En corto

Odien menos por arriba, por favor

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Estas afirmaciones son comprometidas, pero creo que en la España de hoy no se odia mucho. Los odios de clase, los peores, están muy amortiguados por el sistema de bienestar, los de nación, que por décadas se polarizaban en el caso vasco, están a la baja, y aunque hayan rebrotado con el caso catalán ya no es lo mismo. Los de religión son en el fondo casi anecdóticos y los étnicos resultan sorprendentemente bajos a la vista de la alta presión migratoria. Los de género, fruto sobre todo de la resistencia del machismo a dejarnos, son quizás los más graves, pero en su conjunto, insisto, en nuestra sociedad no se odia demasiado. Sin embargo un visitante atento al discurso de los medios de la corte y los políticos podría pensar que nos odiamos muchísimo. ¿Cabría concluir que en general la gente tiene mucha más templanza y madurez que los líderes políticos y de opinión que hablan por ella?

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