Memorias de Málaga

Homenaje de Google

La nueva sede de Google en Málaga ha tenido el acierto de usar palabras de nuestro vocabulario popular para sus instalaciones, algo que contrasta con el uso exagerado de anglicismos en Málaga por un supuesto ‘prestigio’

Bernardo Quintero y su equipo de Google, en el Paseo de la Farola.

Bernardo Quintero y su equipo de Google, en el Paseo de la Farola. / EFE

Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

No es historia; es contemporáneo. Me refiero a la inauguración en Málaga del primer centro especializado en ciberseguridad de Google en Europa, la empresa multinacional estadounidense que se centra en la Inteligencia Artificial y que tiene su sede en Mountain View (California). La elección de Málaga tiene su origen en el responsable de VirusTotal, una empresa de la que es responsable Bernardo Quintero, natural de Vélez-Málaga, empresa que fue adquirida por Google en 2012. Los medios de información españoles han resaltado la importancia de este centro. En estas mismas páginas de La Opinión del pasado mes de noviembre se recogió ampliamente la inauguración del centro.

Mis lectores se sorprenderán de que en las Memorias de Málaga (recuerdos de la Málaga de ayer) me ocupe de algo que pasará a la historia de la ciudad por su trascendencia y significado. Lo justifico en las próximas líneas.

homenaje de google

Quintero, en la azotea de la nueva sede de Google en Málaga / .

Reconocimiento

Seguramente habrá sido Bernardo Quintero el que sugirió a los diseñadores del centro de Málaga, instalado en lo que fue sede del Gobierno Militar, la elección de los nombres para cada uno de los módulos del centro.

Mientras los promotores de nuevas construcciones en Málaga recurren al idioma inglés para resaltar su modernidad y comodidad, Google, como homenaje a la ciudad donde se ha instalado, ha optado por elegir palabras de nuestro vocabulario o de uso frecuente que nos identifican.

El primer acierto (pura casualidad) es haber elegido como sede un antiguo edificio en una vía que tiene raíces malagueñas: Paseo de la Farola. Es única en España, ya que no hay otro que, por su fisonomía y aire de bailarina, tenga denominación femenina: Farola.

Con este principio, la casualidad (otra) de que las siglas del anterior inquilino, GM (Gobierno Militar) son las mismas del nuevo residente: GM (Google Málaga).

Con estos guiños a Málaga, el auditorio o sala de sesiones, lleva el nombre de Moraga, término marinero definido en el vocabulario popular malagueño como «asado de sardinas ensartadas en espetones de caña que se hace en la playa, y es uno de los platos más típicos y exquisitos de la cocina marinera malagueña».

Otra estancia lleva el nombre de Chambao, palabra malagueña cien por cien: «Sombrajo. Choza hecha de cañas».

Para el comedor se ha elegido una palabra en desuso, Merendero, que es como se denominaban en Málaga los chiringuitos. El merendero más famoso de Málaga fue Antonio Martín y en las playas de Las Acacias, Pedregalejo y El Palo proliferaron muchos, terminando con otro famoso, Almellones, que cerró sus puertas hace muchos años. Los Baños del Carmen y el Apolo también recibieron la denominación de merenderos.

Doodle en homenaje al espeto malagueño

Doodle en homenaje al espeto malagueño / .

La micrococina para uso del personal del centro tiene otro nombre que identifica a los malagueños: Boquerón. En el menú se incluirán productos locales. Y en las zonas de trabajo se incluyen dos perlas de nuestro vocabulario: Espeto y Aliquindoi.

Como malagueño, gracias Google.

Mientras una empresa mundial tiene el detalle con Málaga de perpetuar vocablos malagueños, se anuncia que en el Tech-Park de Málaga (Parque Tecnológico) en 2025 (el año que viene) se construirá el Flex Living con Coworking, App y Net.

Y si agregamos que en otros puntos de la ciudad se construyen y proyectan varias Towers (torres), un garden (jardín) para embellecer su entorno, un parking (aparcamiento) con car games (videojuegos) y varios coaches (entrenadores) para lo que gusten mandar y poder acogerse al movimiento coachsurfing (intercambio de alojamiento), Málaga será el ejemplo de lo que no debe ser.

Habrá que mudarse a Alhaurín de la Torre (fue conocida como Alhaurinejo o Alhaurín el Chico y en los años 60 y 70 del siglo pasado «Alhaurín de Peralta» porque la familia con este apellido influía en la política municipal. Era propietaria de la finca Taralpe, una alteración de las letras del apellido.

Alhaurín el Grande está más lejos y si uno quiere más campo en otra comarca están Alfarnate y Alfarnatejo, donde se cultivan cerezos como los del Valle del Jerte y se elaboran los afamados «roscos carreros». Lo malo es que no hay beach (playa).

Defensa de un idioma glorioso

En este mismo periódico, el 28 de octubre del año pasado, el articulista Rafael de la Fuente Milanés, en su colaboración semanal de los sábados, nos premió con un artículo titulado ‘Hablamos un idioma glorioso: el español’.

Conocí a Rafael, hijo de un polifacético escritor del mismo nombre, cuando él tenía catorce o quince años; yo le llevaba doce o catorce. Desde entonces tenemos una vieja amistad en la distancia, porque coincidimos poco, pero he seguido su brillante carrera en el mundo de la hostelería, el turismo y finalmente como máximo responsable de la Escuela de Hostelería de La Cónsula, donde se han formado excelentes profesionales que acreditan su preparación y competencia. Jubilado, reside en Marbella, que cariñosamente considera «su pueblo».

Retomo su artículo publicado en La Opinión. Escribe de nuestra lengua con admiración y respeto. La califica de «Idioma Glorioso».

En un párrafo del artículo que comento dice: «Tengo la buena suerte de ser español. Y por lo tanto puedo comunicarme en un idioma que es muy noble hijo del latín que la Roma Eterna hizo posible. Y por lo tanto capaz de compartir la sabiduría y la historia de los que lo hacen posible desde hace siglos. Hoy repartidos por todo el mundo».

Concuerdo con todo cuanto el escritor escribe sobre nuestra lengua, sobre los acentos o tildes eliminados, sobre el Desfile del Día de la Hispanidad el 8 de octubre en la Quinta Avenida de Nueva York

Lo que mi admirado amigo no cuenta es que domina y habla varias lenguas, como el inglés, el francés, el alemán, el sueco… y alguno más. Por encima de todo, es español.

Una lección que deben aprender algunos compatriotas que prefieren recurrir a otras lenguas a la hora de anunciar un proyecto, una idea, un producto o un simple saludo o despedida.