Crónicas de la ciudad
Basuraleza y plantas en lo que queda de Limonium
Rodeado de escombros, otras plantas, envases, ropa y con un cartel erróneo de la Junta de Andalucía, el Limonium carminis hace lo que puede por sobrevivir
La abulia administrativa está resumida en unos cuantos centímetros de información institucional completamente desfasada y por tanto, errónea. El cartel de la Consejería de Sostenibilidad de la Junta de Andalucía sigue sosteniendo que el birrioso y oxidado recinto dentro de los Baños del Carmen acoge una plantación de Limonium malacitanum.
Nada más lejos de la realidad. Desde enero de 2022, tanto la descubridora de esta especie, la académica de Ciencias y antigua profesora de la UMA Blanca Díez Garretas, como su colega de la Universidad de Munich Matthias Erben, dieron a conocer en una publicación científica nacional que en realidad se trata del nuevo Limonium carminis, llamado así porque hasta la fecha y en todo el mundo sólo se ha encontrado en estos pocos metros cuadrados de los Baños del Carmen.
Que en 27 meses toda una administración autonómica no haya sido capaz de cambiar un modesto cartelito informativo nos da la medida del enorme interés y pasión que en la Junta despierta este descubrimiento botánico.
Por lo demás, las lluvias pertinaces y salvíficas de estos días han reverdecido la parcelita de forma engañosa, porque da la impresión de que lo poco que queda de Limonium carminis -por los sucesivos temporales y la desgana institucional- se ha multiplicado por cinco. Pero ni todo el monte es orégano ni todo lo que verdea en este solar se corresponde con esta planta única en el mundo y en grave riesgo de extinción.
Sólo queda un poco de esperanza en la parte más próxima a la orilla, donde siguen para adelante un pequeño grupo de estas plantas, más alguna suelta más arriba. No hay que olvidar -aunque a la Junta de Andalucía parezca que le toca un pie- que en noviembre de 2022, hace pues 17 meses, la profesora Blanca Díez Garretas ya alertó de la posible desaparición del Limonium carminis si no se tomaban medidas.
Y medidas, por el momento, no se toman. El murete de protección de la planta, prometido en tiempos de Mari Castaña, todavía no se ha levantado así que no es improbable aventurar que lo poco que quedará del Limonium del Balneario del Carmen serán las muestras que -y ahí sí actuó de forma competente y sensata- tomó en su día la administración autonómica.
Por lo demás, en las inmediaciones de la birriosa valla protectora, el pasado lunes se acumulaban envases de plástico -algunos retirados por un servidor-, escombros, retales y hasta una valla tirada. Todo un mérito que una plantita tan sumamente valiosa siga resistiendo el pasotismo institucional malaguita.
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