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Málaga: Avanzar en la convergencia real

Sede de Unicaja Banco en Málaga.

Sede de Unicaja Banco en Málaga. / L. O.

Manuel Azuaga Moreno

Manuel Azuaga Moreno

Durante los últimos veinticinco años, la provincia de Málaga ha experimentado una extraordinaria transformación y modernización, pivotada sobre su capital, que se ha traducido en una mejora del bienestar de la población, a la par que le ha permitido situarse entre las economías más prósperas económicamente y con mayor potencial de desarrollo en el nuevo mapa de las áreas metropolitas nacionales y europeas. En este periodo, el Producto Interior Bruto (PIB) se ha incrementado en términos reales en un 70%, más del doble de lo que lo ha hecho la población, en tanto que el empleo prácticamente se ha duplicado. No es de extrañar los favorables resultados obtenidos si tenemos en cuenta, entre otros factores, la expansión de su tejido productivo, con la creación neta con más de 65.000 empresas, y el ensanchamiento de sus bases factoriales, concretadas en la creación de un entorno tecnológico, cultural, turístico, profesional y universitario de primer nivel. A ello ha contribuido, sin duda, la ampliación y mejora de la calidad de sus infraestructuras y la elevación su capital humano. Mientras que el stock de capital neto en términos reales per cápita se ha incrementado a una tasa media anual superior al 3%, frente al 2,6% del conjunto de España, el porcentaje de población en edad de trabajar con estudios superiores ha aumentado en más de 12 puntos porcentuales (p.p.). El balance global positivo del periodo no debe verse empañado por los severos ajustes que comportó la Gran Recesión entre los años 2008 y 2013, ni por la parálisis de la actividad por la crisis sanitaria del Covid-19 y las perturbaciones negativas posteriores que ha desencadenado.

Si atendemos a la evolución económica reciente, Málaga ha vuelto ha liderar el crecimiento económico regional, aportando en torno a una quinta parte de la producción total. En el conjunto de 2022, el PIB registró un crecimiento del 7,7%, más de 2 p.p. por encima de lo que lo ha hecho Andalucía (5,2%) y España (5,5%). De acuerdo con las últimas proyecciones realizadas por Analistas Económicos de Andalucía, sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco, se espera que, en 2023, presente igualmente un mayor dinamismo, ya que el incremento de la producción superará el 2% en el promedio anual, frente al 1,3% del conjunto regional y el 1,4% del total nacional, en un contexto altamente condicionado por la materialización de riesgos, fundamentalmente de origen exterior.

Adoptando una visión a más largo plazo, para que la economía malagueña afiance su posición competitiva resulta fundamental que se afronten sin dilación, y de manera firme y ambiciosa, los cambios estructurales que le permitan avanzar forma sostenida y sostenible en el tiempo en la convergencia real con la Unión Europea. A pesar del crecimiento comparativamente elevado registrado durante las últimas décadas, Málaga presenta un PIB por habitante en términos de paridad de compra inferior en un 41% al de la media de la Unión Europea. Para cerrar esta brecha es crucial que, con el concurso conjunto de los agentes públicos y privados, se adopten medidas orientadas a elevar la productividad y la tasa de ocupación. Para ello se requiere de actuaciones en diferentes planos, entre las que destacan, la mejora del funcionamiento de los mercados de bienes y servicios, y factores, fundamentalmente el laboral, la adecuación de la oferta educativa a lo largo de la vida a las competencias requeridas por el sector empresarial, potenciando la generación, atracción y retención del talento, la incorporación de nuevas cohortes de empresarios y emprendedores, la canalización eficiente de recursos financieros a las familias y empresas, el avance en la inclusión social, con actuaciones orientadas a combatir la pobreza, la desigualdad y la adaptación del conjunto de los esquemas del Estado del Bienestar, haciéndolo más sostenible, eficiente y justo, y el desarrollo de una adecuada transición ecológica. El alcance y la ambición de las medidas que se proyecten y el acierto de las decisiones que se adopten, determinarán, en gran medida, el progreso futuro de Málaga y de sus ciudadanos.