En corto

Así funciona la violencia de ese lado

Pedro de Silva

Pedro de Silva

En política debemos distinguir lo que son las vanguardias, más o menos aguerridas, de los que las secundan, e incluso a estos de quienes dicen hacer vida fuera de cualquier política pero al final se inclinan a apoyarlos. En el caso de la ultraderecha, cuyo extremo es ya el fascismo, hay siempre un culto latente a la fuerza y la violencia, a modo de ‘ultima ratio’ (sea o no su línea habitual) que forma parte de la identidad que la experiencia histórica en todas partes acredita ad nauseam. La exhibición de brotes de esa violencia, aunque se finja casual o descontrolada, es un signo, una enseña, una escarapela gestual, y a la vez un banderín de enganche para captar los fondos violentos de la gente. Es importante, ante aquellos, no dejarse engañar por su aspecto de indignado estallido, pues son deliberados, ni tomarlos a broma, pues son solo chispas a cuenta del incendio de la democracia.

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