La señal

Una rosa es una rosa

Vicente Almenara

Vicente Almenara

Pues no sé si estaba en la Agenda 2030, esa tan famosa, la guerra de Israel, hay tantas cosas en esa libretita multicolor que igual estaba hasta Hamás agendado, vaya usted a saber. El caso es que Otegui no quiere ponerles calificativos a esos chicos del pasamontañas de Gaza, ¿cómo podría, si él mismo lo llevó? Pero otros compañeros de juegos, desde la superioridad moral e intelectual que todos les reconocen, como a la ministarra, quieren llevar al Tribunal Internacional Penal a Netanyahu, y a los golpistas patrios a la amnistía, que no hay contradicción alguna. Uno es judío -por crímenes de guerra, dice ella, y el baile todavía no ha empezado de verdad cuando escribo-, a los otros por delincuentes. Punto y aparte: no se olvide otro final, de hace 78 años, los nazis llevaron a seis millones de judíos a los hornos, después los dirigentes nazis fueron acompañados a la horca. Cualquier parecido con la actualidad, es pura coincidencia. Tengo que comentárselo a mi rabino de cabecera, Aarón Levy, en Duquesa de Parcent. Ahora bien, una rosa es un rosa, le escuchábamos a Mecano. Es por culpa’ de una hembra/ que me estoy volviendo loco/no puedo vivir sin ella/pero con ella tampoco. En realidad, el aforismo lo escribió Gertrude Stein, que era judía, vaya por Dios, formando parte del poema «Sacred Emily»- un juego de palabras con Sagrada Familia-. Pero la historia no se deja coger del todo porque viene de… unos versos de Shakespeare en Romeo y Julieta. Yo creo que es el principio de identidad, A es A, o en palabras del insigne inglés, «la rosa no dejaría de ser rosa, y de esparcir su aroma, aunque se llamase de otro modo.» Sin embargo, en el politiqués de aquí pues la gente más ignorante es la que manda qué hay que escribir, decir o hacer.

Confieso que también hay rachas de aire fresco en este sacrificado cambio climático, y Enrique Krauze - editor de Letras libres, autor de «Spinoza en el Parque México», vinculado a Octavio Paz, un gigante, vamos- ingresa en la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales. Habló de Weber. Por cierto, que el intelectual mexicano también es judío. Esto es una conspiración, Ione.

Pero también pasan otras cosas en el solar despatriado, desde luego no por Vox, que está afónico, a ver si el 29 en la manifestación, con el megáfono, hay más suerte. Convoca la meritoria Fundación para la Defensa de la Nación Española. Ítem plus, como la berrea está a punto de acabar, aunque siempre hay rezagados, posiblemente sea esta la causa por la que Francina Armengol tiene paralizado el Congreso, porque no se escuchaban los discursos con los berridos o bramidos de los campos de España, no por esa fake del trabajito que le está costando a Narciso que le invistan. Es la difícil paradoja de Quevedo, solo lo fugitivo permanece y dura.

Por aquí, las cosas son más tristes y se encuentran a una bebé recién nacida en una calle de Málaga. Afortunadamente, se halla en buen estado después de que la trasladaran al Materno Infantil. De la buena madre, nada se sabe, mejor, como supondrán, porque no me quiero imaginar la vida que le daría a la chiquilla. No queda la cosa ahí. También arrestan a siete menores por el acoso durante años a un alumno con discapacidad del mismo centro escolar. ¿Y los profesores?, me pregunto yo, ¿no incurrieron en alguna clase de responsabilidad?, ¿para dónde miraban?, ¿y la Delegación de Educación?, Miguel, algo hay que hacer… Y, para que no se pierda en el olvido -y todo en esta semana, no se crean que Málaga no es rica en sucedidos-, un hombre de 27 años golpea a otro con el que se cruza, de 67, y lo deja inconsciente. El bellaco no le conocía de nada, pero «estaba enfadado», razón poderosísima para agredirle, claro. Tuvo lugar en la Avenida Doctor Marañón, pero yo creo que ni este afamado doctor podría curar al susodicho, que se merece en justa proporcionalidad alguna medida de gracia de Sisí Montero. Miguel de Cervantes, con perdón, se expresaba así:

Cuando dejaba la guerra

libre nuestro hispano suelo,

con un repentino vuelo

la mejor flor de la tierra

fue trasplantada en el cielo;

y, al cortarla de su rama,

el mortífero accidente

fue tan oculto a la gente

como el que no ve la llama

hasta que quemar se siente.

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