Tribuna

La ‘Marca Málaga’ vive su mejor momento

"Málaga tiene ante sí un gran futuro y un magnífico presente, y está ejerciendo en muchos ámbitos un papel de liderazgo, de guía y de escaparate de Andalucía"

Francisco Salado

Francisco Salado

La provincia de Málaga llega a la celebración del Día de Andalucía, un hito en el calendario muy oportuno para la reflexión y el análisis sosegado de nuestra situación, en un momento histórico de progreso y esplendor, aunque cargado de retos y desafíos.

Atrás quedan, afortunadamente, los duros años de la pandemia del COVID-19, que han puesto a prueba nuestra resistencia, a nuestros excelentes profesionales sanitarios y a nuestros motores económicos. Siendo como somos uno de los principales destinos turísticos de España, de Europa y del mundo, nuestras empresas y trabajadores, como nuestro PIB, sufrieron especialmente el golpe derivado de las restricciones y confinamiento.

Pero podemos afirmar que hemos superado con nota ese inesperado y brutal ‘test de estrés’, y la Costa del Sol registró en 2022 las mejores cifras de rentabilidad de su historia, a pesar de la pequeña caída del número global de visitantes. Es, en realidad, el objetivo que perseguimos, primar la calidad por encima de la cantidad, intentar obtener más ingresos con menos visitantes.

Sin embargo, cuando la pandemia va poco a poco quedando atrás gracias a las vacunas y a las medidas de prevención, en 2023 la salvaje invasión rusa de Ucrania sacudió todos los cimientos de la geopolítica y de la economía mundial, agravando la crisis inflacionaria de subida de precios y materias primas que ya veníamos sufriendo.

Ambas crisis, sumada a las temidas consecuencias derivadas del ‘Brexit’ –el Reino Unido es nuestro principal mercado internacional emisor de turistas- podían hacer suponer que la provincia de Málaga iba a sufrir especialmente en estos años.

Todo lo contrario. En el último año Málaga se ha consolidado y destacado como el motor económico, tecnológico y cultural –ya no sólo turístico- de Andalucía. Prácticamente no ha habido una semana en la que este periódico no haya contado la noticia de la llegada de alguna multinacional o firma importante a nuestra provincia, especialmente a la capital, o los planes de inversión en hoteles y otras iniciativas privadas a lo largo de nuestra provincia. Ya no se trata sólo del litoral. Antequera se ha configurado como uno de los grandes polos empresariales de nuestra tierra, y al calor del Puerto Seco, grandes internacionales se han instalado o se van a instalar allí.

Google, Vodafone, Globant, Accenture, Citigroup, Santander, BBVA, Oracle, Telefónica… la lista de empresas se va ampliando y con ella los anuncios de búsqueda de trabajadores cualificados, programadores, ingenieros, analistas, matemáticos. Si eres un joven malagueño, ya no hay que emigrar a otros territorios para encontrar trabajos de gran especialización y exigencia, sino prepararse a conciencia porque la competencia es alta. Contamos para ello con la Universidad de Málaga, que ha llegado a su 50 aniversario en su mejor momento, coincidiendo con esta etapa de esplendor y desarrollo tecnológico en el que tanta responsabilidad tiene, como el Parque Tecnológico de Málaga.

Este auténtico ‘boom’ se ha unido en el tiempo a un desarrollo importantísimo de las infraestructuras y equipamientos de la provincia, así como a un aumento de la oferta cultural y de ocio sin precedentes, que nos convierte en una de las grandes capitales culturales del país.

Podríamos afirmar sin discusión que la marca Málaga vive su mejor momento, y ello se debe, principalmente, a que el producto que hay detrás, el territorio, las empresas y su gente, acompañan a la marca.

No es de extrañar, por tanto, que seamos la provincia que más población ha ganado en los últimos dos años en España, que las proyecciones del INE apunten a un aumento demográfico de más de 282.000 personas en los próximos quince años, lo que nos situará como provincia más poblada de Andalucía, por delante de Sevilla.

A estas cifras actuales y a ese crecimiento previsto le acompaña una serie de problemas y desafíos que no podemos ignorar. La movilidad especialmente. No nos cansamos de reclamar la imprescindible ampliación del tren de Cercanías de la Costa del Sol, que haya una conexión ferroviaria con Marbella y Estepona. También debe planificarse y acometerse, porque de lo contrario ocurrirá lo mismo que con la costa occidental, el desarrollo del transporte ferroviario en la costa de la Axarquía, así como la implantación del servicio de Cercanías con Antequera y la mejora del actual con el Valle del Guadalhorce.

Es necesario acometer planes ambiciosos de vivienda pública y viviendas para jóvenes, así como la mejora de las infraestructuras hidráulicas. Llevamos demasiados años esperando que el Gobierno autorice el trasvase del pantano de Iznájar hacia la comarca de Antequera, y muchos ayuntamientos, con la ayuda de la Diputación, deben afrontar la urgente mejora de sus redes de abastecimiento de agua, que en algunos casos pierden hasta el 50% del líquido que transportan.

La Junta está acometiendo numerosas actuaciones para aprovechar el agua reciclada para el riego, especialmente para las pujantes explotaciones agrarias de la Axarquía. Gracias a los subtropicales, la comarca de la Axarquía ha dejado de ser una de las más pobres de España y se ha convertido en una de las más dinámicas, y sus gentes tienen muchas más oportunidades. No se trata de demonizar unos cultivos tan rentables económica y socialmente, sino de dotarlos de las medidas de eficiencia hídrica necesarias –la mayoría de las cooperativas son ejemplares en ese sentido- y de los recursos que sobran en otros lugares.

Desde la Diputación, de la mano de los ayuntamientos, de la Junta de Andalucía y de la iniciativa privada estamos liderando la estrategia ‘Málaga Viva’, de lucha contra el cambio climático. La sostenibilidad debe ser una de nuestras grandes prioridades, y por ello hemos plantado ya más de 350.000 árboles, vamos a compensar la huella de carbono de nuestros turistas y fomentamos la implantación de las energías renovables en la provincia. Pero ese desarrollo debe hacerse con cabeza y sensibilidad, sin caer en otras burbujas anteriores, respetando nuestro patrimonio natural, nuestros paisajes. Y, sin duda, escuchando y teniendo en cuenta la opinión de los ayuntamientos y de los vecinos afectados. No hacerlo nos llevará a cometer graves errores de los que nos arrepentiremos más pronto que tarde.

En definitiva, Málaga tiene ante sí un gran futuro y un magnífico presente, y está ejerciendo en muchos ámbitos un papel de liderazgo, de guía, y de escaparate ante el mundo, de Andalucía. Seamos conscientes de esa responsabilidad y sigamos trabajando, todos juntos, como hasta ahora. Feliz Día de Andalucía.