Especial 28F

El compromiso andaluz de la provincia de Málaga

Estación de Cercanías en Málaga.

Estación de Cercanías en Málaga. / Arciniega

Francisco Salado

Francisco Salado

Andalucía se encuentra inmersa en un ambicioso proceso de transformación y modernización que ya está dando grandes resultados, con índices que revelan importantes mejoras económicas y sociales. La celebración del 28F nos permite realizar cada año un necesario ejercicio de reflexión y de reivindicación, para saber en qué situación nos encontramos respecto a los objetivos que nos hemos establecido como región y qué nos queda por hacer para que se reconozca nuestra posición en el conjunto de España.

Por lo tanto, el Día de Andalucía es una fecha perfecta para pararnos a pensar de dónde venimos, por supuesto, pero también para tomar conciencia de hacia dónde queremos ir. Y lo que queremos es seguir avanzando y prosperando gracias a un modelo de desarrollo basado en la cooperación y en la sana competitividad.

Esta manera de afrontar la vida, en todos los ámbitos, teniendo en cuenta al sector productivo y también a los colectivos sociales, es la que está llevando a Málaga a unas cotas de éxito sin precedentes.

Ya somos la tercera comunidad en muchos indicadores y estoy convencido de que tenemos opciones de seguir creciendo en los próximos años, porque contamos con los mimbres necesarios para tener éxito. Ahora tenemos que creérnoslo.

Cada uno de los municipios y provincias andaluzas debe trabajar con el orgullo de pertenecer a una tierra excelente, cuna de grandísimos empresarios y emprendedores, científicos, investigadores y artistas.

Málaga desempeña un papel absolutamente protagonista en este proceso de transformación andaluz, con la consistencia de sectores fundamentales para la economía como el turístico, la construcción, el agroalimentario y el tecnológico.

Últimamente se habla mucho por las claves del éxito de Málaga. No se trata sólo de que nuestra ciudad y nuestra provincia estén de moda, lo cual no deja de ser algo intangible, sino de que los hechos, los datos, avalan esa afirmación.

Málaga es imán de inversiones, de talento, de personas y familias de todo el mundo que quieren establecerse aquí y construir con nosotros el futuro. Proyectos empresariales y tecnológicos como Google, Vodafone o el más reciente anuncio del centro de investigación y desarrollo del IMEC, una referencia mundial en los microchips.

Es una provincia abierta, cosmopolita, hospitalaria, emprendedora, que ama la modernidad pero también su historia y sus tradiciones. De ahí su potentísima oferta cultural, que sigue creciendo y en la que la Diputación de Málaga es protagonista. De igual forma se ha convertido en la sede favorita de acontecimientos deportivos internacionales de primer nivel.

Como destino turístico, la Costa del Sol sigue siendo líder en Europa, con unas cifras espectaculares de ingresos, creación de empleo y visitantes, pero también siendo un escaparate inmejorable para la llegada de más inversiones y de cientos de miles de residentes. Por eso somos el territorio que más crece y que más va a crecer de España en los últimos años, convirtiéndonos en la próxima década en la provincia más poblada de Andalucía.

Pero ese crecimiento no puede ir en detrimento de nuestra calidad de vida y tiene que ser una oportunidad para nuestros jóvenes, no un obstáculo más. Por ello, asumir las grandes responsabilidades que esto conlleva debe ser un compromiso de todos. De las administraciones públicas, de los políticos, pero también de la sociedad civil.

La Diputación de Málaga impulsa y fomenta proyectos a lo largo y ancho de la provincia con el objetivo de cohesionarla, de vertebrarla y conectarla, porque aún tenemos algunos desafíos que encaramos con la máxima preocupación. Uno de ellos es la despoblación, a la que hacemos frente a través de actuaciones que persiguen asentar y consolidar a los habitantes de los municipios más pequeños.

Compaginar esta necesidad con la progresiva transformación digital es el gran desafío en el que estamos trabajando y al que dedicamos muchos esfuerzos, puesto que hemos entrado en una era en la que la gran competencia entre los territorios no es por las grandes fábricas, sino por formar, atraer y captar talento. De todo el mundo.

Y en ese sentido, estamos muy bien posicionados y tenemos que aprovechar esta ventaja competitiva. Pero sin las inversiones públicas necesarias, sin mejorar, ampliar y modernizar nuestras infraestructuras de movilidad, hidráulicas, sanitarias y educativas, no podremos aprovechar bien esta oportunidad: se pone en peligro nuestro crecimiento.

La sociedad civil malagueña, la colaboración público privada que practicamos, haber sabido cooperar entre administraciones, aunque seamos de distinto signo político y a veces tengamos nuestras diferencias. Creo que eso distingue a Málaga y explica también nuestro éxito. En la Diputación, desde luego, creemos en esa colaboración y la practicamos con entusiasmo.

Y nos sobran los ejemplos: el Caminito del Rey, la Senda Litoral, el Corredor Verde del Guadalhorce, La Noria, La Térmica, Sabor a Málaga, Turismo Costa del Sol, donde los empresarios del sector tienen voz y voto, Málaga de Moda… y todos los cientos de proyectos e iniciativas que apoyamos de los 103 ayuntamientos de la provincia y de decenas, cientos de entidades del tercer sector y las ONG…

Por eso me van a permitir que me felicite por el consenso alcanzado en el último pleno de la Diputación entre todos los grupos políticos para reclamar mejoras en la movilidad que eviten que muramos de éxito.

Y me refiero al acuerdo entre todos los partidos para reivindicar de una vez por todas al Gobierno de España que impulse el tren del Mediterráneo andaluz y que se suspenda el peaje de la autopista de la Costa del Sol mientras no haya una alternativa de transporte público potente.

El tren de Cercanías de Málaga a Fuengirola ha vuelto a batir todos los récords, con más de 16 millones de viajeros. Son cinco millones de viajeros más. Pero ya no da más de sí, está absolutamente colapsado. Y llevamos más de tres décadas reclamando que el tren llegue hasta Marbella y Estepona en una primera fase, y luego hasta el campo de Gibraltar, conectando con Algeciras. Y también que se trabaje en llevar el tren de la costa oriental, a la Axarquía, hasta conectar con Vélez-Málaga y en el futuro con Motril.

Cuando hablamos de la Costa del Sol como la zona más pujante y dinámica de España, como uno de los polos de atracción más importantes de Europa, debemos referirnos sobre todo al Eje Mediterráneo andaluz. Porque en realidad todo ese territorio del litoral mediterráneo andaluz tiene muchísimas cosas en común y compartimos muchas dinámicas económicas y sociales.

Y Málaga, ya que estamos celebrando el Día de Andalucía, tiene la obligación de liderar e impulsar sus reivindicaciones y la solución a sus problemas. Queremos y debemos hacerlo. Y si es desde la unidad política, como ocurrió ayer, mucho mejor. Es muy importante que los malagueños, los políticos y la sociedad, nos unamos para pedir lo que es justo. Porque se trata de demandas y reivindicaciones lógicas, avaladas por los datos, justas y necesarias. Pero también muy rentables.

El Día de Andalucía es por lo tanto una estupenda oportunidad para reconocer el compromiso de estas personas, empresas y entidades con nuestra sociedad y con el desarrollo de la provincia, porque esta es sin duda la mejor manera de contribuir al crecimiento de la comunidad autónoma. Actuar en lo local es la mejor manera de tener impacto global, de modo que mejorando cada uno de nuestros municipios, de manera solidaria y con una perspectiva global y estratégica, contribuiremos a construir una Andalucía mejor, más justa, más próspera y más igualitaria.