Entrevista | José Carlos Garín Presidente electo de la Agrupación de Cofradías

"Estoy seguro de que encontraremos una Semana Santa cada vez más agradable y cómoda sin rebajar la seguridad del público y las cofradías"

Reclama coherencia a los cofrades para evitar ponérselo demasiado fácil a quienes critican a las hermandades y sostiene que la Semana Santa tiene que convivir con el resto de la ciudad

Defiende el nuevo recorrido oficial y pide a las cofradías un esfuerzo para que, manteniendo cada una su sello y estilo, puedan homogeneizarse durante los 1.200 metros de itinerario común

José Carlos Garín, nuevo presidente de la Agrupación de Cofradías

José Carlos Garín aspira a una Agrupación de Cofradías más cohesionada y con mayor sentido de pertenencia.

José Carlos Garín aspira a una Agrupación de Cofradías más cohesionada y con mayor sentido de pertenencia. / Agrupación de Cofradías

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Dice que llegó a la Salud gracias a las personas. Era un hombre de trono de Málaga que se empezó a cuestionar qué es lo que quería de la Semana Santa y qué era lo que buscaba en ella. Esas mismas personas, reconoce, son las que hacen que mantenga su compromiso. José Carlos Garín es el nuevo presidente de la Agrupación de Cofradías. En realidad, no lo será hasta el viernes, cuando jure su cargo, pero este lunes recibió el apoyo mayoritario de las cofradías en la junta extraordinaria de elecciones. Se presentaba como único candidato. A sus 66 años, este pediatra jubilado será el decimoctavo mandatario de una institución que se ha visto severamente cuestionada en los últimos tiempos porque ha sido capaz de afrontar cambios y retos de tremenda envergadura. Forjado en la gestión y en la dirección de equipos humanos, Garín se plantea ahora, tras este periodo de gran exposición pública, trabajar más de cara al interior para lograr una Agrupación más cohesionada y en la que los hermanos mayores recuperen su orgullo de pertenencia. Tiene muchos desafíos por delante y una Semana Santa en pleno proceso de reconversión que tiene que aprender a convivir con el resto de la ciudad y que en los últimos años se ha visto envuelta en la polémica por las medidas de seguridad, las vallas, el aforamiento de calles o la invasión de terrazas.

¿Cómo que José Carlos Garín va a terminar siendo presidente de la Agrupación? ¿Qué le llevó a presentarse?

Tenía muy claro que era una posible alternativa, más que nada, porque había recibido referencias de varios hermanos mayores desde que se empezaron a producir los primeros movimientos por parte de la otra posible candidata. Lo hizo con mucha antelación y la gente me avisaba y me incitaba a que me pronunciara. Pero siempre pensé que había que esperar, que no era el momento, que había que definir mejor los tiempos. Ese ánimo e impulso que me dieron los hermanos mayores hizo que me pusiera en marcha, ya que me dio el tono y la sensación de que podía tener apoyos suficientes.

¿En qué basaba su mensaje cuando transmitía sus intenciones y solicitaba el respaldo de las cofradías?

Siempre he trasladado el mismo mensaje, que se basaba en tres puntos: que la Semana Santa es una de las pasiones de mi vida, a la que estoy vinculado desde que nací y más intensamente desde que me comprometí con la hermandad de la Salud hace ya más de 30 años. En segundo lugar, que después de 20 años como delegado, diez en la junta de gobierno y los últimos ocho como vicepresidente conozco la institución porque, además, he estado inmerso en áreas muy troncales y que forman el eje de la gestión. Y, en tercer lugar, que me considero una persona privilegiada que ha recibido mucho y en esta etapa, sin tener que hacer un curriculum de mi persona, con más tiempo desde mi jubilación, me veo en la obligación de devolver a la sociedad en general, y como cristiano en particular en un área vinculada a la Iglesia, parte de lo que he recibido.

¿Para lograr 21 avales ha tenido que realizar muchas concesiones?

