Opinión | La señal

Balada de Bárcenas en prisión

La prisión de Alcalá Meco (Madrid II) está en el término municipal de Alcalá de Henares, pero muy cerca de Meco, de ahí el nombre. El número de reclusos ronda los 1.000, y los ha tenido muy ilustres, José María Ruiz-Mateos, Mario Conde, Julián Sancristóbal, la misma Carmen Forcadell… así que no es poco título alojarse en estas celdas.

El centro penitenciario se construyó en 1981 siguiendo un modelo suizo de alta seguridad y ahora alberga a penados y preventivos que dependen de la Audiencia Nacional, o son naturales de los alrededores, una mezcla muy dispar. El complejo está dividido en dos zonas simétricas, aunque hay servicios que se comparten, como la pista de fútbol, ya que el equipo de la prisión disputaba en la tercera regional de este deporte.

Luis Bárcenas estaba en pie antes de que hubieran abierto, ruidosamente y como cada día, las celdas. Era lunes y la primera jornada de su juicio, bueno, y el de otros, se decía él. Yo estaré jodido, y mi mujer, Rosalía, pero otros también se van a llevar lo suyo. Unos tuvieron su GAL, pues estos también se ganan a pulso el Oscar, aunque no lleguen a tanto, claro, y a mí me hayan arruinado la vida.

Desde que Luis estaba entre rejas había encontrado muchas horas para hablar consigo mismo, lo necesitaba, y andaba así en un ritornello inacabable.

Lo que pasa es que he dicho lo que voy a decir y ahora no me puedo volver atrás. Soy un juguete roto. Las donaciones en negro de empresarios a cambio de contratos públicos, por ejemplo, que pueda demostrarlo en la Sala ya se verá, todavía algo me queda, después de lo que me robaron en la Kitchen. Mira, Luis, tienes una condena en firme de 29 años, que ni la mayoría de los etarras cuentan con ella, por la primera época de la Gürtel, así que si no te defiendes tú, y defiendes a tu mujer, nadie lo va a hacer por ti. No me escribió el jefe eso de … «Luis, sé fuerte. Hacemos lo que podemos», pues eso. Era cuando… se descubrió mi dinero en Suiza… la verdad es que soy la cloaca por donde va la mierda de los que la han cagado, pero lo pagarán.

El desayuno lo tuvo aparte de los demás reclusos porque su conducción a la Audiencia Nacional se produciría en minutos. Se había vestido, por supuesto, impecablemente, y hasta los zapatos los había lustrado con esmero, se peinó y abrillantó el pelo con cera pero… la corbata se la dieron fuera de la celda. En la enfermería de la prisión no le quisieron dar ningún ansiolítico, así que… a pecho descubierto, no pasa nada. Quiero verles las caras a María Dolores, pero sobre todo a Mariano…

Menos mal que me ha tocado un juez, en la Kitchen, que no va a parar, del Juzgado de Instrucción número 6, Manuel García Castellón, es serio, y ya ha imputado, ahora se dice investigado, qué fino, al ex ministro y al secretario de Estado, eh, y a parte de la cúpula policial. Cómo me gustaría almorzar con Villarejo, nos contaríamos cosas muy interesantes que el uno del otro no sabemos. Nos ven como dos referentes oscuros de estos días, pero en otras épocas hubo otros, Luis Roldán, Juan Guerra y tantos, ¿te acuerdas?, parece que somos los únicos y que matamos a Kennedy… Nosotros nacemos en el cieno de esa parte de la clase política que es corrupta y que patalea por salvarse salpicando por doquier… Pero lo que más me duele -ya había sido puesto por los funcionarios de prisiones a disposición de una pareja de guardias civiles de paisano que esperaban tras el último rastrillo- es el secuestro de mi mujer y de mi hijo Guillermo por ese falso cura, es que no han reparado en nada, ¿y ahora quieren que yo sea modosito?, pero si hasta me retiré como acusación en la destrucción de los discos duros en prueba de buena voluntad…

Ya estaba en la parte de atrás del automóvil, seguido de otro camuflado, que enfilaban a gran velocidad en dirección a la calle Goya, 14… Oscar Wilde, había dejado claro en Balada de la cárcel de Reading:

Nunca vi a un hombre

que mirara

con ojos tan ávidos

ese pequeño toldo azul

al que los presos llaman cielo

y cada nube que pasaba

con sus velas de plata (…)