Baloncesto

¿Qué puede aportar Dejan Kravic al juego del Unicaja?

El pívot internacional serbio es un jugador de corte más ofensivo que defensivo, con capacidad para rebotear en ambos lados de la pista y muy rápido para su envergadura

Primer entrenamiento de Dejan Kravic en el Carpena con el Unicaja

Primer entrenamiento de Dejan Kravic en el Carpena con el Unicaja / Unicajabfotopress

Emilio Fernández

Emilio Fernández

Dejan Kravic ya se entrena con el Unicaja. El pívot serbio fue confirmado este viernes como jugador cajista por lo que resta de temporada, aunque no podrá jugar el domingo en Bilbao por ser un partido de Liga aplazado desde diciembre, fecha en la que el balcánico era todavía jugador del Hereda San Pablo Burgos.

Kravic llega a Málaga para suplir la baja de Micheal Eric, que con una grave lesión en su rodilla ya no volverá a jugar en lo que resta de curso. El pívot serbio, en perfectas condiciones físicas, por estar jugando hasta esta misma semana en el cuadro burgalés, deberá poner sus 210 centímetros y su calidad desde ya mismo al servicio de un Unicaja muy necesitado de ayuda en todas las posiciones de la pista, pero sobre todo debajo de los aros.

Kravic es un jugador con más talento ofensivo que defensivo. Es un pívot ágil y rápido para su envergadura, al que le gusta correr. Es un center puro, un «5» de los de antes, cuyo hábitat en el entorno más próximo del aro. No lanza de fuera y sus tiros son casi siempre desde posiciones cercanas a canasta. Esto quiere decir que es necesario que sus compañeros lo busquen y le hagan llegar el balón para que él finalice. No es un jugador de crear juego, es de terminarlo. También es muy hábil en el bloqueo y continuación, jugada que el equipo debería practicar más a menudo.

Es más anotador que Eric, aunque sus medias de esta temporada son muy similares: Eric ha firmado 8.2 puntos y 5.5 rebotes, mientras que el nuevo fichaje firma 8.9 puntos y 5.9 rebotes. Es verdad que en el caso del serbio son números por debajo de lo que aportó en el Obradoiro hace dos temporadas (13.2 puntos y 6.4 rebotes) y en el propio Burgos la campaña pasada (10.7 y 4.6).

Kravic tiene una buena actividad en el rebote, tanto en el defensivo como en el de ataque. Además es listo para sacar el balón jugado al contragolpe o para segundas jugadas, cuando el rechace lo captura en canasta ajena.

Entre las cosas menos buenas de él, su capacidad defensiva. No es un jugador que brilla atrás. Sufre mucho ante jugadores más físicos y más corpulentos. Es listo para robar el balón y para estar atento a las líneas de pase, pero en el uno contra uno pierde eficacia en su defensa.

Tampoco es un especialista en los lanzamientos de tiros libres. Al revés, su porcentaje es paupérrimo. Esta temporada en Burgos se ha quedado en un triste 34.4% de eficacia, después de 11 tiros convertidos de 32 intentados. Los rivales lo saben y no dudan en mandarlo a la línea del 4.80 antes que dejarlo anotar una canasta fácil. Tampoco es una amenaza en lanzamientos abiertos, por lo que las defensas rivales le suelen flotar cuando está lejos del aro.

Habrá que ver cómo encaja en la plantilla y, sobre todo, si el equipo es capaz de cambiar su manera habitual de jugar ese baloncesto basado en el bote y en el lanzamiento exterior. El objetivo debe ser que los jugadores del perímetro hagan circular el balón de fuera para dentro. Ahí es donde Dejan Kravic puede ser una gran ayuda, en el juego colectivo. Que nadie espere un pívot que se genera por sí mismo las jugadas. Necesita que lo busquen. Ahí está el reto.