Reclaman más zonas verdes y menos tráfico para lograr una Málaga ‘limpia’

El Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga (OMAU) reclama una mayor cantidad de zonas verdes y la disminución del tráfico en la ciudad, con el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 7% anual. Esta cifra es proporcional a las toneladas de este gas que no podrán superarse a partir del año 2050, de acuerdo con los objetivos establecidos por la Comisión Europea en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25) que se celebró en el 2019.

Será dentro de 28 años cuando la ONU espera alcanzar la denominada ‘huella cero’ de carbono, lo que en Málaga se traduce en pasar de las 3.000.000 de toneladas de CO2 que se emiten cada año a la atmósfera, de media, a las solo 250.000, según un informe del OMAU. Precisamente es el ‘Plan Alicia’, que cumplió su segundo aniversario el pasado mes de julio, la guía que señala todas las estrategias que se ha fijado el Ayuntamiento en materia de medio ambiente.

Los puntos en los que incide el observatorio son, sobre todo, dos. Respecto a las zonas verdes, según los últimos datos, cada malagueño puede disfrutar de 11,35 metros cuadrados de zonas ajardinadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que entre 15 y 20 metros cuadrados es el espacio óptimo. «En los últimos años hemos mejorado el nivel de zonas verdes por habitante (...) pero todavía nos queda mucho que aprender. Quizás en lugar de plantar tantas palmeras, podríamos plantar árboles que den sombra, por ejemplo en Teatinos», detalló Pedro Marín, director del OMAU en una conferencia.

La importancia que puede tener la creación de nuevas zonas ajardinadas radica en el intento de bajar las temperaturas, que ascienden 1,5 grados cada año, así como a la absorción de dióxido de carbono por parte de dicha vegetación. A esta medida se suma la recuperación de algunas zonas del Anillo Verde que están deterioradas.

Recuperar el ‘Anillo Verde’

Esta es la «zona perimetral que rodea la ciudad desde La Araña hasta el delta del Guadalhorce», tal y como explica en conversación con este periódico el director del OMAU, quien añade: «Mucha parte de él son suelos que están muy degradados. Hay zonas que hay que tratar para que vayan cogiendo fuerza». Ejemplo de ello son los terrenos de la cementera de La Araña, cuya proximidad al litoral urge en la necesidad de «renaturalizar» la zona. En total el anillo cuenta con 7.619 hectáreas y la cantidad de dióxido que son capaces de absorber es a día de hoy de casi un 1,5 toneladas.

Menos coches, menos emisiones

La movilidad es otra de las cuestiones en las que incide el Observatorio de Medio Ambiente. Hasta el 30% de las emisiones de CO2 proceden de la circulación de los coches en Málaga. El ‘Plan Alicia’ propone la creación de «supermanzanas»: «Puede tener bastante éxito. Consiste en desviar el tráfico hacia la periferia de la manzana; por ejemplo si hay calles de doble sentido, se deja un solo sentido, de manera que se puedan ampliar las aceras y se puedan poner árboles que den sombra».

El OMAU considera el valor de dicha organización urbana pues «no es muy cara y permite mejorar la calidad de vida».

«No hay voluntad política para atajar el cambio climático»

Las asociaciones ecologistas malagueñas defienden la necesidad de que haya «voluntad política» para frenar las consecuencias del cambio climático en la ciudad. «Estamos esperando que se lleven a cabo las medidas del Plan Alicia», sentencia Marcos Marchianno, del movimiento Extinction Rebellion. Los ecologistas consideran que son «viables» pero que hay que ponerlas en marcha de inmediato. «Somos una de las ciudades con menos zonas verdes por habitante de Europa, de España también. Valoraríamos que de verdad se empeñaran en hacer zonas verdes pero en vez de eso cortan árboles, ponen césped artificial», razona Juana Junca, de Ecologistas en Acción.

Más vegetación

Por su parte, Marcos Marchianno especifica: «Sería fundamental. Quitamos el hormigón, que retiene la temperatura, y lo sustituimos por vegetación». Las supermanzanas para derivar y reducir el tráfico también son bien recibidas por las asociaciones, al contrario que el proyecto de soterramiento del Paseo de los Curas, una de las iniciativas del Plan Litoral del Ayuntamiento. «Para evitar que haya más tráfico en la ciudad hay que quitarle espacio al coche y poner carriles bici. Poner aparcamientos en las entradas de la ciudad para que la gente pueda dejar su coche y coger un medio de transporte público», explica Juana Junca de ‘Ecologistas en Acción.

Con similar opinión, Marcos de Extinction Rebellion, apunta: «No podemos crear una vía para agilizar el tráfico que haga más atractivo el uso del coche ni tampoco enterrar las estaciones de tren y autobús (...). Es una contradicción».