Semana Santa Málaga 2024

El Domingo de Pasión marca el camino de la Semana Santa

Los diez traslados celebrados este domingo llenan el Centro, que rebosa público por los cuatro costados, pero también barrios como Capuchinos, Huelin, El Molinillo o la Cruz del Humilladero

Con un sol de justicia por la mañana y temperatura agradable por la tarde, el Domingo de Pasión, con sus diez traslados, se ha convertido en una jornada de quedar para comer, ver traslados, echar el día en la calle y llegar a casa oliendo a incienso. Es el entrenamiento para la Semana Santa que llega. Se miden fuerzas, se buscan nuevas esquinas, te reencuentras con amigos y conocidos, hablas del pregón (y muy bien por lo escuchado en varias conversaciones), te peleas por primera vez con alguien que se quiere colar y te cuelas con rostro pétreo a los pocos minutos. Ves a muchos niños mirar con ojos como platos, otros con ojos llorosos por el incienso, los hay con miles de preguntas y otros que arrastran a sus padres cansados por las calles: "Ahora a la Pollinica, luego al Huerto y Fusionadas, nos vamos al Prendimiento y corriendo a Humildad y Paciencia". Bufido, mirada de resignación y de nuevo paso firme. Muchas vocaciones cofrades comienzan en Domingo de Pasión y otras se cuestionan, como cuando las esperas se alargan, igual que algunos itinerarios: "en cinco calles hubiera llegado y van a recorrer 22", apunta un joven que ha aprovechado la espera para hacer estadística cofrade. También hay quien aprovecha para inventarse un chiste: "Se abre el telón, aparecen dos operarios vertiendo líquido anticera delante de un cortejo. Una señora se resbala y tira de otra al suelo. Un hombre se desliza con torpeza. ¿Cómo se llama la película? Tontos de capirote". Pues eso.

El Cristo de la Sangre, trasladado a hombros desde San Felipe Neri este Domingo de Pasión.

Salida de la Virgen de Consolación y Lágrimas desde San Felipe. / Eduardo Nieto

Sangre y Piedad, por la mañana

La mañana del Domingo de Pasión sorprende pronto a la gente en la calle. Desayunando en los bares que circundan El Molinillo era posible ver a malaguistas preparados con la blanquiazul y a cofrades que apuraban los minutos antes de ir a ocupar posiciones ante sus imágenes.

La misa, el acto protocolario y el rezo del vía crucis en San Felipe Neri dejan siempre hueco a la incertidumbre de la hora exacta de salida. Abiertas las puertas del templo, y escoltados por los guiones de Salutación y Santa Cruz, el Cristo de la Sangre y la Virgen de Consolación y Lágrimas salían al encuentro de un numeroso público que se agolpaba a la sombra, dado el calor que caía ya inmisericorde.

El pregonero de la Semana Santa, Augusto Pansard, ocupó el puesto tradicional a los pies del Cristo de Palma Burgos. La banda de música de La Paz acompañó a la Virgen, mientras el Crucificado contó con tambores de la agrupación musical Vera+Cruz de Campillos, para marcar el paso.

Encuentro en la Cruz del Molinillo

En el vértice de la Cruz del Molinillo, mientras el cortejo de la Sangre descendía por la calle Parras, la Virgen de la Piedad salía del interior de su capilla. Frente a frente, Palma ante Palma, y ante su devoción, el pregonero cambió su lugar para ser un hermano más. Con la marcha 'Vía sacra' se produjo el encuentro entre ambas dolorosas y los hermanos mayores de ambas corporaciones intercambiaron martillos y posiciones.

Traslado Piedad este Domingo de Pasión 2024.

El traslado de la Piedad recorriendo la Cruz del Molinillo. / Eduardo Nieto

Una vez unidos ambos cortejos, prosiguieron por la calle Ollerías para buscar sus casas hermandad respectivas.

Como novedad, la Virgen de la Piedad cambió su recorrido y discurrió por una calle Cabello que beneficia a su transitar por el entorno. La dificultad la encontró a la entrada de la vía, en la estrechez del baluarte y el cable aéreo que se tensa a poca altura.

El Centro en bronce

Si existe una fecha en el calendario que sirva para poner en contexto las vísperas de la Semana Santa de Málaga esa es, y desde hace ya décadas, la jornada del Domingo de Pasión. Y si hay un lugar, este se encuentra en la plaza de los Mártires. Ya la mañana había dejado pinceladas de especial intensidad en El Molinillo y la tarde no le iba a ir a la zaga. Ni mucho menos. El público, que había hecho tiempo entre la sesión matutina y la vespertina en los muchos bares que ya también calientan motores de cara a lo que se les viene encima y que asumen este día como una suerte de ensayo general, hace tiempo que aguardaba, no sin cierta impaciencia, en la calle Comedias. Iba a salir Gitanos.

