Aprender sobre Medio Ambiente en las calles del Palo

Pese a su minúsculo tamaño, el que un bañista poco ducho en civismo tire la colilla de su cigarro en la arena de la playa tiene consecuencias muy negativas para el Medio Ambiente: «Cada colilla contamina 8 litros de agua», recuerda Mercedes Pírez, presidenta de la Asociación de Vecinos delPalo. 

Este pasado lunes, 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, voluntarios de la Asociación de Vecinos del Palo realizaron en colaboración con el Colegio SAFA-ICET, el centro de los jesuitas casi al pie de la playa del Palo, talleres educativos para unos 160 alumnos, con el fin de concienciar a los más pequeños sobre el respeto al Medio Ambiente.

Uno de los talleres, por cierto, consistió en la elaboración de colilleros para la playa, por medio de latas de refrescos que luego los alumnos colgaron en unas perchas de madera hechas por la asociación de vecinos. 

«A los niños le encanta todo lo que tenga que ver con el Medio Ambiente. Aquí intentamos educarlos para que también sean portavoces en casa y que creen y cambien los hábitos en las familias; luego, ellas tienen la responsabilidad de que la semilla que se ha sembrado germine», contaba ayer Salvador Villasana, jefe de estudios del SAFA-ICET. Salvador recuerda que este centro del Palo ya obtuvo un premio dentro de la red de centros SAFA por un trabajo medioambiental con otro colegio de Atarfe (Granada).

«Estuve recogiendo basura»

Son las 9.30 de la mañana y mientras unos alumnos fabrican los colilleros para la playa, otro grupo sale a patear el barrio con Mercedes, la presidenta vecinal y un par de profesores. Uno de los colegiales es Samuel Aristizábal de 11 años, que cuenta lo que hizo el pasado domingo en la playa: «Fui al mar y estuve recogiendo basura». 

Por eso, tiene un mensaje para las personas poco sensibles: «Tienen que cuidar más el Medio Ambiente» y advierte de que si tiran el cigarro al mar, puede que luego, en lugar de un pescado, «te vas a comer una colilla». 

En la calle, la labor de los niños  es la de dejar en varios rincones del Palo, sobre la acera y con la ayuda de una plantilla metálica, este lema pintado con grafiti: «Aquí falta un árbol».  

‘Este pez sí come plástico’, una escultura que ya luce en El Palo

«Esto es para decirle a los ciudadanos, al Ayuntamiento y a todo el mundo que aquí hace falta un árbol, estamos tratando de reducir la temperatura de la barriada y la contaminación acústica; donde vemos espacios que no molestan al peatón y donde hace falta un árbol, lo ponemos», detalla la presidenta vecinal. En otras partes del Palo, al pie de los registros de pluviales, los niños pintan otra advertencia: «No tires nada, el mar empieza aquí».  

Una de las participantes es Rut Adam, de 11 años, que destaca que le gusta cuidar el Medio Ambiente y por eso recoge los plásticos de la playa -siempre que no estén muy sucios, precisa- al tiempo que pide que haya más árboles en el barrio. Otra alumna, Carla Fernández, de 12 años, explica que a partir de ahora va empezar a reciclar la basura de casa. 

El pez comeplásticos

En el SAFA-ICET, mientras tanto, el alumnado de 8 años están cantando una canción a ‘Safacito’, cuenta la directora del centro Pilar Casares. ‘Safacito’ es un pez comeplásticos de hierro forjado realizado en 2021 por el alumnado de FP e instalado en la playa, para que los bañistas reciclen, por eso los más pequeños le cantan: ‘Y aunque es poco lo que yo te ofrezco, con orgullo/ todo mi plástico es tuyo».

A las 12, todos los niños se reúnen en torno al pez. La presidenta vecinal, Mercedes Pírez, aprovecha para reclamar que Limasam se haga cargo de la retirada regular de su contenido, «porque al no hacerlo, ha estado dos años cerrado». ‘Safacito’, el pez del SAFA-ICET, lo vuelve a intentar. 

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