Opinión | El jugador número 13

Sentirse como la rubia

Nadie puede negar lo raro de este verano que estamos atravesando, aunque nuestro terral nos recuerde que seguimos en el mismo lugar, con nuestro Unicaja tenemos que conformarnos con un rumor tras otro, con un comentario que alguien deslice más o menos interesadamente y con pocas, muy pocas cosas confirmadas desde el 23 de mayo pasado.

En el goteo de las pocas noticias confirmadas del club malagueño, está la salida -mejor el corte del contrato- de Gal Mekel y de Adam Waczynski, algo que todo el mundo esperaba con el base y que muchos imploraban que no ocurriera con el polaco.

El paso de Adam Waczynski por Málaga no va a ser uno más, ni desde el lado del club, ni del jugador. El lustro que ha desarrollado aquí ha tenido momentos mejores y peores, siendo siempre necesario para el entrenador, pero con ciertas dudas por rachas en las que sus prestaciones defensivas no aparecían al ser exclusivamente un tirador, demasiado unidimensional en un juego que requiere mayor diversificación si se quiere estar al nivel que exige la competición.

También diría que las carencias y los problemas del club arrastraron al jugador, habiendo tenido en mi opinión la mejor temporada el año de su marcha. Y pienso que el motivo de la misma es el mismo que le sirvió el verano de 2019 para quedarse en Málaga por delante de Sasu Salin. En ese momento, el finlandés acababa contrato y el polaco lo tenía en vigor. Desconozco si Luis Casimiro Palomo llegó a pelear por la continuidad de uno o de otro, pero una situación similar con Axel Bouteille esta temporada y la decisión de hacer valer el compromiso firmado, provoca que uno de los hombres más valorados por la afición se busque el sustento lejos de Málaga.

Vamos con frases hechas: en el profesionalismo no hay lugar a los sentimientos, y el club debe estar por encima de estas cosas. Todo ello por no recurrir a una que casi esculpió en mármol Eduardo García sobre Berni Rodríguez: «El Unicaja no es una oficina de contratación». Habría que decir que sobre todo para según qué gente, pero lo cierto es que como jugador profesional, Adam Waczynski jugará en Málaga como visitante, no como local.

Se va un buen tipo que ha enganchado con la parte más activa de la afición, tanto él como su familia han puesto mucho de su parte y se salieron del rol de extranjero que viene aquí a jugar, cobrar un buen contrato e implicarse lo justo. Su labor en la campaña OneTeam de la Euroliga con la Asociación Provincial Síndrome de Down de Málaga ha sido magnífica, sus hijos han sido jugadores de EBG Málaga y tanto él como su mujer han sido habituales tanto en entrenamientos como en partidos de su familia. Es más, Natalia también ha pisado canchas malagueñas como jugadora estos años de presencia en Málaga.

Si tenías la sana costumbre de quedarte un rato en el Bask3Tbar tras los partidos del Unicaja, cosa que echo muchísimo de menos, no era raro verlo hablando con aficionados, con cualquiera de ellos, en los ratos buenos y en los menos buenos. Sobre todo, este último año ha sido una de las pocas buenas noticias que ha ofrecido el equipo. Quizá ha sido uno de los que ha demostrado eso que el posible nuevo presidente, Antonio Jesús López Nieto, reclama para el tiempo venidero: orgullo por ser del Unicaja.

Como el club actual sigue con la inacción informativa y la ausencia total de comunicación, tenemos que quedarnos con lo que tenemos. De momento, una entrevista del jugador con Emilio Guerrero en la Cadena Cope, ha mostrado algo más que un tipo que acababa contrato aquí y soltaba las perogrulladas habituales ante los medios. Ese nudo en la garganta de entrevistador y entrevistado tiene mil comentarios y una eternidad de silencios.

Todo ello obviando alguna lágrima que otra, los comentarios en antena de aficionados, aquellos que seguro en algún momento le silbaron y demostraron que son algo más que «los cuarenta virtuales», como se les denominó en la habitual muestra de desdén desde la Avenida Gregorio Diego cuando no se sigue la versión oficial, teniendo que agachar la cabeza ante la muy deficiente política comunicativa. Y tener que ver cómo en Zaragoza se explica perfecta y públicamente lo ocurrido y cómo afrontar una temporada complicada, o cómo en Burgos o Andorra sientan cátedra ante lo que vivimos comunicativamente hablando aquí.

No voy a culpar al departamento de prensa del club, como empleados que son se limitarán a obedecer a sus jefes y poco más, pero dudo que alguien de dentro y de fuera del club esté conforme o contento con lo que se transmite. Mientras tanto, la persona llamada Adam Waczynski y su familia viven en sus carnes algo que está en las reglas del juego de toda actividad profesional. Si tenía sitio en el Unicaja 2021/2022, lo desconocemos, sobre todo porque no sabemos si lo que viene es una versión del Dream Team o algo para que echemos de menos los golpes a lo King Kong del jugador de Torun.

Él encajó tan bien que cada vez que anotaba más de un cajista se sentía como las rubias Fay Wray, Jessica Lange o Naomi Watts en las famosas películas, viendo todas sus bondades, y sufriendo por el final (no por esperado menos doloroso) que se le viene, pero esta crueldad viene implícita.

Ha repetido mil veces que él y su familia volverán a Málaga, y seguro que lo harán. Ha dejado muchos buenos recuerdos, y allá dónde vaya se le observará con todo el cariño y la esperanza de que le salgan las cosas bien, porque a uno de los nuestros siempre se le desea lo mejor. Lo echaremos de menos.