Solidaridad

Mario Flores, el mexicano salvado del corredor de la muerte, ya es ciudadano español

El Ministerio de Justicia concede la ciudadanía española al pintor y abogado mexicano Mario Flores, condenado a morir por inyección letal en EEUU por un crimen que no cometió y liberado en 2004 gracias al respaldo de los malagueños. Vive en Barcelona y quiere volver a dar conferencias de motivación

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El pasado viernes el abogado, pintor y conferenciante mexicano Mario Flores, de 58 años, recibía una nueva prueba de apoyo y solidaridad de España con la concesión por el Ministerio de Justicia de la nacionalidad española. 

Sólo falta el trámite por el que jurará fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución, retrasado para mayo del año que viene por la guerra de Ucrania, «pero lo más difícil ya está», comentaba ayer por teléfono desde Barcelona, donde reside junto con su hermana y una sobrina.

En la nueva vida de la que disfruta, la ciudad de Málaga y las instituciones malagueñas han jugado un papel primordial, con La Opinión de Málaga como intermediario, pues fue a través del periódico que se dio a conocer su caso en 2001, gracias a Francisco de Paula, un malagueño con el que Mario Flores se carteaba, cuando el mexicano llevaba desde 1984 en el corredor de la muerte de una cárcel de Illinois, a la espera de una inyección letal. 

El motivo: haber matado supuestamente a tiros a un hombre, pese a que en ese instante el joven se encontraba en la cena de Nochebuena con su familia

Al final, pasaría 20 años en el corredor de la muerte, donde se sacó la carrera de Derecho y logró demostrar la inocencia de 13 de sus compañeros, que escaparon de la muerte y lograron indemnizaciones millonarias gracias a él. 

Mario pudo salir libre en 2004 gracias a la presión de miles de cartas de malagueños que pidieron la revisión de su caso y a la labor institucional del Ayuntamiento de Málaga, con el popular Francisco de la Torre al frente y la Diputación de Málaga, entonces con el socialista Salvador Pendón de presidente, pero para evitar indemnizarlo, el gobernador de Illinois sólo le conmutó la pena de muerte por 40 años de cárcel, reducidos a la mitad por buena conducta. 

Tras unos años colaborando con el Gobierno mexicano al frente del departamento jurídico de atención a migrantes, decidió probar suerte en España, primero en Málaga y luego en Barcelona. 

Mario Flores con su madre Ana María, el pasado jueves en la plaza de la Constitución.

Mario Flores con su madre Ana María, en la última visita a Málaga en noviembre del año pasado.. / GREGORIO MARRERO

Gira de conferencias para jóvenes

Por eso, cuando en mayo complete los trámites y consiga de pleno la nacionalidad española, manteniendo la mexicana, quiere volver a ser, como en su país, un conferenciante de éxito y a impartir charlas de motivación a empresas y colectivos. «Lo primero que haré es hacer una gira de conferencias para jóvenes, que hoy se van a enfrentar a un mundo caótico, para aportar algo en el plano social», resalta. 

Mario Flores clausura un congreso internacional de recursos humanos en Ciudad de México en 2017.

Mario Flores clausura un congreso internacional de recursos humanos en Ciudad de México en 2017. / Archivo Mario Flores

En sus años en el corredor de la muerte Mario Flores pintó, estudió y también leyó obras como ‘La República’ de Platón o ‘El mito de Sísifo’ de Albert Camus que, resalta, le sirven para enfocar sus conferencias, «para contagiar a los chicos con esas historias y darles un poquito de ánimo».

Mario confiesa que llegó a pedir en una carta que si lo ejecutaban en EEUU, enterraran sus cenizas en Málaga, «porque mi corazón es de ahí, donde nacieron mis sueños». Ahora, concedida la nacionalidad española, hace realidad su sueño de vivir en España y labrarse un futuro en libertad. 

Suscríbete para seguir leyendo