Entrevista | Alberto Ammann y Bruna Cusí Actores de 'La llegada'

«A veces una aduana es un lugar donde está permitido el abuso de poder»

La película plantea una «denuncia social sin caer en el moralismo» para mostrar cómo es la experiencia de cruzar una frontera «con un pasaporte bueno y otro malo»

Alberto Ammann y Bruna Cusí, sentados, con los directores del filme.

Alberto Ammann y Bruna Cusí, sentados, con los directores del filme. / Gregorio Marrero

Eduardo Parra

Upon entry (La llegada), la primera película dirigida por los cineastas venezolanos Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez, ambos afincados en España, muestra la pesadilla en la que puede convertirse entrar en EEUU según el país de procedencia. «La película trata de migraciones y de los privilegios que representan la pareja protagonista», ella española y él venezolano, y pretende «plasmar todo el terror de cruzar una frontera con un pasaporte bueno y otro malo», explica Vásquez. Hablamos con sus protagonistas.

Upon Entry (La llegada) es una película fronteriza pero no en el sentido que estamos acostumbrados: aquí la frontera se presenta como una especie de limbo, un purgatorio...

Bruna Cusí: Un lugar donde pueden vulnerar tus derechos, donde está permitido el abuso de poder...

De alguna manera, es una película de terror, ¿verdad?

B.C.: Nosotros siempre decimos que es un thriller psicológico, pero es cierto que se va convirtiendo en otras cosas a medida que avanza el metraje.

Alberto Ammann: Hay un momento en el que yo digo que va a aparecer alguien con la sierra mecánica porque ya puede pasar cualquier cosa.

Una imagen de «Upon Entry». | GREGORIO MARRERO

Una imagen de «Upon Entry». / L. O.

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Impresiona ver el papel de esa policía estadounidense de origen latino pero con una mentalidad más yanki que la del más yanki de los yankis.

B.C.: Es que ella ha nacido en EEUU y quiere demostrarse a sí misma y a los demás que es más americana que los americanos.

A. A.: Yo vi entrevistas en que algunos mexicanos decían que querían que construyera el muro de Trump. Mexicanos que habían emigrado ahí, que decían que ellos ya estaban allí, que ya no había lugar más.

Upon Entry (La llegada) es una de esas películas que supone un reto para los actores.

B.C.: Fue un reto y un regalo. Curiosamente no ensayamos mucho porque al rodarse en un set, sin que se tuviera que perder demasiado tiempo en la iluminación, teníamos la opción de repetir, de probar... A veces el rodaje fue un ensayo. Pero, en realidad, yo quería que la cosa estuviera muy viva, que no hubiera mucha preparación. Lo que sí hice cuando me dieron el papel fue apuntarme a una escuela de danza [el personaje que interpreta Cusí, Elena, es bailarina] para trabajar la danza clásica, contemporánea, para coger un poco el cuerpo de una bailarina. Necesito saber ciertas cosas que me hagan sentir luego segura en rodaje y en este caso fue esto.

A.A.: Es una película de actores y actrices. Si no tienes alguien que te sostenga el texto, no vas a tener una buena película, ¿verdad? Y yo creo que hemos hecho un buen trabajo. Yo para otras películas necesito ensayar mucho justamente para que el papel esté vivo, pero en este caso todo fluyó muy natural. Y al final, al ver la película, si yo me despego de verme a mí, de ver si lo hice bien, si lo hice mal y no sé qué, puedo ver a dos personas, Diego y Elena, que cuando se miran se conocen más allá de lo que están viendo.

La conclusión de la historia es demoledora, con muchas preguntas en el aire.

B.C.: Lo que más me gusta de hacer este tipo de películas que hay una denuncia social pero sin caer en moralismos y se trata de mostrar una realidad que muchas veces supera la ficción.

A.A.: Cuando leí el guion me quedé impactado, me tocaba personalmente y tenía ganas de defender a este personaje. Yo no soy venezolano, lo he tenido más fácil porque soy argentino y dentro de Latinoamérica se nos mira mejor, sobre todo si eres medio blanquito o medio rubito, pero no dejo de ver la realidad de la región de la que provengo.