Fuentes de Málaga llenas de historia y arte

La fuente más veterana de Málaga se encuentra en el sótano del Palacio de Villalón, el actual Museo Carmen Thyssen de calle Compañía. Decorada con peces, se trata un ‘ninfeo’, una fuente consagrada a las ninfas que formó parte de una villa, ya en las afueras de la Malaca romana. 

«Para el culto a las ninfas, si no tenías una cueva hacías una gruta artificial o una hornacina y se decoraba», explica la arqueóloga malagueña Fanny de Carranza, durante 43 años funcionaria municipal y de ellos, 36 como jefa del Patrimonio Municipal, hasta su jubilación hace año y medio. 

El poco conocido ninfeo romano del Thyssen es una de las muchas fuentes cargadas de arte e historia que aparecen en la nueva ‘Guía de las Fuentes Histórico Artísticas de Málaga’, editada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga y con textos en español e inglés, con la traducción de Jacinto Pariente. 

«La directora del Área de Cultura, Susana Martín Fernández, quiso contar conmigo para esta guía y me dio libertad total para hacerla como quisiera», explica la arqueóloga, que quiere agradecer el trabajo del diseñador José Luis Bravo y todo el equipo que ha hecho posible esta obra. La guía fue presentada la semana pasada en el Museo del Patrimonio Municipal por la concejala de Cultura, Noelia Losada y la autora.

Se trata del tercer libro que sobre las fuentes de Málaga ha escrito Fanny de Carranza -los dos anteriores, con el historiador Víctor Heredia-, pero este es el primero con un formato de guía y un criterio de selección basado sólo en el valor histórico artístico. «Cuando Málaga se expande, sobre todo por la zona Oeste proliferaron muchas fuentes ornamentales, algunas son monumentales pero no histórico artísticas», precisa. 

La guía ofrece la oportunidad de conocer estas piezas del Patrimonio de Málaga a lo largo de cuatro rutas por toda la ciudad, las tres primeras con 11 fuentes cada una y la última, pasado el río y en dirección a Churriana, con 7.

«Es una manera de conocer el Patrimonio de la ciudad porque las fuentes pasan desapercibidas y eso que hay fuentes maravillosas, tanto antiguas como modernas», recalca. 

Como curiosidad, seis de las fuentes de la segunda ruta, la que recorre el Centro Histórico hasta el límite de sus antiguas murallas por Carretería-Álamos, están en el recinto de la Alcazaba «pero no son de la Alcazaba», precisa Fanny de Carranza. La explicación estriba en que durante la restauración del palacio fortaleza en los años 40 del siglo pasado, don Juan Temboury las trasladó allí de varios puntos de Málaga. 

Una de ellas, en el patio de armas de la Alcazaba, fue originalmente instalada en 1812, durante la ocupación napoleónica, por los franceses en la casa de los religiosos de San Felipe Neri, cuando allí instalaron la Prefectura. 

El Niño de la Oca

La portada de la guía, por cierto, es para la fuente del Niño de la Oca, en la finca de La Cónsula en Churriana. Se trata de una obra de mármol de comienzos del XIX que, resalta la arqueóloga, reproduce un tema helenístico clásico muy apreciado entonces, pero al contrario que otras representaciones en las que el niño forcejea con el animal, «aquí están jugando, el niño coge la oca con mucha suavidad con las manitas gordezuelas; es una belleza de escultura con mucha calidad», resalta. 

La Fuente de Reding, original del siglo XVII; la Fuente de los Cristos del Acueducto de San Telmo; la de la Tres Gracias, encargada a una fundición francesa por catálogo e inaugurada en 1880 en la actual plaza de la Constitución, para luego pasar a la plaza de la Marina en 1901 y a la actual plaza del General Torrijos, donde no se mueve desde 1914. 

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Como detalla Fanny de Carranza, la traída de las aguas de Torremolinos aumentó mucho el número de fuentes por toda Málaga «para abastecer a la población». 

De esa hornada de tiempos próximos a la Restauración, además de la mencionada Fuente de las Tres Gracias entre otras se encuentran las fuentes de la Olla, con diseño de José María de Sancha. Fanny de Carranza destaca que, según los datos de los que dispone, llegó a haber cuatro en Málaga, emplazadas en La Malagueta, la entrada a la Alcazaba, La Trinidad y El Palo (estas dos últimas son las supervivientes tras varias vicisitudes). 

La guía tampoco se olvida de una fuente que marcó a muchos malagueños como imagen mental de la entrada o salida de Málaga por la carretera de los Montes: la Fuente de la Reina, hoy tan unida al ciclismo. 

Aparece mencionada por vez primera en 1490 y según la leyenda, en ella bebió Isabel la Católica cuando acudió a apoyar el cerco a la Málaga musulmana de su marido el rey Fernando. Según explica la guía, la fuente se adecentó y monumentalizó en 1732 y se conserva el escudo de un rey posterior, Fernando VII.

Fuentes modernas

La obra también incluye numerosas fuentes modernas, algunas con historias no tan conocidas como la Fuente de Diana y Acteón en calle Beatas-Granados, de finales de los 80, obra del escultor José Seguiri, que recrea la historia mitológica del cazador Acteón, que osó contemplar el baño de la diosa Diana y sus ninfas. 

Como castigo, la diosa lo transformó en ciervo e hizo que sus perros lo devoraran. 

La particularidad estriba en que esta fuente y esta historia continúan en la fuente de la plaza de Uncibay, antes unidas ambas por un canalón de agua a cielo abierto. En la fuente de la plaza de Uncibay Seguiri ha esculpido a Acteón mientras es perseguido por dos de sus perros. 

Y cargada de historia está también la fuente de la plaza de las Flores, de 2005. Como recuerda Fanny de Carranza, está adosada a la trasera de la Iglesia de la Concepción e incorpora grandes bloques de mármol tallados que originalmente pertenecieron a la portada de la desaparecida Casa Palacio de los Larios. 

En suma, fuentes llenas de arte e historia para descubrirlas y disfrutarlas por toda Málaga. 

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