Sigue el bulo histórico junto a la capilla del Puerto

Esta misma semana, en la línea 3 del autobús un trío de adolescentes escuchaba por el móvil la rima ramplona de un reguetón de tensión baja mientras oteaba el juego de preguntas y respuestas que la EMT ofrecía en las pantallas. Una de ellas planteaba qué civilización fundó Málaga y daba tres posibles respuestas: los fenicios, los romanos o los árabes. Uno de los quinceañeros contestó sin dudar: «Los árabes».

En estos tiempos de redes sociales la respuesta -digna de aparecer en el famoso ‘best-seller’ escrito en Málaga ‘Antología del disparate’- corre el riesgo de asentarse en la mollera de algunos absortos ‘movileros’ y, como resultado, plantear inquietantes enigmas como qué hacen una muralla fenicia y un teatro romano en nuestro casco urbano.

Pero una cosa son los brumosos conocimientos de Historia Antigua de un adolescente más receptivo a Rauw Alejandro que a Tácito y otra, que un rincón de gran atracción turística de la ciudad lleve divulgando, desde hace años, un bulo histórico del tamaño de la capilla del Puerto.

Porque si el otro día contábamos lo poco que se cotiza Pablo Ruiz Picasso en la calle Comedias, con una placa informativa bilingüe imposible de leer sin instrumentos ópticos de precisión, junto a la antigua capilla del Puerto, como parte de la información que proporciona el Muelle Uno monta guardia un veterano panel en español e inglés que da cuenta de un hecho tan verídico como los unicornios azules.

Aquí va el camelo: en 1531 se construyó un oratorio en el Puerto de Málaga -antecedente de la capilla- que fue derribado «por los asedios de las armadas de Flandes», así que hubo que reconstruir el oratorio en 1649.

Esta sección ha vuelto a consultar al académico de la Historia Francisco Cabrera, el mayor experto en la Historia del Puerto de Málaga. El académico resalta, en primer lugar, que era imposible que en 1531 se construyera un oratorio en el Puerto porque es que en esa fecha «no había puerto».

En segundo lugar, y aunque en 1568 empezó la Guerra de los Ochenta Años que concluyó con la independencia de Holanda, «no tenían armada para atacar los puertos españoles y menos el de Málaga».

En ese tiempo el verdadero riesgo lo constituían los piratas berberiscos, derrotados en la famosa batalla de Lepanto.

Conclusión, ni el puerto existía en la fecha de la que informa el lustroso panel bilingüe ni una armada de flamencos armados hasta los dientes apareció, suponemos que por bulerías, por nuestra costa.

Como nadie se anima a retirar esta trola histórica, qué menos que avisar al personal.

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