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Victoria o sepelio en La Rosaleda

El conjunto blanquiazul está obligado a ganar al Mirandés en La Rosaleda si no quiere firmar su descenso matemático esta jornada - Habrá protesta de la afición en los aledaños del estadio en la previa del encuentro

Los blanquiazules se ejercitan en el Anexo de La Rosaleda.

Los blanquiazules se ejercitan en el Anexo de La Rosaleda. / Álex Zea

Manuel García

Manuel García

El Málaga CF tiene el agua al cuello. Está a un paso de certificar su descenso a Primera RFEF, lo que supondría abandonar el fútbol profesional después de 25 años. Pero el honor, el respeto a la afición y también las matemáticas le obligan a seguir luchando. La derrota en Ponferrada dejó a los blanquiazules al borde del abismo, a 8 puntos de la permanencia a falta de tres jornadas, y ahora ya solo les puede salvar un pleno en estos tres partidos y esperar un descalabro inimaginable de alguno de los equipos a los que todavía podría alcanzar.

Los de Sergio Pellicer reciben esta noche al Mirandés (21.00 horas) con la obligación de ganar para retrasar el descenso matemático una semana más. Si pierdan o empatan, la agonía terminaría y la pesadilla se consumaría: el Málaga CF sería equipo de Primera RFEF. Si ganan, es probable que se pueda dar algún resultado favorable para llegar vivos a la penúltima jornada.

El ambiente apunta a estar bastante caldeado por La Rosaleda. Lógicamente, el 99% de la afición ha dejado de creer en la permanencia tras la derrota en Ponferrada y las peñas se han movilizado para organizar una protesta contra los dirigentes en la previa del partido. La Grada de Animación ha convocado al malaguismo una hora antes del encuentro en la recta de Tribuna para alzar la voz contra los culpables de que un histórico del fútbol español esté al borde de caer a la tercera categoría del balompié nacional. Ya dentro del estadio es probable que los cánticos continúen, lo que creará un clima de crispación que puede centrar más la atención en la grada que en el césped.

El invitado a lo que puede convertirse en un funeral anticipado es el Mirandés, que llega con los deberes tras un gran final de temporada. Los blanquiazules lo tenían como uno de los objetivos a alcanzar para lograr la permanencia, pero su tramo final de curso lo ha llevado hasta los 52 puntos, ya salvado matemáticamente en la zona media de la tabla. Aún así, no vendrá a regalar los puntos, como ya advirtió el centrocampista César Gelabert esta semana en rueda de prensa.

Ambos entrenadores podrían introducir varios cambios en su once, por diferentes motivos. Etxeberría porque ya han cumplido con el objetivo de la temporada y Sergio Pellicer para revolucionar el equipo tras el batacazo de El Toralín y por la situación límite. La única baja de la plantilla profesional con la que contará el equipo blanquiazul es la de Ramón Enríquez, lesionado ya para lo que resta de temporada. Chavarría volverá a la convocatoria tras perderse la última jornada.

El conjunto blanquiazul está prácticamente descendido, incluso dentro del club lo asumen así, pero mientras quede una mínima opción habrá que agarrarse a ella, por si acaso... Y cuando ya no queden posibilidades también habrá que seguir compitiendo, qué menos después de uno de los peores años a nivel deportivo de la historia del club. Los más de 20.000 aficionados que volverán a estar presentes en La Rosaleda merecen respeto tras el apoyo y esfuerzo realizado este curso. Aunque solo sea por eso, a ganar.

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