Nadie ha pedido nada a lo largo de todo este proceso. Nadie ha condicionado su apoyo a ningún tipo de concesión, prebenda, cargo o distinción. Lo enfatizo. Esa ha sido la realidad por mucho que se hable, se piense o se destaque. Lo mismo que ahora, cuando toca conformar la junta, tampoco, nadie ha querido nada. Se han aceptado los cargos de muy buen grado. Nadie se ha vendido y no he comprado a nadie.

En la junta de gobierno extraordinaria de elecciones de este lunes ha reunido el apoyo del 85% de las cofradías. Pero siendo finalmente un único candidato, hay seis cofradías que se han abstenido y han optado por no votarle. ¿Cómo interpreta estos datos?

A aquellas cofradías que no han decidido darme ahora su confianza y apoyo, más allá de quien quiera usarlo como signo de debilidad, ruptura o revés, les digo que para mí es un reto tratar que, más pronto que tarde, puedan verme como una persona solvente y capaz de presidir la institución y representar también sus intereses.

Vivir la fe en el seno de una cofradía es algo dignísimo como en cualquier otro movimiento eclesial

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¿Cuál es o debería ser el papel de los cofrades inmersos ya en el siglo XXI?

He defendido siempre que vivir la fe en el seno de una cofradía es algo dignísimo, como en cualquier otro movimiento eclesial. Quizás no hemos puesto en valor esa comunidad que debe ser una cofradía y no hemos sabido transmitirlo al exterior con coherencia. La misión del cofrade, como la de cualquier cristiano, es evangelizar, es decir, transmitir con nuestro ejemplo. Y la suerte que tenemos nosotros es que podemos hacerlo de una manera plástica, que resulta más fácil. Nuestra tarea es traer pececitos a las redes y tirar de ellas entre todos.

Habla de coherencia. ¿No cree entonces que es un déficit importante en el fenómeno cofrade que hace que algunos ofrezcan a la sociedad el mensaje contrario al inspirado por Cristo?

Debemos transmitir el mensaje bueno. Otra cosa es que como personas que somos, nos equivoquemos y lo hagamos mal. Todo lo que hacemos, como cofrades, lo hacemos en nombre de Dios y, por este motivo, también corremos un riesgo enorme de tomar el nombre de Dios en vano. Nuestra obligación es transmitir con coherencia el nombre de Cristo a través de un instrumento maravilloso, que son las cofradías. La sociedad cada vez nos va a pedir más coherencia, así que con ciertos comportamientos y actitudes, lo único que hacemos a veces es ponérselo demasiado fácil a aquellos que nos esperan al borde del camino para criticarnos.

¿Cuáles son los retos inmediatos de la Semana Santa? ¿O a corto y medio plazo?

Los retos son espirituales. Cuando los cofrades salimos a la calle es porque tenemos una vivencia a nivel interno de tal intensidad que necesitamos compartirla. Ése es el culto externo, una vivencia de fe tan potente que hace que nos sintamos impelidos a contarlo. Y lo hacemos con trompetas, tambores, estandartes... Es el reto vigente desde que empezó la Semana Santa que hoy conocemos. Salir a la calle y sembrar una semilla, que ya caerá en terreno fértil o baldío. Pero en alguno calará entre los muchos que ocupan las aceras. 

El pilar que nos da sentido es Cristo y no el oropel, la parafernalia o la teatralización

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¿Y desde el punto de vista social y ciudadano?

Convivir con una ciudad que crece de una manera activísima. Una ciudad volcada con el turismo y que cada vez atrae a más personas, en especial también durante la Semana Santa. También convivir con los propios malagueños, porque no siempre caemos bien y generamos incomodidades que no todo el mundo entiende. Que nos vean, unos con fe, y los que no la tengan, como una tradición, como un movimiento artístico, como un fenómeno sociológico. Pero todos estos son ingredientes complementarios. El pilar que nos da sentido y que ha hecho que la Semana Santa perviva a lo largo de los siglos es Cristo. No somos solo el oropel, la parafernalia o la teatralización. 

