Un once de urgencias para Orihuela

Si nos preguntan por un once tipo a estas alturas de la temporada, el Málaga CF cuenta con un fijo bajo palos como Alfonso Herrero, una línea defensiva con Gabilondo, Nelson Monte, Galilea y Víctor García, la medular integrada por el recién recuperado Luca Sangalli y Genaro, así como una vanguardia compuesta por Dioni, Larrubia, Kevin y Roberto. Sin embargo, los expulsados en el costoso duelo contra el Algeciras CF, Genaro y Dioni serán bajas seguras el próximo martes 2 en Orihuela.

Ante el Incercity el técnico malaguista, Sergio Pellicer, deberá volver a tirar de canteranos por la nutrida enfermería que mantiene, así como tendrá que ingeniárselas para ofrecer dos alineaciones con garantías y reservas, en cuanto al gasto asumible, de cara al importante choque copero, del domingo 7, contra un rival de Champions de la entidad de la Real Sociedad. Así se plantean las últimas horas de 2023, debido a que el club blanquiazul tiene ante sí un arranque de 2024 bastante exigente.

A la espera de nuevos refuerzos, del posible once de gala se descuelga además Nelson Monte, que este jueves, en la doble sesión de mañana y tarde programada por el cuerpo técnico, tuvo que realizar trabajo específico en las galerías interiores del estadio de La Rosaleda. También siguen con diversas dolencias Juanpe, Juande, Ramón, Manu Molina y Juan Hernández. Incluso fue baja, aunque no podrá saltar al campo ante el CF Intercity el artillero Dioni, aquejado desde principios de esta semana de un proceso vírico.

La Academia en las sesiones matinal y vespertina de este jueves volvió a estar representada, como indicó el propio club de Martiricos, por el meta Andrés Céspedes, Murillo, Antoñito Cordero, Izan Merino, Arriaza, Recio, Adri López o Aarón Ochoa. Pellicer fue el encargado de ocupar el banquillo malaguista hace poco menos de un año, tras la destitución de Pepe Mel, precisamente por su experiencia con los más jóvenes. Ya se le encomendó dicha labor, al frente del primer equipo, cuando el límite salarial obligaba a tirar de los más jóvenes y, en esta ocasión, con el rumbo hacia Primera RFEF, quedaba claro que no podría haber otro puntal más significativo para compensar situaciones como la actual.

Nadie duda en la masa social malaguista del compromiso del entrenador de Nules. Ha sido un año complicado para él, tanto en lo deportivo como en lo familiar, pero demostró ante el Algeciras CF, pocas horas después de haber perdido a su propio padre, una profesionalidad superlativa. Así se lo reconoció todo el estadio, con unas muestras de cariño que estuvieron por encima de lo que pudiera suceder en el campo.

Si difícil ya fue la papeleta de mantener con 2-0 los tres puntos, en una recta final condicionada por acabar el equipo con nueve y estar al límite, como antaño, de la alineación indebida (siete jugadores con ficha profesional son imprescindibles según la normativa en vigor), no menos importante será su experiencia para poder configurar una escuadra competitiva el difícil enero que viene.