Opinión | En corto

Dos caras de un conflicto

La verdad es dialéctica, tiene siempre dos caras, si te quedas con una tendrás media verdad, suelta de sopetón el druida Vindio, al que encuentro apoyado en la barandilla, mirando al mar, que tras venir durante el temporal con un orden pautado por grandes olas concéntricas, se mueve manso, sin ton ni son. Le pregunto de qué va la cosa, vuelve a mi la cara y me sorprende con una respuesta simple: «de la amnistía». Luego explica (intento traducirlo) que puede hacer falta para que la ira de un pueblo de España que se siente derrotado por la historia, y lo ha sido en la última, no se infecte más y tenga recidivas. Aplacar, se llama, solo al alcance de un pueblo de pueblos que sea generoso con los suyos y sepa estar por encima de los nacionalismos, el propio incluso. Pero que los que no sepan estarlo se subleven tampoco viene mal, para que los airados no se pasen. Esa es la otra cara.

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