¿Salir a la calle a evangelizar en medio de una sociedad cada vez más descreída no es cada vez más difícil?

Si dejamos de hacerlo o no lo hacemos con coherencia, saldremos perdiendo. Formamos parte de una comunidad de fe que es nuestra hermandad. Hay que ser auténticos en la vivencia de esa fe y no quedarnos únicamente en la fachada, aunque respeto mucho todos los aspectos estéticos que son un complemento que ha variado en función de los tiempos.

¿No estima que muchas veces los cofrades comenten el error de relegar el fundamento religioso de su actividad para justificarse con otros argumentos de impacto económico o turísticos ante quienes les critican por ocupar el espacio público?

Alguien dijo que la Semana Santa era poliédrica. Y relativamente lo es. Pero nuestro centro es el que es. Y asociadas tiene otras muchas facetas, pero que son complementarias. Es indudable el impacto económico de nuestra celebración en la sociedad, por ejemplo. Hoy día no entenderíamos una Semana Santa como la de hace cien años porque exigimos mucho más a las cofradías en la parte estética para transmitir el mensaje original. Con el tema del cambio de recorrido oficial se nos ha acusado de que han primado los criterios económicos sobre los sociales o de seguridad y es un mensaje difícil de defenderse porque es fácil hacer acusaciones de ese calibre, pero que están lejos del espíritu de la Agrupación y de las cofradías.

Si el recorrido oficial se mantiene en el tiempo, como espero, se irá también adaptando lo más posible a los gustos de las cofradías y del público

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¿Por qué el recorrido oficial es la zona menos cofrade del itinerario de cualquier cofradía?

Siempre hemos defendido que tenemos una Semana Santa riquísima con 41 hermandades con distintos estilos, formas de procesionar, de entender la cofradía en la calle... las que hacen estación de penitencia en la Catedral o las que no... Todas con su sello. ¿Cuál es el problema del recorrido oficial, como contrapartida? Que durante 1.200 metros todos tenemos que hacer lo mismo. Y eso provoca lógicas tensiones, dificultades, falta de adaptación, sobre todo cuando lleva tan poco tiempo de implementación. Gran parte de los problemas del recorrido oficial es que, al estar dos horas por el mismo itinerario, tenemos que hacer pequeñas cesiones para, aun manteniendo nuestra personalidad, intentar hacer un esfuerzo por homogeneizarnos. Si el recorrido oficial se mantiene en el tiempo, como espero, se irá también adaptando lo más posible a los gustos de las cofradías y del público. Pero solo tiene tres años y en este tiempo, con una pandemia de por medio, se han venido mejorando cosas. Quedan todavía muchas, claro que sí. Todas están encima de la mesa, también la parte estética de las tribunas para que las procesiones se sientan más arropadas.

En breve comenzarán las obras de las cubiertas de la Catedral. ¿Tiene garantías de que no afectarán a la entrada de las cofradías al Primer Templo en sus estaciones de penitencia?

Nosotros tenemos el compromiso y la voluntad manifiesta del dean de que todo sea absolutamente compatible. Los contactos entre los técnicos de la obra y los de la Agrupación se están produciendo desde el principio. A día de hoy, lo más preocupante, sería conocer cuál será el espacio que ocupe la grúa y la zona de aprovisionamiento de materiales y parece que no van a interferir con las estaciones de penitencia. Es algo que tenemos que cerrar lo más pronto posible porque hay que empezar a hablar de los horarios e itinerarios.

En las últimas ediciones han sido muy polémicos los problemas de movilidad del público, los aforamientos, la prohibición de las autoridades para utilizar algunas calles, el exceso de vallas, terrazas hosteleras... ¿Cómo será la Semana Santa de 2024 en este sentido?

