Lunes Santo

La banda sonora del Cirineo y el Señor en Los Mártires

La hermandad de la Pasión encara con fe y muchas ganas su recorrido en una constante demostración de que en la vocación por los titulares, la meritocracia pierde la importancia

Ana Barranco

Ana Barranco

Hoy todos los periódicos nacionales nos han dado los ‘buenos días’ con más, que no nuevas, tensiones políticas camufladas de que todo está bien. El juego de la meritocracia, el que lo rige todo, según nos han contado, está más presente que nunca. Eso nos obliga a la mayoría de los mortales, que vivimos entre bloques, y que desearíamos no tener que coger el metro por si nos encontramos a nuestro ex (porque lo de no verlo solo pasa en Madrid), a hacer méritos y méritos y méritos sin parar para sentir que avanzamos y que participamos en la misma categoría que todos. 

Cuando la cosa consiste en iluminar el paso de tu cofradía, con un capirote sobre una túnica, en la que no serás mejor o peor por nada, cuando solo importa que des la mano a todos los niños que te lo pidan, la cosa cambia. La meritocracia pierde la partida y queda la vocación por la imagen de un Cristo o una Virgen

En calle Santa Lucía, hoy la cosa va un poco de eso, y de considerar un logro, porque lo es, la posibilidad de hacer que se le salten las lágrimas a tu abuelo. “¿Tienes sitio por ahí?”. Las calles están a rebosar. Un joven está leyendo ‘Romancero gitano’ mientras espera la salida de La Pasión. Su padre se coloca solo un par de metros hacia arriba. 

Es instantáneo. En cuanto pasa la cruz guía, uno de los nazarenos de túnica morada y fajín, con un rosario de madera en el lado derecho de la cintura, el que para los demás pasaría como uno más de los iguales, le despierta la emoción, que no se ve en forma de lágrimas pero que se escucha, aunque el mismo intenta contenerlo para no interrumpir los sentimientos de los demás.

Pasión I Lunes Santo de la Semana Santa de Málaga 2023

Pasión I Lunes Santo de la Semana Santa de Málaga 2023 / Gregorio Marrero

Los devotos esperan a Nuestro Padre Jesús de la Pasión. Algunos en la cintura de sus parejas, otros junto a sus hijos, pero en todos es constante la mirada hacia la Plaza de los Mártires. Tras el Señor, la representación de algunos hermanos de llevar la cruz sobre el hombro, resulta un auténtico acto de fe tras una escena de La Biblia que pasa desapercibida porque en la historia hay muchos ‘malos’. 

El Señor y el Cirineo se dirigen hacia el recorrido oficial y entre los feligreses se entona un: “Van a salir a lo grande”. La banda de cornetas y tambores del Paso y la Esperanza tienen mucha práctica en emocionar. La melodía, que parece sacada de una película, introduce a las calles en una época pasada. Son los nazarenos más noveles de la Virgen los que intentan acompañarles con el sonido suave de sus campanillas. 

“Escuchando siempre la música pero un poquito más largos si se les pueda dar”. El capataz de María Santísima del Amor es un motivo de respeto, pero no es sinónimo de miedo, sino de alguien que infunde seguridad a los hombres y mujeres de trono que hoy llevan, a cara tapada, a la madre de Dios. “Seguimos”. Se nota que es Lunes Santo.