Opinión | La calle a tragos

La manía de perder trenes en marcha

‘El Lejanías’ sigue deparándole noticias nefastas a los usuarios de la línea que conecta la capital malagueña y Fuengirola. Está por ver cuánto tardará Renfe en enmendar el recorte

Pasajeros esperan el tren en una estación de Cercanías de Málaga.

Pasajeros esperan el tren en una estación de Cercanías de Málaga. / L. O.

Cuando el viernes 12 de noviembre se estrenó «la nueva oferta comercial», muchos trenes rojiblancos no estaban en el andén. Y si los veía detenidos sobre sus rutinarios caminos de hierro, era porque descansaban en modo «estacionamiento de fuera de servicio». O se le pone literatura al Cercanías, o no hay quien lo soporte. Aquel microrrelato del dinosaurio que heredamos de Augusto Monterroso puede hasta servir de esqueleto sintáctico para sortear, en la medida de lo posible, el aluvión de eufemismos con el que Renfe ha contraatacado desde sus habituales trincheras de los luminosos y la megafonía.

‘El Lejanías’ ha estrenado su mote a lo grande y sigue deparándole noticias nefastas a los usuarios de la línea que conecta la capital malagueña y Fuengirola. De una tacada, se ha suprimido más de una treintena de trayectos a diario. De repente, da la sensación de que en las últimas semanas nos habían estado entrenando para interpretar la pesadilla. Las cancelaciones formaban parte del ensayo general. Ahora, el tren pasará cada 40 minutos en diversos tramos de la jornada. Al menos, queda el ligero consuelo de que van a proteger las horas puntas sin aplicarle esta reducción. Eso sí, la pedrea que perdona la vida a quienes sufren el problema no basta. No olvidemos que realiza la conexión con el Aeropuerto y con Vialia.

Se siente impotencia al ver cómo un servicio que funcionaba ha menguado de esta manera. Parece un regreso de otro tiempo a la vieja manía de perder trenes en marcha que hay en estos lares mediterráneos. Véase la propia ampliación del Cercanías como tren litoral hasta Marbella o Estepona.

De vueltas a la decadencia actual, está por ver cuánto tardará Renfe en enmendar el recorte y si es verdad que se le va a ofrecer una rectificación real a lo que ha sido presentado como «una solución transitoria». También sabremos en cuestión de semanas si la fotografía que un diputado socialista por Málaga se hizo con un mandamás ferroviario -este jueves y en pleno caos del servicio- ha servido para algo o era mera mercancía oportunista para sus redes sociales.