisible.

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