Carretera de Cádiz
Descontrol de cacas perrunas en Nuevo San Andrés
Vecinas de Nuevo San Andrés segunda fase piden al Ayuntamiento más limpieza y mantenimiento, así como más control ante la invasión de excrementos caninos en el barrio
«Por aquí pasan todos los niños del instituto y mira cómo está», critica Mari Carmen Sánchez, vecina de Nuevo San Andrés, que señala en la calle Cámara un somier apoyado en un murete. A su lado Victoria Martín, vecina de La Luz pero usuaria del barrio, comenta que hoy al menos «no hay neveras». Las dos, al pasear, no dejan de mirar al suelo, perlado de cacas de perro.
A su lado, Reme Martín, alumna como Mari Carmen y Victoria del centro de educación para adultos de San Andrés, cuenta que estudian temporalmente en el vecino Instituto Profesor Isidoro Sánchez «y como salimos de noche, no se ve y más de una vez alguien ha pisado las cacas», lamenta.
«Por lo visto, no las recogen los barrenderos porque se les llenan las escobas, tienen que venir aparte con palas», destaca Mari Carmen Sánchez.
Para Reme Martín, el barrio está invadido de excrementos caninos «y no viene la policía, cuando si echaran multas a dos o tres tendrían más cuidado». Además, recuerda que tanto por los chips de las mascotas como por el ADN se puede localizar a los propietarios menos cívicos.
Otro problema se encuentra a lo largo de muchos metros al pie de la Ronda Oeste, visible desde la misma calle Cámara: se trata de una zona vallada (con las vallas medio desplomadas) al pie de la carretera y en el interior, cañas, hojarasca y basura.
«La porquería se acumula ahí y no la quita nadie. Ya hemos dicho que hay ratas y riesgo de incendio pero nadie nos hace caso», lamenta Mari Carmen, que recuerda que los coches aparcan justo al pie de este basurero acotado. Con independencia de quién sea el titular del terreno, reclaman que se limpie o se obligue a limpiarlo.
Para las vecinas, al menos en esta parte de San Andrés, la segunda fase de la barriada, falta limpieza, mantenimiento y también control municipal, ante el gran número de excrementos, como los muchos que la semana pasada podían verse en un trozo de césped artificial de la calle Jerusalén.
Las vecinas también critican la presencia de un par de barandillas rotas, con riesgo de caída especialmente para los niños y las personas mayores, una estación transformadora sucia de Endesa en la calle Calerito y de la que, denuncian, salen ratas, así como unos bancos a la entrada del barrio que además de descascarillados «son losas funerarias», critica Mari Carmen Sánchez.
«Tenemos derecho, ya que pagamos impuestos, a que el barrio esté limpio y a que haya un mantenimiento», reclama esta vecina.
Respuesta del Ayuntamiento
Un portavoz municipal respondió ayer a las vecinas que, recientemente, se ha renovado el parque infantil de la calle Calerito con la avenida de Europa, a través del Área de Parques y Jardines y el Distrito de la Carretera de Cádiz aprovechó para reparar «varias balaustradas del entorno de la barriada» en octubre. Además, sustituyó varios bancos por otros nuevos y arregló algunas aceras.
Con respecto al par de barandillas rotas, informó de que el distrito no tenía constancia y por eso no se han reparado.
En cuanto a los excrementos caninos, el portavoz informó de que en 2023 la Policía Local puso 453 denuncias por varios motivos como no recoger las cacas o no tener el censo canino.
En referencia a la zona de matojos secos junto a la Ronda Oeste explicó que es «de titularidad de Carreteras del Estado» y corresponde a la administración central «la limpieza de la zona de servidumbre» . El distrito colocó la valla hace dos años «para mayor seguridad».
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