LA SEÑAL

Reeducación para disidentes

Vicente Almenara

Vicente Almenara

En la historia de Málaga hay un antes y un después del atropello por patinete del alcalde. Se veía venir, algo así tenía que ocurrir. El descontrol de estos nuevos centauros del asfalto -perdóname, John- ha provocado ya más de cuatro mil denuncias y solo en dos años. Dani Pérez tiene razón en cuanto a la falta de seguridad, solo que estos temas suelen ser de derechas, no de izquierdas pero, en fin, ahora podemos encontrar una excelente ocasión para evitar nuevos atropellos. Por lo menos, que sirva para algo el percance del regidor. Aunque conociendo la intrínseca cobardía de la clase política española, probablemente dejemos pasar también esta preciosa oportunidad de dar al traste con el diabólico invento.

Y pasan estas cosas mientras estoy enfrascado en el caso del psicólogo clínico canadiense Jordan Peterson, que ha sido condenado a reeducación por su colegio profesional -so pena de perder la licencia para ejercer- por ser políticamente incorrecto. Hasta aquí llega la Nueva Inquisición, y más lejos si dejamos que campe por sus respetos. Entre nosotros hace lo que puede el ministro de Cultura, un tal Urtasun, al que se le ocurre hablar de “desterrar el colonialismo” de los museos nacionales. Pero el ignorante, en cambio, mira para otro lado en cuanto al genocidio de los aztecas, bagatelas de extracción de los corazones de las víctimas, decapitaciones, asamientos, etc. Pensaré en regalarle al reputado preboste unas lentillas, que encargaré por Amazón, para su ojo vago izquierdo.

Unos días después nos reunimos en manducatoria la Tertulia del Congreso de Málaga en el Figón de Juan, magnífico establecimiento del Pasaje Esperanto, con el rabino de la comunidad, Aaron Levy, Jacobo Benzaquen y otros buenos amigos. Y me quedo pensando una cosa que comenta el rabí: el soldado Gilad Shalit, que estuvo cinco años secuestrado por las alimañas de Hamás, fue liberado en 2011 a cambio de mil prisioneros palestinos, esa es la equivalencia que estableció entonces Hamás y que, al parecer, sigue vigente hoy en parecidos canjes, una vida israelí vale las de mil palestinos. Ellos pusieron la equivalencia, ellos sabrán.

Dudo que estos números estén en la mente del menor de Montellano, Sevilla, que ha sido detenido, junto a su madre por, presuntamente, preparar alguna travesura yihadista. Solo le han caído seis meses de internamiento, así que mejor me callo. Peor suerte va a tener otro angelito, el expreso paquistaní que ha confesado haber asesinado a tres hermanos españoles en Morata de Tajuña. Pues estamos apañados. Y a Marlasca, que no se me olvide, le da otro jamacuco con el fallo del Tribunal Supremo contra la devolución de menores a Marruecos. Fernando, se te ve ulceroso.

Pero lo que nos va a costar más caro es la guerra de Yolanda Diaz contra las empresas españolas. La chica quiere la reducción de la jornada sin reducir el salario, mira qué lista, elevar el coste del despido y que los empresarios no sepan cuanto pagarán. El problema no son solo estas maldades en sí, sino que el ínclito Garamendi no esté a la altura de las circunstancias, como no sea para echarse unas lagrimitas, recuerdo de aquellas otras en la asamblea general de CEOE en 2021. Después viene el Supremo -siempre nos quedará el Supremo, D. m.- y anula la concesión a dedo de 30,6 millones de euros a UGT y la patronal. ¿No debemos preocuparnos cuando el Gobierno subvenciona a las organizaciones sindicales y empresariales?, ¿cómo se van a revolver después?, ¿quién paga no manda?

Porque hay otras barajas que levantan sospechas. Contra Trump vale todo -ahora también contra Milei-, pero Biden confunde al secretario de Salud con el de Seguridad Nacional en un acto en la Casa Blanca y nadie se llama a escándalo, y es que es de los nuestros. Pero lo importante no son estos detalles del presidente yanqui sino este otro del presidente Juanma, que crea una oficina de expresidentes que no sirve para nada pero que viste institucionalmente, que es de lo que se trata. Nos debe sobrar el dinero, aunque nos falte el agua y las desaladoras. Recuerdo aquellos versos del siempre dispuesto Antonio Machado:

¿Y ha de morir contigo el mundo mago

donde guarda el recuerdo

los hálitos más puros de la vida,

la blanca sombra del amor primero,

la voz que fue a tu corazón, la mano

que tú querías retener en sueños,

y todos los amores

que llegaron al alma, al hondo cielo?

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