Entrevista | Andrea Jaurrieta Cineasta, estrena 'Nina'

"Era necesario que empezara a hablarse de los abusos sexuales en el cine español"

La estupenda Patricia López Arnáiz incorpora a una mujer que quiere zanjar con una escopeta la herida abierta en su vida por una terrible agresión que sufrió cuando era menor

Andrea Jaurrieta, ayer en el Muelle Uno.

Andrea Jaurrieta, ayer en el Muelle Uno. / GREGORIO MARRERO

Después de ganarse a la crítica con su primer largometraje, Ana de Día, la cineasta de Pamplona Andrea Jaurrieta regresa al Festival de Málaga, y lo hace con un singular e inclasificable western vengativo que ya suena como una de las favoritas para llevarse una buena tajada del palmarés: Nina 

Nina se ha podido ver en Málaga en el pase de la mañana y ha arrancado muchos aplausos.

La verdad es que estoy un poco nerviosa porque es la primera vez que la enseño al publico. La acabé hace una semana, como quien dice, y siempre te expones mucho con todos los proyectos. Si no gusta, después de cuatro años trabajando en ella, pues lo pasas un poco mal.

Ya estuvo aquí con Ana de día en 2018, sobre la búsqueda de identidad y ahora vuelve con un western vengativo, ¿a qué viene ese cambio de registro?

Sí, es otro tipo de película aunque para mí sí que tienen cosas en común. Ana de Día era una chica joven quiere huir de sí misma y de todo lo que se supone que es en la juventud; Nina es una mujer madura que vuelve al origen para entender de dónde viene su herida e intentar cerrarla. Veo algo de díptico ahí, la verdad. De hecho, las dos películas empiezan con citas del mismo autor, T.S. Eliot.

Es muy difícil de definir Nina: ¿la historia de una niña escondida en el cuerpo de una mujer enfurecida?

Me ha gustado como la ha definido, como una niña que vive dentro de una mujer. Nunca lo había pensado por ese lado, pero es verdad, porque entendemos lo que le pasa a la mujer a través de lo que le sucede a la niña que lleva dentro y que ella empieza a recuperar al volver al pueblo.

También estilísticamente se escapa de las categorizaciones.

Sí, creo que es una película que bebe del thriller, del western, del melodrama... Del cine clásico, en definitiva. Hay muchas referencias, como por ejemplo a Johnny Guitar, directamente en los diálogos. Y luego está el planteamiento cinematográfico de una mujer que vuelve al lugar en el que nació pero vestida para matar, en plan Brian de Palma, con una escopeta dispuesta a escribir su propio final. No hay solución para lo que tiene y viene a hacer su apoteósico final de cine.

La herida de Nina, claro, son los abusos sexuales que sufrió cuando era menor de edad. Inevitable después de ver la película pensar en los últimos casos de agresiones sexuales ocurridas en el corazón del cine español, dentro de la propia industria.

Es un tema que está latente en la película y ahí lo dejamos para que no haya spoilers. La película llega en un momento en el que han empezado a hablarse las cosas y eso es algo necesario: si no se habla de algo no existe y seguirá ocurriendo. También he intentado desde la película intentar entender un poco también la mente de la persona que ejerce ese poder, ese abuso porque si no lo hacemos entramos en una película sólo de buenos y malos y yo creo que en la vida no somos buenos y malos; nada es tan sencillo. También en Nina vemos a esta mujer, la víctima, que poco a poco se va convirtiendo en un monstruo de alguna manera por su obsesión con la venganza y la violencia.

Y está en la película ese pueblo: el entorno habla tanto del personaje como el personaje del entorno.

Quería darle peso al silencio del pueblo, hablar de cómo todo se sabe y se calla, mostrar cómo ella se puede perder en la inmensidad del paisaje pero a la vez sentirse ahogada en las calles claustrofóbicas.