Opinión | En corto

González se quiere

Coincidiendo con el inicio de campaña para las europeas, González se ha despachado ante Pablo Motos y 5 millones de audiencia con lo que piensa de la amnistía, el actual PSOE y los dos presidentes socialistas que tras él hubo en España, Zapatero y Sánchez. Nada que objetar, estas cosas deberían ser normales, aunque algún mal pensado pueda cuestionar el día. En cuanto a cebarse con los sucesores en Moncloa, nada tampoco que decir, es cuestión de estilo, y este no depende de la voluntad, se tiene o no se tiene. Lo que rechina es que critique el cesarismo en el PSOE mientras lo menta como «un partido que reconstruí yo», o que añore la arcadia feliz para la libertad interna en su tiempo, cuando en el Comité Federal tenía, dice, «un 20 o un 25% de oposición a lo que proponía». Es verdad que el papel de malo se lo dejaba entonces a su adjunto Guerra («el que se mueve no sale en la foto»).

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