La semana que viene ya empezaremos con las reuniones. Pero lo primero que me gustaría decir es que, como a los propios cofrades, el nuevo recorrido oficial también ha generado dudas a las autoridades, ya que se trata de un cambio de una envergadura enorme que ha provocado que modifiquemos también nuestros hábitos, costumbres, tradiciones.... hasta al más cofrade se le ha desmontado su itinerario diario. Así que, por lógica, también han cambiado los flujos de personas. En los últimos años, la Policía ha hecho un importante esfuerzo para conocer cómo se mueve el público en general. El año pasado llegó a implantar drones para obtener información y han detectado puntos que no parecían de riesgo y otros que parecían muy peligrosos y en los que se ha relajado la presión. Estoy seguro de que todas estas reuniones permitirán que encontremos una Semana Santa cada vez más agradable y cómoda, más amistosa también con el público en general y las cofradías en particular, sin rebajar la seguridad de todos los que estamos en la calle. En todo caso, hay que decir también que la sensibilidad que las autoridades muestran con las cofradías es altísima.

Pero da la sensación de que, en los últimos años, las cofradías han perdido fuerza o diligencia a la hora de defender sus intereses por no querer confrontar posturas con el Ayuntamiento.

En Málaga nos gustan mucho las procesiones y el movimiento cofrade sigue siendo muy potente. Pero tenemos que ser conscientes de que tenemos que convivir con una ciudad en la que no todos los ciudadanos son cofrades, que dicen sufrir incomodidades y que, lógicamente, reclaman sus derechos y reivindican el pago de sus impuestos. Por mucho que invoquemos que la Semana Santa es una fuente de riqueza, la obligación del Ayuntamiento es hacer compatible nuestras manifestaciones con la vida diaria de la ciudad, de los transportes públicos, la carga y descarga... Somos una parte más de la ciudad, tenemos que ser conscientes de ello y hacer un esfuerzo, como todos, por convivir.

¿Cómo es la relación con la jerarquía eclesiástica y con el obispo, Jesús Catalá, en particular?

Todas las propuestas e iniciativas que hemos planteado a don Jesús han sido aceptadas con cariño y atención. Es uno de los grandes valedores de las cofradías. Hago extensiva también estas buenas relaciones con el vicario o el dean de la Catedral. Y también con los párrocos, que siendo más o menos cofrades, todos muestran respeto al papel de las cofradías dentro de sus parroquias. Que el dean sea cofrade es una ventaja, pero también es un hombre crítico con las cofradías a las que nos pide una mayor coherencia.

¿No cree que en algunos casos, como por ejemplo los procesos electorales en la Estrella o el Rescate, ha actuado tarde y mal y esto ha perjudicado la imagen general de las cofradías?

La valoración que desde fuera puedo hacer de estos problemas en el seno de estas cofradías es muy periférico, porque no lo conozco a fondo. Es muy difícil saber si el papel de la Iglesia ha sido acorde o no. Mirando el resultado final, entiendo que todos tendríamos que analizar qué podemos hacer mejor para que no se produzcan estos desenlaces. Todos deberíamos hacer autocrítica para saber si podíamos haber hecho más para haberlo evitado.

¿De dónde saldrá el Resucitado en 2024?

El año pasado empezamos a abordar la posibilidad de que la procesión saliera de la Catedral, pero tuvimos muy poco tiempo para rematar los detalles. Había una predisposición franca por parte de la comisión y por parte del Cabildo, pero cuando entramos en los temas logísticos surgieron otros problemas de difícil resolución a falta solo de tres semanas para el Domingo de Ramos. Espero retomar el asunto con más antelación de cara a 2024 y a ver si conseguimos solventar esos problemas para hacer viable que el Resucitado pueda salir de la Catedral el año que viene.

¿Qué cree que será lo más complicado que tendrá que afrontar a partir de ahora como presidente de la Agrupación?

