Poesía

‘Homérica’, aladas palabras seductoras

Aurora Luque, reciente Premio Nacional de Poesía, traza en ‘Homérica’ una serie de poemas transitados por la cultura clásica, con un hondo anclaje en la tradición literaria, en los que el pasado y el presente se entremezclan gracias al poder de la palabra, de la poesía, de la creación

Juan Gaitán

Juan Gaitán

Es un lugar común en la crítica literaria decir que los grandes autores, o al menos algunos de los grandes autores, en realidad escriben un único libro, y cada nueva obra no es más que una variación de esa obra seminal, original, que acaso buscan sin terminar de encontrar definitivamente. Y tal vez, como todos los tópicos, este tenga un basamento de realidad, pero es mucho más cierto que no se cumple tan frecuentemente como quieren hacernos pensar. Por fortuna.

Veamos, por ejemplo, la obra de Aurora Luque. En cada uno de sus libros hay muchos libros. En cada uno de sus poemas, muchos poemas. En cada uno de sus versos, multitud de versos. Mas Aurora, en contra del tópico, no escribe siempre el mismo libro; Aurora Luque escribe libros plagados de otros libros, abarrotados de cultura, de referencias vivas a los clásicos, de sabiduría y elegancia, y siempre distintos.

Los poema de Aurora Luque siempre, o casi siempre, contienen una referencia, una conexión con el pasado, con la memoria literaria, si así puede llamarse, sin que por ello dejen de ser originalísimos, personalísimos, propiamente suyos. Aurora Luque nos hace mirar atrás, recordar (en lo más puro de la etimología del verbo recordar: volver a pasar por el corazón), y nos hace sentir que leemos, al mismo tiempo, una línea genealógica que llega hasta el origen, hasta la voz más antigua del más antiguo poeta, pero desde la conciencia de estar leyendo algo reciente, nuevo y original.

Y así es ‘Homérica’, el cuaderno publicado recientemente por Jákara ediciones, en el que la reciente Premio Nacional de Poesía desgrana, en catorce poemas, su sentido de la poesía, ese que la lleva a encontrar la conexión entre el mundo y el poema para hacerlo comprensible a través de la palabra, eso que en definitiva es, o debiera ser, la poesía.

A Aurora no parece costarle ningún esfuerzo encontrar los paralelismos de nuestro presente y el mundo clásico, acaso porque quizás no hemos cambiado tanto y porque su voz poética vive a caballo entre ambos. A lo largo del libro van desfilando algunos personajes de la Guerra de Troya (Hécuba, Pentesilea, Héctor…) y, paralelismos mediante, los refleja en la Guerra de Ucrania: «Indica Google Maps que Mariúpol/ dista mil setecientos kilómetros de Troya/(…) Pero no. No hay distancia. Han escuchado a Hécuba/. En lo hondo de la noche/su alarido se filtra desde el sótano». Así, con la fuerza de la poesía, nos hace ver que todas las guerras son la misma guerra, que no ha cambiado nada, que nunca cambia nada en la sinrazón.

Y, otras veces, se vale de la voz del mito, como en el poema ‘Pentesilea’, donde nos habla Aquiles (bellísimo el endecasílabo del cuarto verso: «desnuda ya la muerte por los campos», para hacernos ver otra cara de la historia: «solo al darte muerte/ me devolvió tu cuerpo su perfume de sombra».

Con un lenguaje deslumbrante, Luque nos presenta una serie de poemas bellísimos acomodados a ritmos naturales, a cadencias perfectas, sobre los que traza la emoción viva y, al tiempo, la reflexión, como en ‘Desolación de la Sirena’: «Sirena. Las sirenas. La palabra sirena./ Cómo se desmoronan/ las palabras radiantes, portadoras/ de gérmenes de mito».

Y mientras, en este preciso momento, eternamente, el nieto de Príamo, Astianacte, muere en el saqueo de Troya y también en Mariúpol, a siete mil setecientos kilómetros, a cuatro mil años de distancia, dejando «bellos cuerpos atrás./ Vieja corresponsal, la poesía».

Homérica

  • Aurora Luque
  • Editorial: Jákara
  • Precio: 10,00€