Traslado de Gitanos. Foto: Eduardo Nieto

Salida desde los Mártires del traslado de Gitanos. / Eduardo Nieto

No es cualquier cosa. Eran las cinco de la tarde. En punto, las manecillas marcaban el instante exacto en que el Centro de la ciudad se iba a tornar de bronce por el reflejo del sol sobre la espalda lacerada del Señor de la Columna, que se cubría con pureza de color blanco y nimbaba su testa con potencias de oro. 

Claveles rojos y siemprevivas moradas constituían, en amplio moldurón, el arreglo floral del definido trono color caoba. Y cuarto pequeños arbotantes en las esquinas servían luz, aunque con la luminosidad de la tarde falta no hacía. 

Despacio avanzaba el cortejo de hermanos con cirios haciéndose paso entre carritos de caramelos y los primeros vendedores de globos. Ahí dónde están es signo inequívoco de que hay lleno. Porque hay tirón. 

Enlazando marchas nada más salir, con los sones más clásicos de Escámez y Puelles, la banda de cornetas y tambores de los Gitanos ponía todo de su parte en este ansiado día para llevar en volandas a sus titulares hasta la calle Frailes, donde un Lunes Santo más, las notas del Himno de Andalucía acompañarán los cimbreos primeros del palio de la Virgen de la O, que este Domingo de Pasión se lucía de hebrea dejando absorto al público que llenaba las aceras ante tan rutilante y bella tez calé. 

En las coordenadas agustinas

Prácticamente a la misma hora, pero en otras coordenadas de un Centro Histórico que vuelve a ser de Málaga por unos días, aunque cada año le cueste más reconocerse a sí mismo, en San Agustín se repiten las mismas apreturas y bullas a la espera de que salga el traslado de la Pollinica. La primavera, como Dios manda, estalla en los naranjos del atrio del templo. En su interior se aceleraban los preparativos a modo de ritos finales. La impaciencia afuera, crecía. 

De pronto se abrían las puertas para que la comitiva procesional que antecede a las sagradas imágenes se echara a andar. Tras el frente de procesión, varias parejas de hermanos que portaban cirios se disponían ante las andas de San Juan, que como titular de la cofradía que es, también es merecedor de la dignidad de un tránsito de este tipo, abandonando de este modo la sacrosanta furgoneta. 

Traslado de Pollinica. Foto: Eduardo Nieto

Traslado de Pollinica en la plaza de la Merced. / Eduardo Nieto

De tonos penitenciales adornadas, con rosas lilas y clavel, iris y eryngium morado, las imágenes del Señor a su Entrada a Jerusalén y de la Virgen del Amparo iban en las mismas andas, juntas, como es tradición y costumbre, y tras los primeros toques del pregonero pollinico Augusto Pansard, avanzaban para abandonar el patio en la siempre compleja maniobra para sortear la reja.

El Cristo de Cerrillo, ese Señor que comparte advocación con muchos otros por toda Andalucía repartidos pero que es único en su sonrisa introspectiva que a tanto invita y a tantos conmueve, volvió a sorprender vestido con una túnica de lino y manteo de color tierra; mientras que la Virgen del Amparo iba a la usanza hebrea, portando su sempiterna rosa amarilla en la mano siniestra, donde llevaba también el rosario intercesor.

La Agrupación musical de la Santa Vera+Cruz de Campillos, que el día anterior ya había acompañado a las imágenes de la Sagrada Cena en su traslado desde Santo Domingo, se situaba con toda su potencia y afinación, detrás de las andas. Para la salida de la imagen del Evangelista tenía reservada 'Cantemos al amor de los amores'. Y tras la Marcha Real, para ganar la angostura de la calle empedrada, deseosa de sustituir mesas y sillas por cera derretida aunque esta sea cada vez más efímera por mor del insoportable líquido esparcido made in Ayuntamiento de Málaga, resbaladizo y corrosivo, atacó 'Más cerca, oh Dios de ti'. Y 'Nazareno y Gitano', para salir a Granada, a la plazuela que tiene nombre de inolvidable diseñador cofrade: Jesús Castellanos.

Conforme los últimos músicos terminaban de transitar antes de la promesa, el público que se agolpaba en los márgenes de cada vía iba abandonando sus privilegiadas posiciones para ir en busca de otro traslado. Oferta, desde luego, no faltaba. 

