La dama cadete

La expresión resulta un tanto apolillada o, mejor, apesta a naftalina, como tantas cosas del mundo militar, en el que hay depósitos de antigüedad en los que nadie ha entrado a pasar la bayeta desde hace muchísimo. Pero ¿y qué? Ese puede ser en muchas cosas un mundo aparte, pero tiene derecho a mantener su carga de pasado, tradiciones y autoestima. A fin de cuentas si vinieran mal dadas son los que tendrían la función exclusiva de defendernos, pues desde que el PP de Aznar suprimió la mili obligatoria (e igualitaria, atención) la sociedad ha perdido las últimas destrezas para colaborar en esa labor. La Dama Cadete aprenderá muchas cosas de ese mundo que necesita saber porque un día podría ser su comandante en jefe. Pero a la vez, si quiere y sabe (y sus padres sabrán instruirla), podría emitir algunas señales de valor inapreciable para dignificar el papel de la mujer en la milicia.

Suscríbete para seguir leyendo