El polémico menú infantil de un hotel que castiga o premia a los niños

Un hotel crea diferentes menús infantiles según cómo se portan los niños. Te lo contamos todo sobre esta polémica idea

El polémico menú infantil de un hotel que castiga o premia a los niños

El polémico menú infantil de un hotel que castiga o premia a los niños

La mayoría de familias suelen aprovechar la época estival para disfrutar de viajes y nuevas aventuras lejos de casa. No importan los kilómetros que se recorran, lo importante es desconectar de la rutina e intentar recargar nuevas energías.

Aunque los destinos suelen ser variados, para aquellos que van a viajar con niños es necesario priorizar sus necesidades, especialmente las de la diversión. Un niño aburrido durante unas vacaciones puede resultar la peor de las pesadillas. Sin embargo, uno de los grandes problemas con los que se encuentran los padres es el momento de la comida. ¿Por qué a la mayoría de los niños les cuesta tanto alimentarse fuera del hogar? Un hotel cree que ha encontrado la solución, aunque llega envuelta de todas las polémicas.

Menú para niños buenos y menú para niños malos

El primer tema que ha creado una gran sorpresa y ha dividido la opinión de los padres, es que se presenta un menú especial para aquellos niños que van a portarse bien

  • Primero: croquetas caseras o sopa de fideos casera.
  • Segundo: albondiguitas caseras con patatas o nuggets de pollo.
  • Postre: helado al gusto, natillas o flan.

Pero entonces ¿qué pasa con aquellos niños que se portan mal? El menú varía considerablemente, sobre todo porque resultan poco apetecibles y sin elección:

  • Primero: acelgas rehogadas.
  • Segundo: pescado hervido.
  • Postre: a la cocina a lavar platos.

El comportamiento infantil y la alimentación

Algunos padres han opinado que se trata de una buena medida, ya que de ese modo los niños procurarán portarse bien para así conseguir el menú más apetitoso.

Sin embargo, otros lo consideran una aberración, sobre todo porque no se debe utilizar la alimentación como una moneda de cambio por el comportamiento del niño. No se puede utilizar la comida como un castigo, ya que eso podría derivar en graves trastornos posteriores.

Quizás la solución está en educar a los niños en la diversidad de los alimentos, enseñándoles a disfrutar de ellos con el fin de que crezcan sanos y fuertes. Y, de paso, también podemos enseñar alguna que otra norma de comportamiento, especialmente cuando salen de casa.