Crónicas de la ciudad
La huella en Málaga del pueblo de Peñarrubia
En la barriada del Tiro de Pichón una calle recuerda al pueblo tragado por las aguas hace más de medio siglo y la capital conserva sus dos vírgenes
Cuando el francés Claude Debussy compuso ‘La catedral sumergida’, puso música a una leyenda bretona sobre una fantasmagórica catedral que aparecía en las mañanas claras con el campanero, los organistas y canónigos a pleno rendimiento. Si algo así ocurriera con nuestro Templo Mayor, ya puestos que aparezca completo, con tejado, sacristía y las dos torres.
Pero nuestra particular ‘catedral sumergida’ es en realidad una modesta parroquia con el campanario ya desmochado por seguridad, la de Nuestra Señora del Rosario, en la extinta plaza de España, que duerme el sueño de los justos en el embalse de Guadalteba y asoma en tiempos de pertinaz sequía. Se trata, claro, de los restos del pueblo de Peñarrubia, engullido por el embalse hace medio siglo, lo que obligó a los alrededor de 1.800 peñarrubieros a buscarse otro lugar para vivir.
En Málaga capital el recuerdo de este pueblo tragado por las aguas, en el entorno del Caminito del Rey, se encuentra en primer lugar en la calle que lo recuerda en la barriada del Tiro de Pichón.
Se trata de una calle que como las tradicionales del barrio, bien podría haber sido una reproducción de una rincón de Peñarrubia, por su perfil de casas mata de autoconstrucción y las de más altura, de dos plantas. De hecho, en el PGOU el Tiro de Pichón está calificado como colonia tradicional popular.
Por caprichos del callejero, uno de los extremos de esta vía, antes de desembocar en la calle Arenisca junto a los bloques de la barriada de Santa Cristina, homenajea a Benjamin Franklin. Si su gran invento, el pararrayos, coronó alguna vez la espadaña de la iglesia de Peñarrubia, no la protegió de la política hidráulica que terminó borrando el pueblo del mapa.
Entre las calles Franklin, Arenisca y Peñarrubia, por cierto, se encuentra una pequeña zona verde, poblada en su mayoría por palmeras, que guarda relación con el vecino aparcamiento municipal de Santa Cristina.
Pero como muchos malagueños saben, la huella de Peñarrubia continúa no sólo en el callejero de Málaga sino también gracias a las dos tallas de las vírgenes del pueblo que se conservan en nuestra ciudad. La primera de ellas, la de la patrona, la Virgen del Rosario, se encuentra en Santa Rosalía-Maqueda, el barrio de Campanillas al que se marcharon a vivir muchos peñarrubieros.
La segunda imagen, la Virgen de los Dolores, es mucho más conocida porque procesiona cada Martes Santo con Nueva Esperanza, aunque ahora bajo esta última advocación.
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