Opinión | La libreta del duque de Chantada

Sobrerreaccionando a la «Supercopa del Carpena»

El Unicaja consiguió el domingo su clasificación para la BCL en el Carpena.

El Unicaja consiguió el domingo su clasificación para la BCL en el Carpena. / Gregorio Marrero

Son días de vino y rosas en Los Guindos. Las grandes sensaciones dejadas por el equipo en la clasificación para la BCL han provocado que esta «Supercopa del Carpena» dispare la ilusión. Hacía años que la gente no se ilusionaba tanto con su equipo y los piropos logrados en el continente europeo por Alberto Díaz en el Eurobasket se extienden ahora hacia el equipo. «La mejor pareja de bases de la ACB», «La mejor defensa de la liga», «Un arsenal de tiradores imparables», «Una rotación total hacia el éxito», «Este año llegaran los títulos»... son algunas de las frases que se oyen estos días entre los aficionados. Y la verdad es que es genial. La ilusión ante una temporada es una de las mayores alegrías que te puede dar tu equipo, pero no debemos perder de vista la realidad para no convertir esta euforia en catastrofismo cuando lleguen las derrotas, que llegarán.

En Málaga tenemos muchos ejemplos de jugadores que se salen en pretemporada y equipos que pintan muy bien y luego se diluyen como un azucarillo en el agua, aunque yo he de decir que este año noto algo especial. Ya sé que el equipo lleva más tiempo trabajando que los demás, que los equipos de la previa de la BCL no son comparables a los de la liga ACB, que por la falta de descanso y el pronto inicio de la actividad la temporada se va a hacer muy larga pero que queréis que os diga, hacía años que no veía jugar así al equipo ni contra equipos más débiles que el Den Bosch o el Levice. El equipo transmite alegría, tensión, ambición, trabajo, lucha, ganas, acierto… y ese es el camino del éxito.

La puesta en escena de este primer proyecto de Ibon Navarro ha sido muy buena. Gran defensa, mucha intensidad, muchas rotaciones y un papel reservado para que todos los jugadores se sientan importantes y parte del proyecto. El ritmo vertiginoso que el vitoriano quiere imprimir a su equipo y que los jugadores han comprado, 5 ó 6 minutos a tope y a descansar al banquillo para que entre un compañero parece el mejor camino para sacar al equipo de Los Guindos de la depresión que venía sufriendo en los últimos años.

La posición de base parece perfectamente cubierta con Alberto, Perry y la ayuda puntual que puedan dar en la dirección del juego Carter y Djedovic. Dos jugadores con mucha intensidad, mucho baloncesto en sus manos, y con dos preguntas sobre su rendimiento que iremos despejando según avance la temporada. Cómo rendirán en ataques 5 x 5 contra defensas cerradas y hasta cuándo aguantarán a este frenético ritmo que llevan ahora. La temporada es muy larga y no han tenido descanso. Ahora están de «dulce» pero es difícil mantener este estado de gracia durante muchos meses.

Kalinoski se está mostrando tan efectivo como en su última temporada en Lugo, la mejor de todas las que ha disputado en Europa, y se convierte en ese «asesino silencioso» que parece no estar, pero suma por encima de la decena de puntos. Djedovic, sobre el que había dudas de su estado físico, se está mostrando en su mejor versión. El bosnio está siendo el gran comodín de Ibon Navarro, rindiendo en varias posiciones y mostrando una gran consistencia. Melvin Ejim está siendo junto con Lima a los que más les está costando «mostrarse». La Copa de la América parece pasar más factura que el Eurobasket. Tyson Carter, al que veo con la cara triste por el parqué, ha sumado unos buenos números en la búsqueda de su mejor nivel y sigo pensando que será uno de los grandes de la temporada y acabará sonriendo. Barreiro parece muy cómodo en este nuevo rol, lejos de los focos, y vuelve a destacar en esos intangibles que no aparecen en la estadística. Darío Brizuela es la gran incógnita de este grupo de exteriores, no por su calidad o su comportamiento, que será excelente, sino por el rol que Ibon le tenga asignado. Un rol que parece será más similar al que ha realizado en la selección con Scariolo que al que hemos vivido en Málaga estos años.

Los pívots son una de las grandes controversias ahora mismo. Osetkowski, Thomas, Kravish y Lima están bajo la lupa de una parte de la afición por considerar que les falta físico. Yo no lo creo. La combinación me parece muy buena. Una estrella emergente, un veterano que la pasada temporada ganaba partidos en la Euroliga, un trabajador y un cinco de la casa que conoce su trabajo y el equipo. Un análisis sobrerreaccionado después de sólo dos partidos pero que al menos en mi caso no cambiará después del partido ante el Baskonia. Suerte.

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