Feria de Málaga

Coche de caballos y jinetes, esencia de la Feria de Málaga

Muchas personas hacen de esta tradición su oficio durante todo el año a pesar de ser un trabajo muy sacrificado en la que destacan las largas jornadas - Este primer día de feria en el Real Cortijo de Torres no ha habido gran afluencia de personas pero los caballistas esperan que la situación mejore

Paula Tamayo García

Dar un paseo en un coche de caballos es una de las tradiciones más arraigadas de la ciudad de Málaga. Durante la Feria, el Real del Cortijo de Torres se llena de caballistas y coches de caballos para que cualquier curioso pueda saber lo que es dar un paseo por la feria de la manera más auténtica.

Juan Luis Pérez tiene su coche de caballos preparado durante los diez días de feria para todo aquel que lo solicite. En esta primera mañana de fiesta en el Real ha estado muy tranquilo. “Tan solo he dado un paseo por el momento”, afirma el caballista con la esperanza de que la situación vaya animándose conforme pase la semana. “Por estas fechas en años anteriores la cosa estaba más animada. Esperemos que mejore un poco la cosa con el paso de los días”, dice.

El precio medio para un paseo es de 30 euros, tanto si es por el centro como por las calles del recinto del Cortijo de Torres. “Llevamos desde 2006 con ese precio para ambas zonas”, asegura Pérez. Y, a pesar de ser una tradición propia de la ciudad de Málaga, son pocos los malagueños que se acercan para dar un paseo en coche de caballos. “Destacan sobre todo las personas del norte de España y los franceses. El público malagueño es muy escaso”, detalla el caballista.

El mundo del caballo es un oficio muy sacrificado en el que las jornadas interminables son la seña de identidad. “En estas fechas, que son más buenas que otras épocas del año, hay que aprovechar y estar aún más tiempo en la calle”, destaca Pérez.

Asimismo, todos deben cumplir con unas normas de decoro establecidas así como tener la documentación necesaria. Este año, el Área de Fiestas del Ayuntamiento ha facilitado la presencia de caballistas y enganches en todo el recinto ferial, concediendo unas tarjetas para el acceso al Cortijo de Torres. Durante estos días habrá un control exhaustivo para que todos los equinos cumplan con los requisitos necesarios conforme a la legislación vigente.

Manuel Aranda es otra de las muchas personas que vive de esta profesión. “Me dedico profesionalmente al mundo del caballo. Me encargo de domar al caballo durante todo el año y en la época de feria vengo con los propietarios para pasearlos”, afirma. Al igual que Juan Luis, Aranda espera que el Real vaya “llenándose hasta la bandera” esta semana. “Estamos notando que la gente tiene muchas ganas de feria y, aunque está todo muy tranquilo por el momento, se espera que a lo largo del día haya muchas personas a caballo y viandantes”, dice.

Ataviado hasta el más mínimo detalle llega al Real Jesús Díaz Castro. Este caballista se pasea con la vestimenta tradicional y afirma que “ojalá viniera todo el mundo así”. “Es el primer día que bajo a la feria a caballo con mi mujer y tenemos muchas ganas de vivir la feria, nuestras tradiciones y nuestro caballo”, asegura tras dos años de parón.

Y es a la tradición a lo que precisamente hace referencia con más ímpetu. “Esta tradición debe ser digna de conservar y debe seguir hacia adelante. Si el caballo se acaba no habría feria, todo se convertiría en una mera fiesta. Esto es tradicional y hay que mantenerlo y cuidarlo”, asevera.