Coincidencia en San Juan

Mientras en San Agustín salía la Pollinica, Gitanos subía por la calle Cárcer con 'Triana', en la iglesia de los Mártires se abría otra puerta para dar salida a Jesús Orando en el Huerto y la Virgen de la Concepción. Es el gran contrapunto para esta jornada, donde el protocolo se relaja en los traslados. La Archicofradía del Huerto mantiene su apuesta por la excelencia y el recogimiento en un traslado que contó con la música de capillas musicales acompañando las dos andas.

Traslado del Huerto. Foto: Eduardo Nieto

Traslado del Huerto frente al Oratorio de las Penas. / Eduardo Nieto

Entre una nube de incienso, Jesús Orando en el Huerto esperó en el dintel de los Mártires mientras el cortejo abría camino en unas abarrotadas y estrechas calles de un itinerario que le lleva a vías que suelen estar en un segundo plano en Semana Santa. De esta forma, el olor a incienso se extiende a calles como Pozos Dulces, Gordón o la misma calle Mártires. Los sones de la capilla musical ¡Virgen de la Caridad¡, delante de las andas del Señor; y la capilla musical 'Virgen de la Concepción', delante de la Virgen de la Concepción, imponían su ritmo suave y pausado, además de invitar al silencio al paso de las dos imágenes.

Hay que reconocer que el Huerto ha sido capaz de mantener su carácter más allá de modas y tendencias y es algo que se agradece. Ese contrapunto se hizo además más evidente en la calle San Juan, por donde pasó minutos después de que lo hiciera el traslado de Fusionadas, que iba acompañado de la Banda de Cornetas y Tambores de Redención, con Azotes; la Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos, con Exaltación; y la Banda de Música de la Esperanza, con Mayor Dolor. Tres formaciones de peso, con fuerza en su música y que anunciaban el paso de los titulares a varias calles de distancia.

Traslado de Fusionadas, con Azotes, Exaltación y Mayor Dolor, el Domingo de Pasión de 2024

Traslado de Fusionadas, con Azotes, Exaltación y Mayor Dolor, el Domingo de Pasión de 2024 / Miguel Ferrary

Fusionadas hizo un traslado para recrearse, a ritmo pausado y recorriendo las calles San Juan y Nueva, que tanta importancia vinculación tienen con esta hermandad en el imaginario colectivo. No tenían prisa, puesto que no había presiones, por lo que las marchas sonaban con fuerza y las andas iban lentas. Azotes abría el cortejo, en unas andas que permiten contemplar mejor el duro castigo recibido en su espalda, mientras que le seguía el Cristo de la Exaltación, más cerca de los ojos y con la posibilidad de recrearse en su sobria estampa. Cerraba el cortejo la Virgen del Mayor Dolor acompañada de San Juan, que entraron con 'Virgen del Valle' en la plaza de Félix Sáenz.

Ennoblecer cada detalle

La hermandad de las Penas ha sabido hacer virtud cada problema que se ha ido encontrando por el camino. El hecho de entronizar al Cristo de la Agonía no deja de ser un hecho casi rutinario, donde las poleas y las cuerdas tienen más protagonismo que la estética. Pero la hermandad ha sabido crear un momento único cada Domingo de Pasión. Es el cuidado y el cariño con el que hacen las cosas lo que consigue que la mera aplicación de principios físicos para subir y poner la cruz en el trono se convierta en una cita que muchos consideran obligadas, pese a que son pocos los que consiguen verla.

Entronización del Cristo de la Agonía de Las Penas 2024. Foto: Eduardo Nieto

Entronización del Cristo de la Agonía de la hermandad de Las Penas. / Eduardo Nieto

Tras estar expuesto durante todo el día con toda solemnidad, en un ambiente donde la luz de las velas y el incienso juegan un papel destacado, llega el turno de la entronización. Tras la Celebración de la Palabra, la soprano Andrea Palomo, con Francisco Javier Criado, al órgano, aportaron el acompañamiento musical que necesitaba este pequeño acto. Con suavidad, el Cristo de la Agonía fue elevado en el oratorio, cubierto con las pinturas de Raúl Berzosa, en una imagen de belleza indescriptible que culminó con la entronización. Sencillez y cuidado.

Málaga respira cofrade en los barrios

Huelin, Capuchinos y Cruz del Humilladero también reclamaron una cuota importante de protagonismo en este Domingo de Pasión, donde no todo lo que reluce está en el Centro.

