La Noche En Blanco
La buena vida es disfrutar de la cultura con nocturnidad y sin alevosía
La ciudadanía respondió abarrotando las calles un año más a la llamada de La Noche en Blanco, que celebró su décimo cuarta edición
La Opinión
Decía Bertrand Russell que «la buena vida es aquella inspirada por el amor y guiada por el conocimiento». Y Málaga añadió este sábado otro factor a la ecuación: la cultura. La capital celebró la decimo cuarta edición de La Noche en Blanco, la velada que nació para abrir a todos los públicos la apuesta cultural malagueña, para disfrutar en familia, entre amigos y como se quiera de numerosas actividades para aprender, disfrutar y asombrarse. El hilo conductor de la velada, elegido de unos años a esta parte por la propia ciudadanía a través de una votación online, fue precisamente ése, el de la buena vida, esa manera de estar en el mundo de la que presumen muchos malagueños y malagueñas y que pretenden acariciar quienes nos visitan o se afican aquí.
Casi 150 actividades se desarrollaron en 68 espacios repartidos a lo largo y ancho de la ciudad, la gran mayoría de ellas diseñadas específicamente por artistas, creativos y empresas de producción locales, lo que convierte año tras año a La Noche en Blanco en un magnífico escaparate de la creatividad boquerona para los ciudadanos
La idea, como siempre, fue pasear la ciudad y su noche topándose en cada esquina con una sorpresa. ¿Música? Por supuesto: el Patio de Cadenas de la Catedral fue escenario para jóvenes intérpretes locales de clásica, el Muelle Uno fichó a la gran cantautora indie Anni B Sweet, el rock y el pop también sonó en el Eduardo Ocón... ¿Baile? Cómo no: los Vivancos crearon un espectáculo ex profeso para la ocasión que desgranaron en tres pases en la plaza de la Marina. ¿Instalaciones? Claro: la calle Larios fue por tercer año el gran campo de operaciones y experimentaciones de los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, que intervinieron el corazón del Centro Histórico para demostrar que la buena vida tiene mucho de genético. ¿Y actividades infantiles? Muchas, en la zona del Soho, con talleres, malabares, swing, monólogos... ¿Arte? Un clásico de nuestra Noche en Blanco: los museos de la ciudad abrieron sus puertas para demostrar sus tesoros, que van, en estos momentos, desde el Picasso escultor (Museo Picasso Málaga) a las fotografías y fotomontajes de Coppola y Stern (Museo Carmen Thyssen Málaga), por ejemplo. ¿Patrimonio? Imprescindible la visita guiada a la Alcazaba, año tras año, uno de los grandes atractivos de La Noche en Blanco malagueña.
Eso sí, La Noche En Blanco es cada vez menos noche: las actividades, que comenzaron a las 19.00 horas, terminaron, como estaba previsto, a la 1.00 de la madrugada. Recordemos que la iniciativa original, la parisina, contemplaba una agenda a desarrollarse durante buena parte de la madrugada, contando con el hecho de la nocturnidad como uno de sus grandes alicientes. La primera edición se iniciaba a las 20.00 horas y finalizaba a las 2 de la madrugada; o sea, las mismas horas (7) pero menos noche.
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