Random House

La industria farmacéutica, en clave de thriller

Víctor Sombra plantea en ‘A doble ciego’ una reflexión sobre los riesgos de la tecnología y la innovación cuando discurren al margen de la ética

Víctor Sombra

Víctor Sombra / Diego Lafuente

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

El salamantino Víctor Sombra está construyendo una sólida y deliciosamente atípica carrera literaria, con novelas que tienen ropaje de thriller pero encaminadas siempre a abordar con enorme poso de profundidad las complejas encrucijadas sociales, tecnológicas y económicas de este incierto siglo XXI. Tras obras como ‘Canje’ o ‘La quimera del Hombre Tanque’, Sombra ha publicado este año ‘A doble ciego’, un intenso relato que aúna toques de intriga, casi a modo de novela de espías, con un trasfondo de denuncia ante los riegos de la globalización y el poder prácticamente omnímodo de industrias como la farmacéutica, que operan a modo de demoledores lobbies.

El título de la novela hace referencia a un tipo de ensayos clínicos que se usan para probar nuevos medicamentos, donde ni los sujetos sobre los que se experimenta ni los investigadores saben en realidad cual de los sujetos está recibiendo el tratamiento específico. El objetivo es evitar en la medida de lo posible sesgos como el denominado efecto placebo. La trama arranca en Noruega, con un variopinto grupo de jóvenes activistas y hackers que deciden presentarse al concurso a la mejor innovación nórdica con un proyecto para recopilar datos de cualquier sistema y crear conexiones con el Big Data. Y aunque no consiguen ganar, sí reciben el encargo de Dixon, un misterioso ejecutivo, para recopilar datos sobre un medicamento utilizado años atrás de forma experimental en varios países (entre ellos España, donde también transcurre parte del libro) y que supuestamente era capaz de combatir dolencias cardiovasculares y fortalecer el cerebro.

  • A doble ciego    
  • Víctor Sombra
  • Editorial: Random House
  • Precio 17,95 €

‘A doble ciego’ sorprende y fascina desde su propio planteamiento del lenguaje, íntimamente ligado a los campos de la ciencia, la tecnología o los sistemas informáticos. Lo hace, sin embargo, de una forma sumamente evocadora y no técnica, lo que evita que el lector pueda sentirse a aquello que se narra. Pero más allá de su brillante escritura, la intención de Sombra es apelar al lector sobre los riesgos de que la tecnología y la innovación discurran al margen de la ética y la responsabilidad social. El autor (que desde hace más de veinte años reside en Ginebra, donde ha trabajado en asuntos relacionados con la innovación y las relaciones internacionales) suele hablar de crowdkilling, es decir, de delitos existentes en nuestro sistema (en este caso, el capitalismo) de los que todos somos cómplices, aunque sea de forma inconsciente. Sin duda, una novela que invita a la reflexión.

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