Traslado Prendimiento el Domingo de Pasión de 2024 en Capuchinos

Traslado Prendimiento en Capuchinos / GREGORIO MARRERO / LMA

Capuchinos es una fiesta cada Domingo de Pasión. Miles de personas esperan al Prendimiento, que es de esas cofradías que tienen algo difícil de explicar, pero que arrastran multitudes. Tras la misa y el tradicional retraso, con el que cuenta todo el que va a Capuchinos a ver su traslado, el Prendimiento realizó ese largo recorrido por su barrio que lo lleva al Hospital de las Madres Hospitalarias, donde tiene un bonito encuentro con residentes y sanitarios.

A partir de ahí, llegó el éxtasis del traslado. Conforme avanzaba la noche, más y más público subía a Capuchinos desde el Centro. Había que terminar el Domingo de Pasión a lo grande y la hermandad respondió. La subida de la cuesta de Miguel Bueno Lara hasta la plaza del Conservatorio Superior de Música se hizo del tirón, enlazando marchas y terminando con ‘Caridad del Guadalquivir’ para entrar en San Millán, con la Banda de Música de la Soledad de Mena realizando un buen trabajo acompañando las andas. 

Había mucha bulla pululando alrededor de las andas, con Jesús y la Virgen del Gran Perdón como protagonistas principales. Ya en la calle San Millán sonó 'Encarnación Coronada', con la que se acercó a la casa hermandad entre vítores a la 'Capuchinera'.

Este año las andas no llevaban sus habituales arbotantes, que ha vendido a Las Lanzas, por lo que iba con dos faroles y centros florales a los pies de las imágenes.

La Virgen del Gran Perdón llevaba saya azul y manto burdeos, mientras que el Cristo lucía su túnica blanca bordada y manteo burdeos.

Traslado de Mediadora.

El Señor Redentor del Mundo, de la hermandad de Mediadora, tras salir de San Patricio / Gregorio Marrero

La hermandad Mediadora salió desde la iglesia de San Patricio, en Huelin, para recorrer calles del barrio de Huelin. Lo hizo con el acompañamiento musical de la Coral Polifónica Voces de Viñeros, que iba tras las andas del Señor. Una apuesta que lleva repitiendo varios años con sobresaliente resultado y que pone sobre la mesa una forma distinta de hacer las cosas, que invita además a desplazarse a Huelin el Domingo de Pasión para conocerla. Tras la Virgen Mediadora iba la anda de Música de San Isidro Labrado de Churriana.

El Redentor iba revestido con una sencilla y austera túnica morada, ceñida con un cíngulo dorado como único elemento llamativo. Había una gran coherencia en la forma en que iba en el traslado con lo que la hermandad había dispuesto para acompañarle, como la coral o los claveles rojos a modo de moldurón de las sencillas andas. La Virgen Mediadora salió con la Marcha Real ante una gran cantidad de público, que acompañó al cortejo por las calles del barrio de Huelin y con visita obligada a la capilla de la Virgen del Carmen.

Traslado de Humildad y Paciencia.

La Virgen de los Dolores y Esperanza, de la cofradía de Humildad y Paciencia, en el traslado del Domingo de Pasión. / Gregorio Marrero

En la Cruz del Humilladero la emoción era máxima en los momentos previos al inicio del traslado de los titulares de la hermandad del barrio: El Señor de Humildad y Paciencia y la Virgen de los Dolores y Esperanza. La salida desde el interior de San Vicente de Paul, bajando una empinada escalera, es todo un reto para los hermanos, que se ven animado por la grandísima cantidad de vecinos que esperan en la puerta y en las calles aledañas. El Señor bajó con los sones de la marcha 'Humilitas', de Francisco Javier Moreno, que interpretó la Banda de Música de la Cruz del Humilladero, que es parte consustancial de la hermandad. Tras la salida de las andas, la banda se situó tras la Virgen, ya que el Señor realizó el traslado en silencio. La fuerza plástica de la talla de Ruiz Montes no necesitaba nada más.

Las calles estuvieron llenas en todo momento de vecinos. Es tan del barrio, que las familias se reunieron porque al menos uno de sus miembros estaba en el cortejo o se preparaba para el próximo Domingo de Ramos. Hay una comunión entre las imágenes y su entorno como sólo se encuentra ya en los barrios.

La austeridad del traslado no sólo se vio en que el Señor iba en silencio, la propia forma de vestir a la Virgen, con el rudo hábito carmelita, alejado de los habituales terciopelos y bordados en oro con los que se atavían a la Virgen, invitaba a la contemplación y reflexión.