Música

Sami Duque pone por fin de largo su flamenco urbano en su primer epé

El cantante malagueño lanza a través de Universal 'Las solteras pa’ mí', un álbum en el que cuenta con la colaboración de Yung Beef

El cantante malagueño Sami Duque

El cantante malagueño Sami Duque / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Con su bigote inconfundible, su voz rasgada y ese icónico corazón roto tatuado junto a uno de su sojos, Sami Duque lleva años haciéndose camino, tema a tema, en el flamenco urbano. Ahora lanza su primer epé, 'Las solteras pa’ mí' (Universal), seis canciones para consolidar el espacio propio logrado desde la fidelidad a sí mismo y el entusiasmo de sus fans.  

Las cifras en las redes sociales, fundamentales ahora mismo en el negocio de la música, avalan la propuesta del malagueño: 100.000 suscriptores en su canal de YouTube y 250.000 seguidores en su cuenta en TikTok; además, cuenta con el respeto de popes como Yung Beef, el gran introductor del trap en nuestro país y respetadísimo trendsetter desde su sello La Vendición, que colabora en una canción del epé de Sami, 'Velorio'.  

La fórmula de Sami es sencilla pero efectiva: las palmas y el taconeo se funden del flamenco en su vertiente más comercial se acompasan con el dembow y los ritmos bailables del reguetón, y a la garganta rasgada y el quejío se le aplica el autotune para ilustrar crónicas en primerísima persona del amor. De hecho, 'Las solteras pa’ mí' funciona como una especie de repertorio conceptual sobre el tránsito entre una ruptura sentimental y la búsqueda de nuevas ilusiones en esto del amor, de las melodías tristes y ritmos arrastrados con sintetizadores de neón a la euforia y los guiños por la emoción del cortejo en canciones más abiertas y efusivas.

Sami Duque, de 27 años (se define como «lo más cabrón del 95), lleva años dando pequeños pasos en esto de la música: canción a canción, colaboración a colaboración, vídeo a vídeo, de sala en sala, de festival en festival, ha esperado pacientemente su oportunidad para poner de largo su sonido. Ahora dice estar «sobre todo con ilusión» por lanzar esta primera referencia de mayor minutaje, para aquilatar su propuesta también en las largas distancias y minutajes.  

Y no va a parar. «Viene mucha música de Sami Duque. Ahora estoy ya trabajando el volumen 2 de 'Las solteras pa’ mí'. Antes sacábamos música y luego nos quedábamos viendo la televisión, jugando a la Playstation o dando vueltas. Ahora cogimos la opción de sacar música y seguir sacando más todavía», aseguró el malagueño hace unos días en el programa 'La Gozadera'.

Comunidad espontánea

Sami Duque es uno de los miembros de una comunidad espontánea a la que todavía no se le ha dado una etiqueta concreta (¿Reguetón gitano? ¿Flamencotón? ¿Urban gitano? ¿Flamenco urbano?) pero que se ha hecho con una suculenta parcela del negocio musical. Un sonido amplio y diverso que triunfa en cifras desde la más absoluta independencia. Sus artistas, como Nyno Vargas, Daviles de Novelda o Moncho Chavea, entre muchos otros, apenas figuran en las agendas mediáticas pero ellos llenan allí donde van y sus canciones engordan los servicios de streaming. Sus canciones son directas, al pie, y su imagen es extravagante y moderna, cuidadísima, con mucho bling-bling, chándales anticonvencionales, tatuajes y complementos imposibles. Y, por supuesto, se comunican con sus seguidores a través de las redes sociales con franqueza y sin tapujos (reacción de Sami Duque al pago por el check azul en Twitter instaurado por Elon Musk: «Yo no via pagar nada se lo voy a decir a los de Universal si me lo quieren poner que me lo pongan si no adiós Twitter me voy pal Instagram. Tengo pa pagarlo pero no lo voy a pagar se los doy a una persona que lo necesite antes que a esta gente»).

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