Novela

Cesare Pavese: más allá del frente

Altamarea rescata ‘La casa en la colina’, uno de los títulos capitales del autor italiano; todo un clásico inmortal sobre la destrucción y la autodestrucción en tiempos de guerra

Cesare Pavese.

Cesare Pavese. / Lucas Martín

En estos días inusitadamente broncos, en los que todo parece empaparse de una retórica de enfrentamiento, parece casi un pecado burgués hablar sin metralla en la boca y con la mesura suficiente como para analizar el fenómeno de la violencia con toda la profundidad ética que debería exigir, que es justo la que empieza en el momento en el que se oscurecen las razones y en las que las simpatías e, incluso, los agravios históricos, nos empujan frente a un espejo incómodo; el mismo en el que se miraba Nietzsche al advertir que quien lucha contra un monstruo corre el riesgo de convertirse también en un monstruo. Decía Camus, que de balaceras y sinsabores sabía un rato, que el único dilema serio de un hombre consiste en decidir si debe suicidarse o no. Una sentencia a la que quizá habría que agregar una nota al pie para tiempos marciales alusiva a la cuestión de matar: distinguir si es posible empuñar un arma sin deslizarse por los peores albañales de la condición humana o si existe algún tipo de alternativa en los momentos en los que aparentemente no queda otra opción que alinearse -tal vez también alienarse- y defenderse -a uno mismo o a su pueblo- de la iniquidad.

La guerra entraña un tipo de disolución moral de la que es difícil escapar. Especialmente, si uno no se quiere ver compelido a excusarse con el mismo atracón de soflamas que envalentona a los maniacos a los que se intenta combatir. La justicia, en esos avatares extremos, se antoja siempre líquida y ni siquiera admite el refugio intermedio de la bandera blanca y de la no intervención. La acción y la inacción comporta un peaje para la conciencia, que es algo que marcó a fuego la obra de Cesare Pavese. El escritor italiano, que, como todo el mundo sabe, acabó por suicidarse en un hotel de Turín, fue un autor sacudido espiritualmente por intrincados cataclismos: la desaparición prematura del padre, el fracaso amatorio, la imposibilidad del regreso a su Ítaca, la soledad interior -esa condena y, al mismo tiempo, vocación, escribiría-. Y, sobre todo, y en vecindad con todo ello, el quebranto de la intransigencia y de la guerra, que le tocaría de lleno a través del descenso a los infiernos de conocidos y amigos, la militancia intermitente y el confinamiento previo, al que se vio abocado, por cierto, por conservar las cartas de una mujer de voz ronca de la que estaba enamorado y que acabaría, para más infortunio, casándose con otro.

En pleno fragor de las bombas, mientras muchos de sus allegados, entre ellos algunos de sus compañeros en la editorial Einaudi, eran torturados y masacrados, Pavese permaneció cobijado en casa de su hermana y, posteriormente, en un colegio. Esa experiencia, tan vívida como las omisiones al conflicto en sus diarios, y no exenta de tragedia, acabaría dando forma a una de las novelas bélicas más significativas del siglo XX. Una novela ‘La casa en la colina’ en la que resuenan más la naturaleza y las reflexiones que los tiros y que es quizá por eso el mayor y más honesto tratado sobre los estragos mentales y la culpa que provoca el desplome de la civilización. Los mismos estragos que llevarían a Stefan Zweig a suicidarse en Brasil vestido con su mejor traje. Y que, en este libro, recuperado ahora en una extraordinaria edición de Altamarea, y con traducción de Carlos Clavería Laguarda, se revelan en una novela magistral y en la contrapartida de todos los grandes títulos de trincheras de la literatura universal, de Tolstói a Hemingway. La batalla de un personaje, Conrado, contra todos sus fantasmas y contra la pesadumbre de la no implicación directa: la huida hacia colinas que han dejado de ser simbólicamente las mismas colinas de la infancia, pero que ofrecen un reflejo casi platónico y de recuerdo permanente de un mundo desaparecido y de una decisión, la de huir, que no deja el expediente totalmente limpio a pesar de la ausencia de sangre. Y que a Pavese le causaría un remordimiento irreductible. Incluso, en su manera lírica de entusiasmarse frente a la literatura y frente a sus paisajes dilectos.

Publicada originalmente en 1948, ‘La casa en la colina’ es una obra que anticipa y condensa todo Cesare Pavese. Una historia melancólica, dura en sus indagaciones morales a pesar de su tono raudo y poético, y un escalpelo moral. Un libro que habla del apego a la vida, de las posibilidades que se desvanecen, del aislamiento físico y psicológico. Sin duda, uno de los textos capitales de un autor imprescindible y radicalmente vigente, que, al igual que su protagonista, vivió una epopeya solitaria en su obstinación por mantenerse en el sendero artístico e intelectual en medio de los condicionantes más ignominiosos. Y en el que la idea del paraíso perdido desempeñó un papel esencial. Pavese, al igual que su protagonista, no murió con la heroicidad de un partisano y superó la guerra sin disparar una bala ni ser tiroteado, lo que no quita que el asunto le dejara una herida imborrable. Una herida que habla y calla como en pocos autores sobre las mil y una maneras del horror. Y sobre una tercera vía, tan humana en su valentía y debilidad como las otras opciones, de ser víctima y tal vez testigo involuntario de la sinrazón de la historia y de sus propios contemporáneos. La herida honda de Pavese en un relato, en forma y contenido, turbado por un dilema que se impone a las épocas y hasta a la misma noción de guerra; forzosamente humano, cruel y consecuente. Un clásico difícil de agotar, capaz de hacer dudar, conmover y transmitir la versión más taciturna, bella y desesperada del acontecimiento de existir; del arte y el drama de la supervivencia.

Cesare PaveseMás allá del frente

Cesare PaveseMás allá del frente / Lucas Martín

  • La casa en la colina
  • Autor: Cesare Pavese
  • Editorial: Altamarea
  • Traducción: Carlos Clavería Laguarda
  • Precio; 18,90 €