Análisis

El sistema de Guede, bajo la lupa

El rendimiento en los amistosos y contra el Burgos con cinco defensas ha provocado las primeras dudas sobre el equipo

El sistema de Guede, bajo la lupa

El sistema de Guede, bajo la lupa / B. Tocón

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

La competición oficial acaba de arrancar. El Málaga CF, con 12 incorporaciones, trabaja para encajar todas las piezas de un puzzle tan renovado como ilusionante. Sin embargo, ya se ha encontrado con la primera derrota de la temporada contra el Burgos (1-0) y, como consecuencia, con las primeras dudas con respecto al sistema escogido por su entrenador y que ya mostró algunas lagunas durante la pretemporada.

Pablo Guede explicó en repetidas ocasiones durante el verano que la formación de su equipo iba a variar en función del rival. No obstante, la apuesta durante la preparación y en esa primera jornada ante los de Julián Calero ya quedó clara con el 5-3-2. El técnico argentino ya lo utilizó durante el curso anterior en algún momento puntual y ahora, que precisamente ha diseñado la plantilla durante todo el mercado para ello, está siendo la apuesta prioritaria del técnico. Ahora bien, el debate ya está en el entorno del club y en la afición.

¿Ha gustado? Más allá de opiniones personales, no solo no está ofreciendo los resultados esperados por parte de un equipo que ha sido construido para luchar por todo, sino que tampoco está dejando ver el mejor rendimiento de la plantilla.

Desde el centro del campo hacia delante, el Málaga CF cuenta con jugadores de la talla de Luis Muñoz, Jozabed, Aleix Febas, Álex Gallar, Fran Villalba, Rubén Castro y Fran Sol. En condiciones normales, Guede debe prescindir cada jornada de dos de ellos en el once titular.

La clave del funcionamiento de este nuevo sistema son los carrileros para, precisamente, evitar lo ocurrido el domingo: la masificación de futbolistas en zonas interiores. La responsabilidad, en este caso de Javi Jiménez y de Juanfran, debe ser abrir el campo para ofrecer espacios a sus compañeros. Sin embargo, ninguno de ellos es un puñal en ataque y si ninguno apura la banda hasta el final, el Málaga CF juega con cinco defensas, tres centrocampistas y dos delanteros. Parece que la intención de Guede es jugar con tres centrales, dos carrileros, tres centrocampistas y dos delanteros, pero la intención por ahora no se traslada al verde.

La presencia de una línea con cinco atrás tampoco aporta mayor sensación de seguridad en la retaguardia. Si de algo ha «presumido» la defensa desde el inicio de pretemporada es de falta de contundencia. Ni siquiera la suma de Escassi este pasado domingo otorgó un respiro a una afición que tuvo que contener el aire en cada ocasión de los burgaleses.

Faltan todavía entrenamientos para terminar de adaptar el esquema porque el partido contra el Burgos dejó algunos puntos sobre los que atender. El equipo nunca gozó de una salida de balón limpia ante la falta de efectivos en la medular, no tuvo una circulación rápida para crear juego, no abrió los espacios por la banda y la conexión con los delanteros fue un problema constante en un sistema que fía gran parte de su éxito a las acciones en espacios cerrados. ¿Falta de automatismos? ¿Falta de adaptación a la idea del técnico?... Veremos.

La llegada de Fran Villalba pone en una encrucijada la utilización de este sistema. El «10» ha sido el gran deseo del argentino desde el inicio del mercado de fichajes. Partiendo de esta premisa, el futbolista parece aterrizar con la vitola de titular. Ahora bien. ¿Encaja?

Aún es pronto para sacar conclusiones. LaLiga SmartBank solo acaba de empezar, pero el sistema de Guede ya está bajo la lupa. El rodaje y los resultados de las próximas semanas le darán la razón al técnico o le harán reflexionar sobre su apuesta más personal.

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