Memorias de Málaga

Media vida dedicado al cine

Más de media existencia la he dedicado al mundo del cine. Tras la jubilación en 1992, me refugié en la televisión para ver películas y telefilmes. Al poco tiempo me estaba aburriendo por la poca originalidad del material

Los 36 cines que había en Málaga

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Colas en el ‘América Multicines’ en el estreno en 2001 de ‘El Señor de los Anillos’.

Colas en el ‘América Multicines’ en el estreno en 2001 de ‘El Señor de los Anillos’. / Arciniega

Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

He dedicado más de media vida al cine, no como actor, ni guionista, ni director… Mi relación con el cine fue como informador, comentarista de películas, entrevistador… e incluso en lo que supuso una novedad: retransmitir películas por la radio. También escribí de cine en periódicos (La Tarde, Ideal…), revistas (Espectáculo).

A finales de la década de los ochenta del siglo pasado fui dejando mi actividad cinematográfica porque la dirección de Radio Nacional en Málaga decidió que me centrara en los informativos, programas, reportajes para la emisora central, informaciones para Radio Exterior, información política y sindical…

Total, que no me quedaba materialmente tiempo para ir al cine todos los días y comentar los estrenos en los cines de Málaga, que iban cerrando a marchas forzadas porque el negocio de la exhibición dejó de ser rentable. La televisión (primero RTVE y después un sinfín de cadenas) ofrecía películas, teatro, series, ‘culebrones’, partidos de fútbol, concursos, actuaciones de artistas… todo gratis.

El cine Excélsior, en la calle Cristo de la Epidemia.  | L.O.

El cine Excélsior, en la calle Cristo de la Epidemia. / | L.O.

Al jubilarme en 1992, mi afición estaba en pie; mi intención era recuperar el tiempo perdido. Pero la situación había cambiado. Habían cerrado sus puertas para siempre los cines que frecuentaba, como el Goya, Málaga Cinema, Alkázar, Lope de Vega, las salas del Atlántida y las del Aleixandre, Zayla… No quedaba nada del Coliseum, Carranque, París, Royal, Principal… Las únicas salas que seguían estrenando eran el Astoria, Victoria, Andalucía… y, sobre todo, acaparando la exhibición, los Multicines América, aparte el que fue Plus Ultra convertido en cine X, el Emperador.

Mi mujer y yo, durante años, íbamos al cine a la última sesión, la que empezaba a las once de la noche.

Volvíamos a casa andando pasada la una de la madrugada hasta Ciudad Jardín y nunca sentimos el menor miedo, ni nadie nos molestó durante el largo recorrido. En 1992, la cosa había cambiado. Era un riesgo caminar de noche…, riesgo que lejos de desaparecer ha crecido, y las calles, de noche, no son seguras.

Fachada del cine Goya hacia 1932. | A.V.

Cine Albéniz / A.V.

Películas por televisión

películas telefilmes

Las obras de dos escritoras, una británica (Rosamunde Pilcher) y otra nórdica cuyo nombre se ha perdido en mi saturada memoria, especializadas en la temática romántica, se centraban en historias casi idénticas. Los escenarios elegidos por una eran Cornualles (Gran Bretaña y sus acantilados) y de Suecia por la otra autora.

En unas y otras las historias se iniciaban en el exterior. Un personaje masculino en un descapotable está a punto de arrollar a una joven en bicicleta, o al revés. En ambos casos, la pareja se reconoce porque fueron novios, amigos o parejas, y ella, en escenas posteriores, resulta que es madre soltera… y, a medida que avanza el relato, el piloto del descapotable o el que está a punto de ser arrollado, es el padre de la criatura.

media vida dedicado al cine

media vida dedicado al cine / Guillermo Jiménez Smerdou

En series de secuencias rodadas en Cornualles con sus faros, gaviotas y olas rompiendo en los acantilados, o en calles de Estocolmo y sus islas, la pareja reanuda los viejos amores y poco después se casa. A lo largo de la historia un perro de una raza noble juguetea con los protagonistas.

Agotada la novelística anglo-sueca, las televisiones recurrieron a Hollywood, donde se producen telefilmes en cantidades industriales… y que, como en los casos anteriores, todas son iguales. Hay una plantilla que se repite una y otra vez.

Estos telefilmes que se suelen programar los sábados y domingos por la tarde, salvo excepciones, empiezan con unos planos de un bosque donde una mujer huye de alguien y constantemente mira hacia atrás para comprobar si el perseguidor sigue tras ella o ha conseguido evitarlo; en otros casos, en lugar de una mujer, la protagonista es una niña que se ha perdido en el bosque.

Después aparecen un malo o una mala que hacen lo que les caracteriza (maldad tras maldad), y llega la secuencia final donde la buena es acorralada en una cabaña perdida en un bosque (en Estados Unidos no había pirómanos) por el malo o la mala y cuando está a punto de asesinarla, previo aviso de las sirenas de los coches de la policía (tres o cuatro para darle mayor espectáculo), los policías con pistolas y metralletas irrumpen en el escenario e impiden el crimen.

En lugar de terminar ahí la película, aparece en la pantalla un letrero: Seis meses después. Y se ve a la pareja feliz con su perrito moviendo la cola… y antes del esperado Fin se incluye una escena de una cárcel o manicomio en la que el malo o la mala sonríen porque están a punto de escapar.

media vida dedicado al cine

Guillermo Jiménez Smerdou da a conocer los premiados en el primer Festival de Cine de Málaga, en 1953. / .

Películas antiguas

Las películas modernas que se estrenan en televisión o que han sido estrenadas en cines meses antes, por lo general tienen en común la violencia. Asaltos, atracos, robos, muertes, secuestros, maníacos, malos y malas malísimos, incendios, persecuciones por tierra, mar y aire, tiros… se repiten hasta la saciedad.

Como el cine me sigue gustando me he refugiado en el cine de ayer y vuelvo a gozar viendo películas de los años 30, 40, 50… del siglo pasado.

La gran mayoría las vi y comenté en su día. Volver a ver las películas de Alfred Hitchcock (39 escalones, Rebeca, Sospecha, Cortina rasgada…), de Billy Wilder (Ariane, Berlín Occidente, Días sin huella, El apartamento…), George Cukor (Historias de Filadelfia y La dama de las camelias),.. con actores y actrices inolvidables (Cary Grant, Gary Cooper, Greta Garbo, Vivian Leigh, Ingrid Bergman, Marlene Dietrich…) es todo un regalo.

La penúltima que he vuelto a ver es la prohibidísima Gilda, con la rutilante Rita Hayworth, película que no se pudo estrenar el día señalado en el cine Echegaray porque un grupo de personas de uno y otro sexo estrellaron tinteros con su tinta negra o azul contra la entrada y taquillas del local en señal de protesta por la proyección de una película lasciva que atentaba contra la moral y buenas costumbres.

Como la Inteligencia Artificial está de moda, las figuras de los argumentistas y guionistas serán innecesarias. En una batidora se introducirán tres o cuatro personajes, un niño o niña, un perro, dos policías, una pistola, un bosque, tres vehículos, una grabación de una canción cantada en inglés y un negro, se pone en marcha la batidora y en diez minutos se tiene un guión para hacer una película. Al tiempo.