Borja de la Vega y el retrato tridimensional de Mozarowsky

El representante de actores debuta como director con La última noche de Sandra M., un relato fabulado del último día de vida de la malograda intérprete

Una imagen de «La última noche de Sandra M.». | LA OPINIÓN

Una imagen de «La última noche de Sandra M.». | LA OPINIÓN / eduardo parra. málaga

Eduardo Parra

Borja de la Vega es muy conocido en el mundo del cine y la televisión de nuestro país: es representante de actores, junto a los que trabaja en Kuranda, la agencia que fundó con Katrina Bayonas. Ahora debuta como realizador, precisamente con un homenaje a una intérprete muy singular, Sandra Mozarowsky, con La última noche de Sandra M, que se presentará hoy en ZonaZine, la competición del Festival de Málaga dedicada al cine alternativo.

Se trata de una indagación, entre la ficción y la realidad documentada, en uno de los grandes misterios del cine español: las últimas horas de la prometedora actriz Sandra Mozarowsky, quien se precipitó desde su terraza en un segundo piso en Madrid el 23 de agosto de 1977, quedándose en coma unos días y falleciendo después. Tenía sólo 18 años y había rodado cerca de 20 películas. Estaba cansada de ser un objeto, un cuerpo y un rostro apetecibles para productor y directores.

«Seguramente llegué a Sandra Mozarowsky como cualquiera: por cómo murió y por los rumores y teorías en torno a su muerte. Pero algo me tocó de su historia y empecé a leer más; no hay más de 5 ó 6 entrevistas publicadas, pero en todas se podía notar sus ganas de ser actriz, de que no su cuerpo no fuera lo más importante en las películas, quería irse a Londres a estudiar y tratar de emular a Glenda Jackson, su actriz favorita... Como representante de actores, aquello me conmovió, ver a una mujer tan decidida a dedicarse a la interpretación, pero no por la fama sino por la pasión de actuar», nos cuenta De la Vega.

El director debutante se planteó entonces, desde la fabulación, reunir en esas últimas horas a una serie de visitantes (desde fans y amigos hasta su madre y un periodista) que van mostrando las diferentes facetas personales de Mozarowsky, desde sus aristas más íntimas hasta sus intereses más reivindicativos.

Además, asegura De la Vega, le interesaba mostrar cómo era tratada una mujer de 18 años en aquella época: «La escena en la que es entrevistada se basa en una transcripción literal de una entrevista real, con el entrevistador diciéndole que está gorda, que por qué ha decidido no desnudarse más ante la cámara si ya lo había hecho muchas veces... Todo tipo de preguntas totalmente sexistas».

Guion

Claudia Traisac encarna a Sandra Mozaroswky. Fue una elección clara, determinada antes incluso de haber sido finalizado el guión: «Como representante tu labor es ser capaz de ver el potencial de un actor o actriz Yo llevaba sólo diez páginas de guión cuando supe que tenía que ser Claudia la protagonista. Tiene una de las miradas más bonitas que puede captar una cámara. No se parece a Sandra Mozarowsky pero no se trataba de eso, no me interesaba el parecido, no quería una recreación», recuerda el realizador, quien dice «confiar al 200 por ciento» en los intérpretes: «Si no lo hiciera, no sabría a qué me estoy dedicando».

La última noche de Sandra M. es, también, un homenaje a la entrega y la pasión de los actores por su oficio. Y, sobre todo, un intento de «tridimensionalizar» a una mujer «desubicada» a través de sus sueños, sus frustraciones, sus objetivos, sus decepciones y su manera de ser, «más allá de su escabrosa muerte».