Voy a trabajar con la misma ilusión, el mismo compromiso y las mismas capacidades. Pero está claro que el mundo cofrade es muy piramidal y como presidente, desde ahora, seré el receptor de todo lo bueno y todo lo malo y seré también el que esté siempre en primera llamada. Lo mismo que cualquier hermano mayor, tendré un equipo de trabajo a mi alrededor que me ayude hasta el extremo, pero me voy a convertir en la cara que se ve y estaré más expuesto. Creo que es lo que va a variar sobre todo.

¿Tiene ya decididos quiénes serán el pregonero y el pintor de la Semana Santa?

Sí. Lo anunciaremos en la primera junta de gobierno.

¿Y de los años sucesivos?

Tengo una lista de posibles candidatos a pregoneros y pintores.

¿Es una atribución que se reserva en exclusiva o que consensuará con sus colaboradores?

Por mi forma de ser y de trabajar, me gusta consensuarlo siempre con quienes saben más que yo en los temas. Me reconozco un conocedor limitado en muchas parcelas.

José Carlos Garín ha sido elegido con el apoyo del 85% de las cofradías de la Agrupación.

José Carlos Garín ha sido elegido con el apoyo del 85% de las cofradías de la Agrupación. / Agrupación de Cofradías

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¿Cuál es su fuerte?

Desde muy joven, por muchas razones, ha tenido la necesidad de trabajar en grupo y equipo. Me gusta delegar, compartir y decidir. En ese aspecto me siento razonablemente seguro, sobre todo cuando termino asumiendo responsabilidades. Con todas las dudas que pueden producirse a la hora de afrontar cambios o hacer frente a vicisitudes no esperadas, me siento seguro en la gestión de grupo, en el trato con las personas y en mi capacidad de delegar para decidir. Si tomara decisiones unilaterales estaría restando autoridad a quienes forman mi equipo, así como les quitaría las ganas de trabajar. Por eso, considero que mi obligación como presidente será también compatibilizar el cargo y que los hermanos mayores sean los que ostenten el protagonismo de la Agrupación de Cofradías.

¿Cuáles son las líneas maestras de su programa de gobierno?

Tengo opinión sobre qué áreas tienen margen de mejora en la Agrupación. Hay que afrontar retos importantes, como el Museo de la Semana Santa, la comisión del Resucitado, la gestión económica o el cambio de empresa de las tribunas del recorrido oficial a partir del próximo año. No son proyectos propiamente dichos, pero también hay que cambiar normativas y reglamentos que forman parte de la gestión de la propia Agrupación. Quiero potenciar mucho la vida interna de la Agrupación. Hemos estado muy expuestos al exterior en los últimos años por el cambio de recorrido, por la pandemia, la implantación del IVA en el precio de las sillas, los actos del centenario... Ahora hay que trabajar la cohesión interna y en el protagonismo de las cofradías. Que se haga una Agrupación fuerte y cohesionada. Que seamos una entidad puntera.

Hay que creer en la institución y sentir que pertenecemos a algo que tiene un prestigo que tenemos que mantener entre todos

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¿Sería esa una forma de poder recuperar el crédito perdido?

Fortaleciendo la maquinaria interna. Que exista un mayor orgullo de pertenencia a la Agrupación. Que formar parte de la junta de gobierno no sea algo coyuntural. Hay que creer en la institución y sentir que pertenecemos a algo que tiene un prestigio y que tenemos que mantener entre todos. 

¿Y en el orden patrimonial? La Reina de los Cielos no tiene un manto bordado de salida.

Desde el punto de vista patrimonial, la Reina de los Cielos no tenía ajuar ninguno prácticamente. Ahora hay una comisión trabajando con el Resucitado y exclusivamente con el Resucitado. Antes, lo que era de todos terminaba por ser de nadie. Y lógicamente existe un calendario de actividades y de enriquecimiento patrimonial. Pero no se puede hacer en diez años todo lo que quedaba pendiente. Pero el objetivo está en dotar a nuestros titulares de un patrimonio como el que querríamos para cualquiera de nuestras cofradías.

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